miércoles, 9 de febrero de 2011

El Evento de Tunguska, impacto de un objeto extraterrestre


El Evento de Tunguska, impacto de un objeto extraterrestre
impacto en Tunguska


tunguska
El Evento de Tunguska fue una explosión aérea de muy alta potencia ocurrida sobre las proximidades del río Podkamennaya en Tunguska (Evenkía, Siberia, Rusia), a las 7:17 del día 30 de junio de 1908.
El fenómeno de Tunguska alentó más de 30 hipótesis y teorías de lo ocurrido. La detonación, similar a la de un arma termonuclear de elevada potencia, ha sido atribuida a un cometa. Debido a que no se ha recuperado ningún fragmento, se maneja la teoría de que fue un cometa formado por hielo. Al no alcanzar la superficie, no se produjo cráter o astroblema. Casi un siglo después se produciría no muy lejos el evento de Vitim, menos espectacular pero aún más extraño.

impacto
Todavía hoy los científicos continúan dilucidar este misterioso impacto, o más bien explosión. Por que el objeto en cuestión explosionó a unos cinco kilómetros de altura sobre la tierra dejando su marca radial sobre los bosques rusos. Científicos italianos aseguran haber descubierto un posible cráter abierto por el objeto extraterrestre que chocó con la Tierra en la región siberiana de Tunguska en 1908. Los investigadores afirman, en la revista de geología ‘Terra Nova’, que el lago Cheko, situado a 8 kilómetros del epicentro de la explosión, llena el cráter producido por el choque de un fragmento de la roca.
bosque , luego del impacto

El suceso de Tunguska aún intriga a los científicos. Todavía no se sabe si el objeto que impactó en Siberia el 30 de junio de 1908 fue un asteroide, un pequeño cometa o un fragmento de un cometa. Aquel día, hacia las 7.15 horas, habitantes de la región vieron una bola de fuego, procedente del sureste, que cruzaba el cielo a gran velocidad. Poco después, una gran explosión arrasaba 2.200 kilómetros cuadrados de bosque, el equivalente a Guipúzcoa, en las cercanías del río Podkamenaya Tunguska. La energía liberada fue entre 10 y 15 megatones, unas mil veces la de la bomba de Hiroshima.

Kulik
La explosión de Tunguska es el mayor impacto de un objeto extraterrestre en época histórica. Tumbó unos 80 millones de árboles, las ondas sísmicas fueron registradas por observatorios de todo el mundo y, durante los dos días siguientes, las noches fueron tan brillantes que en Londres podía leerse el periódico en la calle a medianoche.
El primer investigador en llegar a la zona fue el mineralogista Leonid A. Kulik, a finales de los años 20, y no encontró ningún cráter, pero sí el epicentro de la explosión, gracias la distribución radial de los árboles. A raíz de que el escritor Alexandr Kazantsev identificó en dos cuentos de ciencia ficción en 1949 el suceso con un accidente de una nave alienígena, algunos ufólogos abrazaron esa disparatada idea.

Gasperini
Ahora, un grupo de científicos liderado por Luca Gasperini, del Instituto de Ciencia Marina italiano, defiende que el lago Cheko -ovalado y de unos 450 metros de largo- ocupa la herida abierta por el choque a baja velocidad de una roca de 10 metros de diámetro. «El proyectil que formó el lago Cheko pudo haber sido un fragmento del objeto que explotó en la atmósfera a entre 5 y 10 kilómetros de altura», dicen. A su favor, añaden que no hay pruebas -testimonios ni mapas- de la existencia del lago anteriores a 1928.



El geólogo británico Gareth Collins declaraba ayer a la BBC que las pruebas presentadas por Gasperini y sus colaboradores no son concluyentes y se preguntaba cómo podía haber hoy en día alrededor del lago árboles cuya apariencia apunta a que tienen más de cien años. Collins añadía que los fragmentos desprendidos del objeto habrían sido, en cualquier caso, demasiado pequeños y lentos como para abrir un cráter del tamaño del lago.



meteorito caido en sudan
Científicos de muchas partes del mundo están dando una segunda y más detallada mirada al meteorito, del tamaño de un automóvil, que explotó sobre el desierto de Nubia en Sudán, en 2008.
La investigación inicial se centró en la clasificación de los fragmentos del meteorito que se recogieron entre dos y cinco meses después de que se esparciesen por el desierto como consecuencia de la explosión y fuesen rastreados por la Red Astronómica de Objetos Cercanos a la Tierra, de la NASA.
Ahora, ya comienzan a aparecer estudios que profundizan en detalles de estos fragmentos y que van a ser decisivos para poder determinar el origen del meteorito.

En la primera ronda de investigaciones, Doug Rumble del Laboratorio Geofísico del Instituto Carnegie, y Muawia Shaddad de la Universidad de Jartum, examinaron un fragmento del cuerpo celeste, llamado 2008 TC3, y determinaron que pertenece a una categoría muy rara de meteorito.
Los meteoritos de esta clase tienen una composición muy diferente de la común. Se ha sugerido que todos los miembros de esta peculiar familia de meteoritos podrían tener un origen común, probablemente un protoplaneta desconocido.
Ahora, Rumble ha ampliado su trabajo para examinar 11 fragmentos de meteoritos, centrándose en la presencia de isótopos de oxígeno.
Los isótopos son átomos del mismo elemento que tienen neutrones extra en sus núcleos.
Los isótopos de oxígeno pueden utilizarse para identificar el objeto celeste del que procede el meteorito y determinar si todos los fragmentos provienen realmente de la misma fuente.
Un aerolito
Cada cuerpo celeste “progenitor” de meteoritos en el sistema solar, incluyendo la Luna, Marte y el gran asteroide Vesta, tiene una firma distintiva de isótopos de oxígeno que puede ser reconocida, incluso cuando otros factores, como la composición química y el tipo de roca, son diferentes.
Los resultados de los nuevos análisis muestran que toda la gama de isótopos de oxígeno que es típica en los meteoritos de esa rara clase, también estuvo presente en los fragmentos estudiados.
Un aerolito (Aeros, aire; Litos, piedra) o meteorito es un meteoroide que alcanza la superficie de un planeta debido a que no se desintegra por completo en su atmósfera.

Al entrar en contacto con la atmósfera, la fricción con el aire causa que el meteoroide se caliente, y entonces entra en ignición emitiendo luz y formando un meteoro, bola de fuego o estrella fugaz.
Se denominará bólido a aquellos meteoros cuya luminosidad sea superior a la del Planeta Venus (magnitud -4).
Generalmente, un meteorito en la superficie de cualquier cuerpo celeste es un objeto que ha venido desde otra parte del espacio.
Los meteoritos también se han encontrado en la Luna y Marte. Los meteoritos que se logran recuperar después de ser observados durante su tránsito en la atmósfera son llamados caídas.
El resto de los meteoritos se conocen como hallazgos. A la fecha (mediados de 2006), existen aproximadamente 1050 caídas atestiguadas que produjeron especímenes en las diversas colecciones del mundo.
En contraste, existen más de 31.000 hallazgos de meteoritos bien documentados. El término meteoro proviene del griego meteoron, que significa fenómeno en el cielo.
destello

Se emplea para describir el destello luminoso producido por la caída de la materia que existe en el sistema solar sobre la atmósfera terrestre lo que da lugar a una incandescencia temporal resultado de la fricción atmosférica.
Esto ocurre generalmente a alturas entre 80 y 110 kilómetros (50 a 68 millas) sobre la superficie de la Tierra.
Este término se emplea también en la palabra meteoroide con la que nos referimos a la propia partícula sin ninguna relación con el fenómeno que produce cuando entra en la atmósfera de la Tierra.
Un meteoroide es materia que gira alrededor del Sol o cualquier objeto del espacio interplanetario que es demasiado pequeño para ser considerado como un asteroide o un cometa.
Las partículas que son más pequeñas todavía reciben el nombre de micrometeoroides o granos de polvo estelar, lo que incluye cualquier materia interestelar que pudiera entrar en el sistema solar.
Un meteorito es un meteoroide que alcanza la superficie de la Tierra sin que se haya vaporizado completamente.
Los meteoritos se nombran siempre como el lugar en donde fueron encontrados, generalmente una ciudad próxima o alguna característica geográfica.

En los casos donde muchos meteoritos son encontrados en un mismo lugar, el nombre puede ser seguido por un número o una letra (ejemplo: Allan Hills 84001 o Dimmitt (b)).
Tradicionalmente los meteoritos se han dividido en tres amplias categorías: Meteorito pedregoso (rocas), integradas principalmente por los minerales de silicato; Condrita Acondrita Meteorito metálico, se componen en gran parte de hierro-níquel; Meteorito pedregoso-metálico, que contienen grandes cantidades de material metálico y rocoso.
Los modernos esquemas de clasificación dividen los meteoritos en grupos según su estructura, composición química e isotópica, y mineralogía.
El fenómeno de la caída
La mayoría de los meteoritos se desintegran al incorporarse en la atmósfera de la Tierra; no obstante, se estima que 100 meteoritos de diverso tamaño (desde pequeños guijarros hasta grandes rocas del tamaño de una pelota de baloncesto) entran en la superficie terrestre cada año; normalmente sólo 5 o 6 de éstos son recuperados y son descubiertos por científicos.
Pocos meteoritos son lo bastante grandes para crear cráteres que evidencian un impacto.
En vez de esto, sólo llegan a la superficie a su velocidad terminal (caída libre), y la mayoría tan solo crea un hoyo pequeño.
Sin embargo, algunos de los meteoritos que caen han causado daño a inmuebles, ganado, e incluso a la gente.
Los grandes meteoroides podrían chocar con la Tierra con una fracción de su velocidad cósmica, originando un cráter de hipervelocidad de impacto.
El tamaño y tipo del cráter dependerá del tamaño, de la composición, del grado de fragmentación, y del ángulo entrante del meteorito.
La fuerza de tales colisiones tiene el potencial de causar una destrucción extensa.
los cráteres de Wabar

Los choques a hipervelocidad más frecuentes, normalmente son causados por un meteorito metálico, los cuales son más resistentes y transitan intactos en la atmósfera terrestre.
Algunos ejemplos de cráteres causados por meteoroides metálicos incluyen al cráter del meteorito de Barringer, los cráteres de Wabar, y el cráter de Wolfe Creek, ya que en estos cráteres se encontró un meteorito metálico o sus fragmentos.
En contraste, incluso los cuerpos pedregosos o helados que son relativamente grandes (como los cometas pequeños o los asteroides) y que llegan a pesar millones de toneladas, son frenados en la atmósfera, y por lo tanto no hacen cráteres de impacto.
Aunque tales acontecimientos no son frecuentes, pueden provocar una considerable conmoción; el famoso cráter de Tunguska probablemente resultó de tal incidente.

cráter de Morokweng en Sudáfrica
Grandes objetos pedregosos (de centenares de metros en diámetro o más y que logran pesar decenas de millones de toneladas o más) pueden alcanzar la superficie y causar grandes cráteres, sin embargo, estos son muy raros.
Estos acontecimientos generalmente son tan enérgicos que el meteoro impactor se destruye por completo sin dejar ningún meteorito.
(El primer vestigio de un meteorito pedregoso encontrado en asociación con un gran cráter de impacto fue el cráter de Morokweng en Sudáfrica, descubierto en mayo de 2006).
Existen varios fenómenos bien documentados sobre caídas de meteoritos que fueron atestiguados, aun cuando estos fueron demasiado pequeños para producir cráteres de hipervelocidad.
La estela de fuego que se genera mientras el meteoroide pasa a través de la atmósfera puede lucir muy brillante, llegando a rivalizar en intensidad con el Sol, aunque la mayoría son muy difusos y no se pueden apreciar incluso durante día.
Se han reportado avistamientos en diversos colores, que incluyen al amarillo, el verde y el rojo.
Los flashes y las explosiones de luz pueden ocurrir mientras el objeto se desintegra.
A menudo, durante las caídas de meteoritos se escuchan explosiones, detonaciones, y rugidos que pueden ser causadas por explosiones sónicas, así como ondas expansivas que resultan de la fragmentación del cuerpo.
Estos sonidos pueden ser escuchados sobre amplias áreas que llegan a abarcar varios miles de kilómetros cuadrados.
Otros sonidos que se producen pueden ser chiflidos y silbidos, pero son pobremente comprendidos.
No es inusual que después del paso de la estela de fuego, en la atmósfera se rezague un rastro de polvo por cierto tiempo.
El meteorito Laguna Manatiales hallado en Santa Cruz, Argentina.Mientras que los meteoroides se calientan durante su paso a través de la atmósfera, sus superficies se derriten y experimentan la ablación.
Durante este proceso pueden ser esculpidos en varias formas, dando por resultado profundas "huellas digitales", en forma de muescas sobre sus superficies llamadas los regmagliptos.
Si el meteoroide mantiene una orientación fija por cierto tiempo sin tambalearse, puede desarrollar una "nariz en forma de cono" o una forma cónica.
color negro

Al sufrir la desaceleración, la capa superficial fundida se solidifica en una fina corteza de fusión, la cual en la mayoría de los meteoritos es negra (en algunas acondritas, la corteza de fusión puede ser ligeramente rojiza).
En los meteoritos pedregosos, la zona afectada por el calor tan solo abarca unos pocos milímetros de espesor; en los meteoritos metálicos (los cuales son mejores conductores de calor), la estructura de metal puede ser afectada por el calor hasta 1 centímetro debajo de la superficie.
Se ha reportado que cuando aterrizan los meteoritos, son un poco cálidos al tacto, pero nunca son extremadamente calientes.
No obstante, los informes varían grandemente, ya que algunos meteoritos que son avistados "quemándose" durante su aterrizaje, mientras que otros se avistan formando una capa de hielo sobre su superficie.
Los meteoroides que experimentan la fragmentación en la atmósfera pueden caer como una lluvia de meteoritos, las cuales pueden variar desde tan solo unas pocas rocas, hasta miles de guijarros.
El área sobre la cual cae una lluvia de meteoritos se conoce como “campo de dispersión”.
Los campos de dispersión comúnmente tienen forma elíptica, donde su eje mayor siempre es paralelo con la dirección de vuelo del meteoroide.
En la mayoría de los casos, los meteoritos más grandes de una lluvia son encontrados un poco más lejos que el resto de las rocas dentro del campo de dispersión.
Lenin

El estudio del suceso de Tunguska fue tardío y confuso. El gobierno zarista no lo consideró prioritario (algunas fuentes indican que tenían mucho interés en hacerlo pasar por una «advertencia divina» contra la agitación revolucionaria en curso), y no sería hasta 1921 —ya durante el gobierno de Lenin— cuando la Academia Soviética de Ciencias envió una expedición a la zona dirigida por el minerólogo Leonid Kulik. El clima permitió que la alteración de las huellas del impacto fuera muy poca. Hallaría un área de devastación de 60 km de diámetro, pero ningún indicio de cráter, lo que le resultó sorprendente. En los años siguientes hubo varias expediciones más; en 1938 Kulik realizó fotografías aéreas de la zona, lo que puso en evidencia una estructura del área de devastación en forma de «alas de mariposa». Esto indicaría que se produjeron dos explosiones sucesivas en línea recta. En los años 50 y 60 otras expediciones hallaron microlitos cristalinos muy ricos en níquel e iridio enterrados por toda la zona, lo que refuerza la teoría de que pudo tratarse de un objeto natural de origen extraterrestre. También se encontraron pequeñas partículas de magnetita.
el lago Cheko

Una expedición italiana que viajó a la zona en 1999 ha anunciado en 2007 que ha encontrado un cráter (el lago Cheko) asociado al suceso. Se trataría de un cráter de unos 50 metros de profundidad y 450 de diámetro localizado a 5 km del epicentro de la explosión. Los científicos afirman que han estudiado anomalías gravitatorias y muestras del fondo del lago que revelan este origen. Además, no hay testimonios ni mapas que avalen la existencia de este lago con anterioridad a 1908. Creen que se trataría de un fragmento menor del cuerpo impactante (cometa o asteroide) y que chocó a velocidad reducida. No obstante, los resultados de esta expedición no son definitivos, puesto que habría que obtener muestras más profundas. Algunos científicos han puesto en duda esta hipótesis, ya que consideran extraño que se generara sólo un cráter menor, en vez de un gran cráter (como el Cráter del Meteorito, en Arizona) o un rosario de pequeños cráteres (como el meteorito de Sikhote-Alin, en Rusia, o Campo del Cielo en Argentina), además existen árboles en el lago que aparentan tener más de cien años.
Por todo esto comenso las diferentes teorias que se barajan

Cometa

cometa
Es la teoría más aceptada actualmente por los científicos. Un cuerpo celeste (un cometa pequeño o quizá sólo un fragmento) compuesto de hielo y polvo que estalló y posteriormente quedó completamente vaporizado por el roce con la atmósfera terrestre, permitiendo que todo el hielo se sublimara directamente a gas, que se dispersó por la atmósfera eliminando todo rastro de la explosión. Al observar los sismogramas del fenómeno Tunguska, estos corresponden a una explosión con una potencia de 30 megatones a 8 km de altura al ser comparados con los de explosiones nucleares aéreas. Según una hipótesis formulada en la década de 1930 por el astrónomo I. Astapovich y el meteorólogo F. J. Whipple, se trató del impacto de un pequeño fragmento de cometa cuyo núcleo, dada la masa estimada, habría debido tener un diámetro de varios centenares de metros. La cohesión del conglomerado que constituye el núcleo de un cometa es muy débil como para permitir su desintegración rápida en la atmósfera, ocasionando una gran explosión de gran magnitud al impactar contra el suelo y vaporizándose. La destrucción ocasionada se debería, fundamentalmente, a la onda de choque atmosférica y, secundariamente, a la onda térmica. La trayectoria de caída indica que el cometa procedía de una dirección muy próxima a la del Sol, dificultando su observación (como cuando ocurren los tránsitos de planetas interiores) y menos si hubiera agotado sus sustancias volátiles que producen su cabellera o cola, reduciéndose a un agregado inerte tal como un minúsculo asteroide. El día anterior a la explosión hubo una nutrida lluvia meteórica llamada táuridas, y el cometa 2P/Encke, fuente de la misma, se encontraba muy cerca de la Tierra.
Lo que vemos hoy del citado cometa es solo un fragmento de un cometa mayor que comenzó a desintegrarse hace unos 30.000 años, por lo que es muy probable que un trozo del mismo haya impactado en Tunguska.

 Bomba de hidrógeno natural

En 1989, los astrónomos D'Alessio y Harms sugirieron que parte del deuterio de un cometa que penetró en la Tierra podría haberse fusionado nuclearmente, dejando una «firma» distinguible en forma de Carbono-14 en la atmósfera. Concluyeron que la cantidad de energía nuclear liberada habría sido casi despreciable.
Independientemente, en 1990, César Sirvent propuso que un cometa de deuterio, es decir, un cometa con una concentración de deuterio anormalmente alta en su composición, podría haber explotado como una bomba de hidrógeno natural, generando la mayor parte de la energía liberada en la explosión. La secuencia habría sido, primero una explosión mecánica o cinética, e instantes después una explosión termonuclear generada por la primera explosión.
Ninguna prueba o sugerencia avala esta teoría.

Antimateria

antimateria
La antimateria se desintegra al chocar con la materia. Así pues, se tendría un rayo de energía durante todo el recorrido hasta el punto donde toda la antimateria se hubiera desintegrado. La única posibilidad de que se diera una formación similar sería que la antimateria hubiera caído en vertical, hacia el centro de la Tierra y se desintegrara por completo antes de llegar al suelo. No se conoce ningún proceso por el cual se pueda formar antimateria en medio del espacio. El espacio del sistema estelar no está por completo vacío (tiene una mínima densidad de hidrógeno), así que tendría que haber una gran cantidad de antimateria para aguantar su viaje hasta la Tierra. Es imposible que existan objetos así, ya que su choque con el hidrógeno espacial, aún en su pequeña proporción, emitiría cantidades de energía significativamente perceptibles.

 Tormenta magnética


Aunque el fenómeno ha sido observado muchas veces, las tormentas magnéticas solo se producen en el seno de explosiones nucleares mucho mayores que ellas mismas. No hay rastros de ellas en Tunguska.

Todo  esto hace que este suceso sea tan apasionante, y no se sabe lo que ha sucedido, por todo esto este hecho siguen siendo un mito o realidad



impacto extraterrestre


Fuente:

No hay comentarios:

Publicar un comentario