jueves, 10 de febrero de 2011


Por una oreja comenzó una guerra entre Inglaterra y España
ataque a cartagena de indias

batallas en el área del caribe
La llamada Guerra de la oreja de Jenkins o Guerra del Asiento fue un conflicto bélico que duró de 1739 a 1748, en el que se enfrentaron las flotas y tropas coloniales de Gran Bretaña y España (a la que auxilió Francia enviando una flota de guerra) destacadas en el área del Caribe. Por el volumen de los medios utilizados por ambas partes, por la enormidad del escenario geográfico en el que se desarrolló, y por la magnitud de los planes estratégicos de España e Inglaterra, la Guerra del Asiento puede considerarse como una verdadera guerra moderna.

guerra de la sucesión austriaca
A partir de 1742 la contienda se transformó en un episodio de la Guerra de Sucesión Austriaca, cuyo resultado en el teatro americano finalizaría con la derrota inglesa y el retorno al statu quo previo a la guerra. La acción más significativa de la guerra fue el Sitio de Cartagena de Indias de 1741, en el que fue derrotada una flota británica de 186 naves y casi 27.000 hombres a manos de una guarnición española compuesta por unos 3.500 hombres y 6 navíos de línea. La Historia no volvería a ver una batalla anfibia de tal magnitud hasta el Desembarco de Normandía, más de dos siglos después.
Durante la contienda, dada la enorme superioridad numérica y de medios de Inglaterra sobre España, resultó decisiva la extraordinaria eficacia de los servicios de inteligencia españoles, que consiguieron infiltrar agentes en la Corte londinense y en el cuartel general del Almirante Vernon. El plan general inglés así como el proyecto táctico de la toma de Cartagena de Indias fueron conocidos de antemano por la Corte española y por los mandos virreinales con tiempo suficiente para reaccionar y adelantarse a los británicos.


sir Walpole
El curioso nombre con el que es conocido este episodio, en la historiografía inglesa, se debe al apresamiento por un buque español de un navío contrabandista inglés, capitaneado por el pirata inglés Robert Jenkins, en 1731. Según el testimonio de Jenkins, que compareció en la Cámara de los Comunes en 1738, como parte de una campaña belicista por parte de la oposición parlamentaria en contra del primer ministro Walpole, el capitán español, Julio León Fandiño, que apresó la nave, le cortó una oreja a Jenkins al tiempo que le decía (según el testimonio del inglés) «Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve». En su comparecencia, Jenkins denunció el caso con la oreja en la mano, y Walpole se vio obligado a regañadientes a declarar la guerra a España el 23 de octubre de 1739

Jorge II
Cuando Jenkins regresó, presentó una reclamación ante el mismísimo Jorge II, refrendada por un documento firmado y sellado por el gobernador británico de las Indias Occidentales, donde se afirmaba la veracidad de su historia. Al principio no se le dio importancia al incidente; sin embargo, años después, en 1738, Jenkins fue llamado ante la Cámara de los Comunes, donde testificó con todo lujo de detalles, incluído el mostrar una oreja amputada, según él la suya propia disecada

El primer ministro, Walpole, presionado por la oposición y la opinión publica, consideró que era un caso grave de ofensa al honor nacional, un claro casus belli. Se decidió entonces enviar tropas a las colonias americanas y una escuadra a Gibraltar, al mando del almirante Haddock, ante lo cual España reaccionó inmediatamente. Walpole consiguió frenar las hostilidades firmando el Convenio del Pardo (enero 1739) con España, pero el Parlamento Británico lo rechazó -apoyado decididamente por la Compañía de los Mares del Sur- , debido a las condiciones de desventaja para Inglaterra y a no estar de acuerdo en el pago de compensaciones mutuas. Por su parte, el rey de España, Felipe V, se negaba a pagar su parte de dichas compensaciones antes de que lo hiciera Inglaterra. Esto provocó que Inglaterra retirara el "Derecho de Visitación" a lo que España respondió retirando el "Derecho de Asiento" y el "Navío de Permiso", confiscando todos los barcos ingleses que en ese momento estuviesen anclados en puertos españoles, tanto de la metrópoli como de las colonias. Ante este hecho, Gran Bretaña retiró a su embajador en Madrid y, en octubre, declaró oficialmente la guerra a España, guerra conocida en los anales británicos como War of Jenkins' Ear (Guerra de la Oreja de Jenkins). Esta guerra, que duraría desde 1739 a 1748, quedó englobada a partir de 1742, como una ramificación más de la Guerra de Sucesión Austriaca.
toma de puerto bello


El primer incidente serio se produjo en noviembre de 1739, con la toma y destrucción de Puerto Bello -actual Portobelo, en Panamá- a cargo del almirante Edward Vermon. Este lugar era un importante centro de exportación de plata en el Virreinato de Nueva Granada y la victoria se acogió en la metrópoli como algo extraordinario, dado el poderío español. La prensa magnificó el hecho y satirizó contra dicho poderío.
Edward Vermon

Tras esta inesperada victoria inglesa, se planeó invadir Cuba, pero Vermon decidió entonces que era mejor atacar Cartagena de Indias, el puerto más importante del Virreinato y punto principal de partida de la Flota de Indias hacia la Península. La flota inglesa reunió en Jamaica (1741) el contingente mayor visto hasta entonces en hombres y barcos: 186 naves (la Armada Invencible de Felipe II tenía 126) con 2.600 piezas artilleras y más de 27.000 hombres (10.000 soldados para el desembarco, 12.600 marineros, 1.000 macheteros esclavos jamaicanos y 4.000 voluntarios de la colonia de Virginia al mando de Lawrence Washington(hermano de george Washington) 
Blas de Lezo



La defensa de la plaza estaba a cargo de Blas de Lezo, experimentado marino que había demostrado su valía en la Guerra de Sucesión Española y en bastantes acciones contra los piratas en el Caribe y Argelia, pero en inferioridad total de barcos y hombres: una flotilla de 6 naves (que, tras realizar algunas acciones, fueron hundidas a drede por Lezo en la bocana del puerto, para evitar el paso a los ingleses) y una tropa de 3.000 hombres, soldados y milicia urbana, a los que se unieron 600 arqueros indios venidos del interior

Tras un primer desembarco, toma de bastiones aledaños a la ciudad por los ingleses y retirada de los españoles hasta la fortaleza de S. Felipe de Barajas, donde se reorganizaron, Vermon creyó la victoria prácticamente conseguida, por lo que mandó un mensaje a Jamaica asegurando que los objetivos se habían cumplido. Sin embargo, el posterior asalto a S. Felipe fue un desastre, convirtiéndose en una carnicería donde 6.000 ingleses perdieron la vida, mientras que los españoles sufrieron menos de 1.000 bajas en toda la campaña. Vermon se vió obligado a regresar a Jamaica, dándose el caso de tener que hundir varios barcos, vacíos a causa de las bajas. La mayor operación de la Navy se había saldado con la mayor derrota de su historia.

acciones militares


Al ver que Nueva Granada no estaba tan mal defendida como se pensó en un principio, se retomó la idea de invadir Cuba. Vermón partió de Jamaica en dirección a Santiago, pero ante el informe de que una importante guarnición custodiaba la ciudad, se desvió hacia la bahía de Guantánamo, donde, al mando del general Wentworth desembarcaron 3.400 soldados, entre los que iban los supervivientes virginianos de Washington. En principio avanzaron hacia Guantánamo (ciudad) sin muchas dificultades, pero las enfermedades tropicales empezaron a diezmar a la tropa, que se vió obligada a reembarcar sin poder establecer una base desde la que dirigir posteriores operaciones. La empresa de Cuba fue abandonada definitivamente, aunque la flota de Vermon permaneció bloqueando el puerto de Santiago durante más de un mes.
Oglethorpe

En Norteamérica, el principal teatro de operaciones fue Georgia, gobernada entonces por Oglethorpe quien ordenó la invasión de Florida, con el asedio al fortín de S. Agustín que resistió bien, desmoralizando a los asediantes, quienes optaron por levantar el sitio y volver a sus bases de origen. Hubo un posterior contraataque español, pero sus consecuencias fueron de escasa entidad

Hubo también un intento de atacar las posesiones españolas en el pacífico, con Filipinas como principal objetivo, pero una escuadra inglesa que salió desde Bristol rumbo al cabo de Hornos, pasó por innumerables calamidades y sólo consiguió capturar un barco español.

Protagonistas de esta historia
Jenkins
Robert Jenkins fue un marino británico del siglo XVIII que ha pasado a la Historia como protagonista del llamado Incidente Jenkins, el cual desató una guerra entre España y Gran Bretaña en 1739 tras ser convenientemente magnificado por la prensa y oposición política de su país.

En 1731, mientras capitaneaba la nave contrabandista Rebecca en aguas caribeñas, Jenkins fue abordado por un guardacostas español dirigido por Julio León Fandiño, quien le cortó una oreja como represalia al tiempo que le decía (según el propio Jenkins) "Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve". Al volver a Inglaterra, Jenkins presentó una queja al propio Rey Jorge II de Gran Bretaña, proporcionando como prueba de la veracidad de su historia un informe que había sido firmado por el comandante en jefe británico en las Indias Occidentales. Al principio el caso no logró una gran repercusión, pero esto cambió en 1738, cuando Jenkins repitió su historia con todo lujo de dramáticos detalles ante un comité de la Casa de los Comunes, a quienes llegó a enseñar lo que parecía ser la propia oreja amputada (más adelante se sugirió que Jenkins no había conservado su oreja consigo, sino que ésta había sido colocada en una picota, probablemente para ser exhibida en el lugar del incidente como advertencia a otros contrabandistas).
A modo de indemnización, se le concedió el mando sobre un barco de la Compañía Británica de las Indias Orientales y más tarde se convirtió en supervisor de los asuntos de dicha compañía en la isla de Santa Helena. En 1741 viajó a este lugar para investigar las denuncias sobre corrupción que recaían sobre el gobernador de la isla, a quien relevó desde mayo de 1741 a marzo de 1742. Posteriormente reanudó su carrera naval, registrándose una acción contra un barco pirata con el fin de conservar el mando de su propia nave y otras tres más bajo su control.
Este incidente solo fue una excusa para declarar la guerra, puesto que los problemas entre ambos países venían de atrás (Tratado de Utrech, Gibraltar y Menorca, piratería inglesa contra la Flota de Indias, que se remontaba a los tiempos de Drake -1585 aprox.- etc.) con roces contínuos por la hegemonía comercial en las colonias americanas. La oreja que Jenkins mostró, probablemente no le pertenecía, pues corría el rumor de que Fandiño había puesto el apéndice en la picota, a modo de advertencia para otros piratas.

todo por una oreja



Fuente:

No hay comentarios:

Publicar un comentario