Las cabinas de teléfonos rojas, es un espectáculo familiar en las calles del Reino Unido,
Uno de los elementos más comunes e identificativos de Londres son sus llamativas cabinas de teléfono de color rojo.
Si en Roma una de las tradiciones nos obliga a tirar una moneda a la fontana di Trevi, en Londres una de las tradiciones de todo turista es hacerse una o varias fotos en alguna de las numerosas cabinas de teléfono de la ciudad.
La famosa cabina de teléfono roja fue diseñada por Sir Giles Gilbert Scott y también la podemos encontrar en Malta y Gibraltar.
Se eligió el color rojo para que las cabinas fueran más llamativas y rápidamente reconocibles.
Actualmente, con la gran implantación de la telefonía movil, en Londres se ha reducido de forma considerable, al igual que en casi todas las ciudades, el número de cabinas de teléfono aunque aún se pueden ver numerosas repartidas por casi toda la ciudad.
Amenazadas por el uso generalizado del teléfono móvil, las famosas cabinas telefónicas rojas del Reino Unido corren peligro de extinción, aunque un curioso plan para "adoptar" esos locutorios podría ser su salvación. Con más de ochenta años de historia, los quiosquillos se han convertido en un icono de la cultura británica tan célebre como los autobuses de dos pisos o los taxis negros londinenses.
Sin embargo, el teléfono celular ha condenado a las cabinas al desuso y la falta de rentabilidad, algo inaceptable para British Telecom (BT, compañía telefónica privatizada en 1984), que no cubre con ellas ni los gastos de limpieza y reparación por vandalismo.
Funcionan como improvisados
escaparates de
"picantes" tarjetas con imágenes de chicas
Los locutorios sirven hoy
para poco más que
hacer un llamada si el usuario tiene la mala suerte de que su
móvil se queda
sin batería, o como refugio urgente ante un chaparrón
impredecible (algo, dicho
sea de paso, muy probable en Inglaterra).
En el centro de Londres, por cierto, muchas cabinas funcionan
como
improvisados escaparates de "picantes" tarjetas con
imágenes de
chicas despampanantes que ofertan sus encantos sin tapujos. No
sorprende, pues,
que BT haya desmantelado desde 2002 unas 31.000 cabinas el Reino
Unido, donde
sólo quedan 62.000, de las que 12.000 son las clásicas de color
rojo (o negro
en algunos sitios). De esos 12.000 quiosquillos colorados, unos 4.500 están amenazados de cierre, tal y como recordó esta semana British Telecom, que ya advirtió en junio pasado de la clausura de 14.000 cabinas en general durante los próximos meses.
No obstante, el gigante de las telecomunicaciones ha suavizado su postura, presionado por los ayuntamientos y las legiones de nostálgicos que desean preservar las "red phone box", como se conoce en inglés a los icónicos locutorios. "Durante un proceso de consultas sobre la retirada de cabinas no rentables, la población y los gobiernos locales han hecho varias sugerencias", dijo hace unos días la compañía.
Las típica cabina roja fue diseñada en 1924 por Giles Gilbert Scott (1880-1960), arquitecto de la imponente central eléctrica que alberga el londinense museo Tate Modern a orillas del río Támesis.
La cabina de Scott, de color rojo para facilitar su localización, era una caseta férrea dotada de un avanzado sistema de ventilación, con tres paredes formadas por paneles de vidrio y una corona real situada sobre la palabra "Telephone" en la parte superior. El modelo perduró hasta los años ochenta, cuando se sustituyó por las vulgares cabinas de cristal o plástico transparente que dominan hoy el paisaje urbano de las urbes del Reino Unido
Las cabinas telefónicas nacieron gracias a una urgencia médica que tuvo la esposa de William Gray.
La idea empezó a generarse cuando William Gray(EE.UU) tuvo la urgente necesidad de llamar a un médico para que visitara a su esposa, pero no estaba abonado al servicio telefónico y carecía de aparato en su hogar.
Tuvo que acudir a varios establecimientos y almacenes para que le dejasen efectuar una llamada, pero las continúas negativas con las que se encontró, para poder realizar esa llamada telefónica, le hicieron trabajar en la idea de teléfonos públicos. Al principio su idea se basaba en construir oficinas con un teléfono y un operador, pero este método no funcionó porque los gastos superaban los ingresos.
Tras varias pruebas, en 1889 el primer teléfono público del mundo se instaló en un banco de Hartford (Connecticut). El resultado fue tan satisfactorio que se empezaron a instalar, ya no solo en establecimientos públicos, sino en las principales calles de las poblaciones. Gray fundo una compañía y en tres años había instalado más de 80.000 aparatos.
La cabina de teléfono rojo, una cabina telefónica pública diseñada por Sir Giles Gilbert Scott, es un espectáculo familiar en las calles del Reino Unido, Malta, Gibraltar y las Bermudas, y pese a una reducción de su número en los últimos años, las cajas de color rojo puede ser aún visto en muchos lugares y en las colonias británicas actuales o antiguos de todo el mundo. El color rojo fue escogido para que sean fáciles de detectar
La cabina de teléfono rojo fue el resultado de un concurso en 1924 para diseñar un quiosco que sería aceptable para los Municipios Metropolitana de Londres que hasta entonces había resistido a los esfuerzos de
Los organizadores invitaron a las entradas de tres arquitectos respetados y, junto con los diseños de
El único K3 kiosco Mk2 que ha sobrevivido en situ se encuentra en Escocia, cerca de Rhynd en Perth y Kinross
K3, introducido en 1929, otra vez por Gilbert Scott fue similar al K2, pero fue construido en hormigón y diseñado para ser utilizado en todo el país. Más barato que el K2, seguía siendo significativamente más costoso que el K1 y lo que sigue siendo la elección de los sitios bajos ingresos. El esquema de colores estándar para el K1 y K3 se la crema, con barras de vidrio de color rojo. Un raro sobreviviente K3 quiosco se puede ver en la exposición junto a la playa Pingüino en ZSL London Zoo, donde se ha protegido de la intemperie por los aleros y recientemente restaurado a su esquema de color original,
K4 (diseñado por
K5 era una construcción de madera introducido en 1934 y diseñado para ser montado y desmontado y utilizado en las exposiciones.
Antes de estos cambios, la corona Tudor se había utilizado en todas las partes del Reino Unido, y el Imperio Británico.
Para dar cabida a las dos coronas en los quioscos de diferentes K6, las secciones de la fascia se emitieron a partir de ahora con una ranura en ellos, en la que una placa que lleva la corona apropiada se inserta antes de la sección del techo fue instalado. (Este cambio ocurrió en 1955 y es una manera muy útil de las citas cajas K6 fabricado a partir de entonces.)
Kioscos instalados en Kingston upon Hull no estaban equipados con una corona, como los quioscos instalados por
Sir Giles Gilbert Scott, (9 de noviembre de 1880 – 8 de febrero de 1960) fue un arquitecto inglés conocido por su trabajo en edificios como
Procedía de una familia de famosos arquitectos, pues era hijo de George Gilbert Scott (junior) y nieto de Sir George Gilbert Scott, sobrino de John Oldrid Scott y hermano de Adrian Gilbert Scott. La tradición siguió tras él, pues fue padre del también arquitecto Richard Gilbert Scott. Scott es recordado especialmente por ser capaz de combinar exitosamente el estilo neogótico con el estilo moderno.
Fuentes:
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