lunes, 28 de noviembre de 2011

Nian, el monstruo


Nian, el monstruo 




La población china, extendida por todos los rincones del planeta, festeja el año nuevo, Año lunar 4709, y llegará hasta el día 15, cuando se celebra, el Festival de los Faroles. Se da la circunstancia de que en estas fechas, cada año, se produce el mayor movimiento poblacional del planeta;.
La población china, siguiendo su horóscopo, cada año lo hermana a un animal diferente; este año le ha tocado el turno al conejo. Al Año Nuevo Chino también se le conoce como “Festival de Primavera” o “Guo Nian”, nombre este último de un mitológico monstruo chino portador de una curiosa leyenda.


En Mitología china, una bestia que llega en primavera. La palabra china para año se basa en la llegada de este ser. Un dicho del Año Nuevo Chino, guo nian  significa el paso de la bestia. Se cree que vive bajo el mar. Él viene para atacar a la gente a la vez que el año nuevo. La tradición china de decorar con rojo, lanzar petardos y las danzas del león con ruidosos platillos y gongs es hecha, en realidad, para asustar a esta bestia...

Cuenta la leyenda que Nian era un monstruo, gigantesco, con grandes cuernos, carnivoro y voraz que se dedicaba a ocasionar todo el mal que podía y a devorar todo aquello que encontraba su paso. El Dios del Cielo consiguió vencerle y le encerró en el fondo del mar con la promesa de sólo la víspera de l Año Nuevo podía salir para alimentarse y hacer maldades

Cada año Nian salía y devoraba todos los animales y personas que vivían en la cosa. A raíz de aquello, todos los pueblos costeros emigraban hacia las montañas para evitar ser devorados por Nian. Cierto día, cerca de la víspera del Año Nuevo, un anciano mendigo, con el pelo casi blanco, llegó a un pueblo y les pidió asilo a cambio de protegerles del monstruo. Nadie le creyó. Una mujer que le dio de comer le sugirió que huyera, a lo que el mendigo le respondió: “Mujer, si me das un lugar donde dormir en tu casa, mantendré a Nian alejado de ti”; la mujer no le creyó, pero le dejó quedarse solo en su casa y en el pueblo.

Por la noche Nian llegó hasta el pueblo, donde sólo estaba el anciano mendigo; Nian fue obligado a detenerse por una estela de papel rojo pegada en la puerta de la anciana que estaba bien iluminada. En la parte de atrás, el anciano encendió una ristra de petardos, comenzó a reir, a cantar y a dar palmas. Nian, desconcertado, huyó a su guarida del fondo del mar dejando el pueblo intacto.



Al día siguiente, cuando la gente volvió al pueblo, se sintieron avergonzados por no haber hecho caso al mendigo. Le buscaron por todas partes y cuando le encontraron le dieron las gracias y le invitaron a celebrar con ellos el Festival de la Primavera. 

Cuando los habitantes del pueblo le preguntaron cómo sabía derrotar a la bestia, el anciano les dijo que había sido testigo de la titánica lucha del Dios del Cielo y Nian, y que este había utilizado el poder de la luz, su estandarte rojo y el estruendo de su espada para doblegar a la bestia.
Rápidamente se extendió la noticia del pueblo salvado de las fauces de Nian y de cómo podían defenderse de la bestia.



Así que cada año, la víspera del Año Nuevo, los chinos engalanan sus casas con cientos de farolillos, cantan, bailan y rien y tiran petardos y cohetes, para siempre mantener alejada a la bestia, que no se atrevió a salir nunca más.


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