domingo, 2 de octubre de 2011

La obra perdida de Leonardo da Vinci, la Battaglia di Anghiari


La obra perdida de Leonardo da Vinci, la Battaglia
di Anghiari


 
En 1505, las autoridades florentinas le pidieron a Leonardo da Vinci pintar un gran mural en el Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio, en el Ayuntamiento de Florencia, para retratar así la victoria de la ciudad sobre las tropas milanesas, en 1440.
Durante 60 años, La Batalla de Anghiari -como fue bautizado el cuadro- fue admirado por dos generaciones de artistas, entre ellos el pintor alemán Rubens, que basándose en una anónima réplica, hizo una propia versión de la obra, que hoy se expone en el Louvre. Pero en 1563, la sala sufrió reformas radicales y la obra fue cubierta y repintada por Giorgio Vasari. Sin embargo, muchos historiadores aseguran que Vasari, un reconocido admirador de la obra de Da Vinci, no habría repintado el mural, sino que lo ocultó, construyendo una nueva pared para pintar su cuadro y así conservar el de Leonardo.
Hoy, un ingeniero, un físico nuclear y un fotoperiodista buscan construir una cámara especial para escudriñar el vetusto edificio florentino y saber si tras sus paredes está, lo que según los críticos contemporáneos al genio renacentista, es su obra cumbre.

La batalla de Anghiari (en italiano, La battaglia di Anghiari) es una pintura mural perdida, obra del pintor renacentista italiano Leonardo da Vinci. Algunos creen que subsiste tapada en una pared del Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio de Florencia.
Una pintura de Peter Paul Rubens en el Museo del Louvre, París, conocida como La batalla del estandarte, se cree que es una copia de la propia pintura de Leonardo. Rubens hizo la pintura en 1603, basándose en un grabado de Lorenzo Zacchia del año 1558. Hay varias diferencias con el original, pero Rubens logró representar la furia, las intensas emociones y el sentido de poder que estaban presentes en la pintura original.


La historia comenzó hace 35 años, cuando Maurizio Seracini, ingeniero, médico, miembro de la National Geographic Society y jefe del Centro de Ciencias de Arte, Arquitectura y Arqueología de la U. de California, en San Diego (EE.UU.), trató de darle sentido a un extraño mensaje pintado en el cuadro de Vasari: "Busca que encontrarás". Aunque la exhortación no era muy clara, Seracini aceptó el reto, e inició una infatigable investigación para dar con el paradero del mítico fresco. Sus pruebas han incluido escáner, láser, máquinas de rayos x, termografía y equipos de radar. En 2007, precisamente con un radar de penetración de suelo, descubrió una fina brecha entre el muro de ladrillo de Vasari y el muro original donde se cree Leonardo pintó La batalla de Anghiari, una brecha que no existe en ninguna otra pared del salón.

La fascinante historia alentó al fotógrafo de National Geographic, David Yoder, a ofrecerle desarrollar una cámara especial capaz de atravesar el muro y fotografiar lo que haya detrás. Para ello se alió con Robert Smither, un físico nuclear del Laboratorio Nacional de Argonne, en EE.UU., quien había desarrollado un lente de alta precisión. Tan compleja como su nombre -lente de difracción de rayos gamma de mosaico de cristal de cobre- el artefacto fue ideado entre otros usos para capturar imágenes en alta definición en tumores, pero el físico cree que podría ser capaz de trazar pigmentos de pintura ocultos. "La cámara detecta los rayos gamma que emiten los metales que Da Vinci utilizaba en la mezcla de sus pinturas", explica Yoder .

La cámara -añade el fotógrafo- funciona disparando neutrones a los metales contenidos en los pigmentos de la pintura de Leonardo. Los metales desprenden rayos gamma, que luego son captados por los cristales de cobre de la cámara (utilizados en lugar de los cristales tradicionales). Con esos datos, cree, es posible recrear la pintura, y lo más importante, no dañar la pintura de Vasari.
Con ayuda de físicos italianos, Yoder y Smither probaron el lente en la Agencia Italiana de Investigación Energética en Roma, penetrando un ladrillo traído desde el propio Palazzo Vecchio, al que rociaron con una mezcla de pintura similar a la que usaba Da Vinci. El lente atravesó el ladrillo y captó la pintura esparcida al otro lado.
Hoy, Yoder busca financiamiento para la construcción de la cámara, que podría estar lista en febrero de 2012, con la que espera finalmente develar el misterio pictórico. "Si hay suficiente pintura, estoy seguro de que podemos recrear la obra".
Las pruebas mostraron que los rayos gamma de los pigmentos pueden pasar a través de la pared de ladrillo, por lo general con bastante facilidad ", dijo.

Los alentadores resultados sugieren que la tecnología Smither debería funcionar bien para determinar qué pigmentos se encuentran detrás de la pared - si están allí.

Por lo menos 265.000 dólares se necesita para construir un acelerador de partículas portátil y un detector de cristal de germanio. Hasta el momento un esfuerzo de recaudación de fondos ha recaudado más de $ 21.000,


Un poco de historia
Los dos grandes genios del Renacimiento, Leonardo y Miguel Ángel se encontraron en un momento dado (era abril de 1503), enfrentándose directamente sobre el terreno de la pintura, pues ambos recibieron del confaloniero Piero Soderini un encargo para decorar el Salón de los Quinientos. Miguel Ángel acababa de finalizar su David, cuando fue designado para pintar la pared de la izquierda. Es la única vez que Leonardo da Vinci y Miguel Ángel trabajaron juntos en el mismo proyecto. Ambos debían realizar una batalla: la de Leonardo sería la de Anghiari sobre la pared de la derecha, en la que vencieron los florentinos, y Miguel Ángel representaría un episodio de La batalla de Cascina, acaecida en 1364 cuando las tropas florentinas que se estaban bañando en el Arno se alertaron ante un posible ataque de sus enemigos de Pisa. Las dos pinturas debían tener 7 metros de alto y 17 de largo. El contrato de Leonardo fue firmado nada menos que por Maquiavelo.

Sin embargo, Miguel Ángel no permaneció mucho tiempo. Acabó el cartón pero sólo parcialmente la pintura. Fue invitado a regresar a Roma en 1505 por el nuevo papa Julio II y le encargaron construir la tumba del Papa. Del cartón o plantilla que Miguel Ángel realizó para pintar el mural existe una copia parcial en Norfolk (Inglaterra), y un fragmento aún más reducido fue grabado por Marcantonio Raimondi (Los escaladores), provocando la admiración de Rafael.

El 24 de octubre de 1503, el Consejo asignó a Leonardo un local en Santa María Novella para que le sirviera de estudio. Leonardo da Vinci dibujó su gran cartón en Santa María Novella, representando una escena de la vida de Niccolò Piccinino, un condottiero al servicio del duque Filippo Maria Visconti de Milán. Dibujó una escena de un violento choque de caballos y una furiosa batalla de hombres peleando por el estandarte en la batalla de Anghiari. Giorgio Vasari en su libro Le Vite declara que es imposible expresar la manera magistral en la que Leonardo representó esta escena sobre el papel:
«Sería imposible expresar la inventiva del dibujo de Leonardo para los uniformes de los soldados, que esbozó en toda su variedad, o las crestas de los yelmos y otros ornamentos, por no mencionar la increíble habilidad que demostró en la forma y los rasgos de los caballos, que Leonardo, más que ningún otro maestro, creó en toda su osadía, músculos, y graciosa belleza».

Leonardo montó un ingenioso andamio en el Salón de los Quinientos que podía alzarse o doblarse del mismo modo que un acordeón. La pintura iba a ser su obra más grande y sustancial. Leonardo tenía una mala experiencia con la pintura al fresco (La Última Cena, refectorio de Santa María delle Grazie, Milán). La técnica del fresco no era apropiada para Leonardo, porque requiere una ejecución rápida y en lugar de ello Leonardo está lleno de pensamientos, de tiempos de reflexión y de lentitud. Era una técnica adecuada para Miguel Ángel, que realiza sus obras con gran rapidez y seguridad, pero no para Leonardo que en lugar de ello necesita tiempos más largos, y eventualmente incluso la posibilidad de rehacer o retocar algunas partes.

Por estos motivos, Leonardo decidió utilizar otra técnica, también para darle mayor resistencia a los colores, la llamada técnica del encausto ya descrita por Plinio el Viejo. La técnica del encausto requiere una fuente de calor muy fuerte para fijar los colores sobre la pared. La composición se tenía que calentar, cuando ya estaba pintada la pared, con un hornillo de carbón de leña para que la pintura secara rápidamente. Leonardo lo probó en el taller y le dio buen resultado. Pero cuando aplicó el método propuesto por Plinio en el fresco de la Gran Cámara, los hornillos sólo secaban la parte baja; la parte superior se desprendió a pedazos, como pasta mojada, o los colores se mezclaron debido a que no se pudieron secar suficientemente rápido. Entonces Leonardo abandonó el proyecto.

En realidad, a pesar del desastre, la obra estaba prácticamente acabada. Leonardo había trabajado durante un año con seis asistentes entre ellos, según dos documentos de 1505, un «Ferrando Spagnolo, pittore», lo que acaso corresponde a Fernando Yáñez de la Almedina o más probablemente a Hernando de los Llanos.
A pesar de los daños en la parte alta, entonces, la Batalla de Anghiari permaneció expuesta en el Palazzo Vecchio durante varios años; muchos la vieron, muchos la reprodujeron también, y entre ellos estuvo Rubens, que recopió la parte central, de manera que gracias a este dibujo de Rubens, se está actualmente en condiciones de tener una idea bastante clara de cómo era el fresco de Leonardo.

Las pinturas inacabadas de Miguel Ángel y Leonardo colgaron en la misma habitación juntas durante casi una década (1505- 1512). El cartón de la pintura de Miguel Ángel fue cortado en trozos por Baccio Bandinelli por celos en 1512. La pieza central de la batalla de Anghiari fue muy admirada y se hicieron numerosas copias durante décadas.
El Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio, que hoy es la Sala del Mayor Consejo de la República de Florencia, es el salón más grande para la gestión del poder jamás realizada en Italia. Hoy mide 54 metros de largo y 18 metros de alto, pero en los tiempos de Leonardo era distinta: era más espartana y menos decorada. La transformación se produjo a mediados del siglo XVI (1555-1572), cuando el Salón fue ampliado y reestructurado por Vasari y sus ayudantes, de manera que el Gran Duque Cosme I de Médici pudiera alojar a su corte en esta cámara.

 En lo alto hizo realizar el techo dorado con casetones en el que se representa el triunfo de Cosme, el nuevo soberano de Florencia, y la sumisión de la ciudad y de la región. Durante esta transformación se perdieron obras famosas pero inacabadas, incluyendo la Batalla de Cascina de Miguel Ángel y la Batalla de Anghiari de Leonardo da Vinci, pues en los lados pintó seis frescos, símbolo de la potencia de los Médicis: por un lado la toma de Siena y por el otro la derrota de Pisa.



La nueva tecnologia

Seracini dice que  el estado de las tecnologías más avanzadas mostraron que Vasari ha reforzado los muros mediante la construcción de los grandes marcos de piedra, que luego se llena con los ladrillos para crear una superficie de sus pinturas: la "Batalla de la Torre" en la pared oeste y el "Batalla de Marciano" en la pared este.

Seracini (el único no-personaje de ficción que vive mencionado en "El Código Da Vinci") encontró un Dan Brown-como clave en la caja de la pared de la "Batalla de Marciano".


Allí, en una pequeña bandera verde pintada, Vasari escribió: "Cerca, trova" - busca y encontrarás.

Una encuesta de radar realizadas la semana pasada confirmó que en la pared este, que alberga la "Batalla de Marciano," hay una "discountinuty" entre la pared de ladrillo de Vasari y el muro de piedra original.

"Esto significa que entre las dos paredes hay un hueco, posiblemente creada por Vasari para proteger la obra de Leonardo", dijo Seracini a los periodistas.

Pruebas concluyentes de que provienen de un especial de cobre y cristal de la lente de difracción de rayos gamma de mosaico que se puede asignar a los pigmentos de pintura oculta.


La cámara es la idea de David Yoder, un reportero gráfico que está trabajando en la historia de Seracini para la revista National Geographic (de la National Geographic Society es uno de los socios del proyecto principal de financiación).

Implicó a Robert Smither, uno de los físicos de la Advanced Photon Source Argonne National Laboratory. Smither ya estaba trabajando en un dispositivo para uso médico en imágenes de tumores de alta definición.

La cámara podría funcionar por un pelotón de neutrones en los metales contenidos en los pigmentos de Leonardo. Los metales se emiten rayos gamma que luego se centró en los cristales de cobre de la cámara (en lugar de lentes de vidrio).

"Hemos llevado a cabo dos semanas de pruebas en Frascati, en el centro de investigación italiano ENEA. Utilizamos finas capas de pigmentos y los ladrillos originales del Palazzo Vecchio", dijo Yoder Discovery News.


Será un mito o esta gran obra perdida del gran Leonardo estará escondida,



Fuentes:




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