Re di
Maggio, Humberto II
de Italia
Humberto
II de Italia, en italiano
Umberto II (Racconigi, 15 de septiembre de 1904 – Ginebra,
1983), fue el último
rey de Reino de Italia tras la abdicación de su padre Víctor
Manuel III, por un
período de 33 días, lo que le llevó a ser conocido como el
«Rey de Mayo» (Re di
Maggio).
A raíz
de la liberación de
Roma por los aliados en 1944 se convirtió en «Lugarteniente
del Reino de
Italia» asumiendo las funciones de jefe de Estado por la
situación comprometida
en la que se encontraba su padre, dado su papel en el asalto
al poder por parte
de Benito Mussolini. Finalmente, Víctor Manuel III tuvo que
abdicar en favor de
su hijo Humberto el 9 de mayo de 1946. Renunció el título de
rey de Albania,
reclamado por su padre después de la invasión italiana de
este país, pidiendo
perdón personalmente al rey Zog I por la usurpación de su
trono.
Humberto
II sólo pudo
reinar durante 33 días, hasta el 12 de junio, ya que tuvo
que aceptar los
resultados del plebiscito celebrado el 2 de junio de 1946 en
el que,
oficialmente por dos millones de votos, pero bajo sospecha
por parte de
sectores monárquicos de manipulación del resultado, los
italianos optaron por la República como
forma de
estado. El Vaticano estaba tan convencido del resultado
fraudulento de la
consulta que se negó a recibir a los presidentes de la República
Italiana
durante más de quince años.
Humberto
de Saboya partió
hacia el exilio y fijó su residencia habitual en Cascais,
Portugal. Años
después, se estableció en Ginebra, Suiza, desde donde
solicitó una y otra vez
al gobierno italiano que le permitiera regresar a Italia por
razones
humanitarias. Para ello contó con el apoyo solidario del Rey
de España, Juan
Carlos I, precisamente nacido en Roma. Sin embargo, para que
ello fuera
posible, se necesitaba una reforma de la constitución de la República ,
lo que tenía
la tenaz oposición, entre otras fuerzas, de la bancada
comunista.
Humberto
II murió en Suiza
en marzo de 1983 sin ver cumplido su deseo de pisar suelo
patrio. Fue sepultado
en la
Abadía
de Sainte-Marie-d'Hautecombe, en la Saboya
francesa. Su testamento incluía la donación al Papa
del Santo Sudario de Turín y la petición de ser enterrado
con el sello real de
los Saboya, petición que se tomó como un signo inequívoco de
que consideraba
que con él quedaba caducada la dinastía de los monarcas de
Italia.
Víctor
Manuel III (Nápoles,
Italia, 11 de noviembre de 1869 – Alejandría, Egipto, 28 de
diciembre de 1947)
fue Rey de Italia (29 de julio de 1900 – 9 de mayo de 1946).
Su nombre completo
era Vittorio Emanuele Ferdinando Gennaro Maria di
Savoia-Carignano. Fue
nombrado miembro de la Insigne Orden del
Toisón de Oro el 2 de diciembre de 1878. Su título
al nacer era de Príncipe de Nápoles
Sucedió
a su padre, Humberto
I, en 1900 cuando éste murió asesinado en Monza. Recibió,
como era frecuente en
los príncipes de su época, formación militar (debido a su
baja estatura,
1'53m., hubo que cambiar la legislación castrense a este
respecto) y mostró
especial interés por los asuntos de la milicia. Durante su
reinado Italia, como
el resto de las potencias europeas, trato de conformar un
imperio colonial y
aumentar su territorio nacional lo que llevó al país a verse
envuelto en varios
conflictos: en un primer momento mantuvo la Guerra Ítalo-Turca en
1911–1912, luego participó
en la
Primera Guerra
Mundial (1915–1918) en el bando aliado, más tarde en la Guerra de Etiopía
(1935–1936) y también en la Guerra Civil
española
en apoyo del bando franquista liderado por Francisco Franco
(1936–1939).
El 1929
concluyó con el
papa Pío XI los llamados Pactos de Letrán, por los que se
creaba el estado
soberano de la
Ciudad
del Vaticano y se cerraba el conflicto abierto en 1870 con
la toma de Roma por
parte de las tropas del nuevo reino de Italia.
Víctor
Manuel III fue
proclamado emperador de Etiopía (1936–1941) y rey de Albania
(1939–1943), ambas
ocupadas por Italia, pero sólo fue reconocido como tal por
los aliados del fascismo
italiano. Precisamente debido a la conquista de Etiopía,
Italia fue objeto de
sanciones por parte de la Sociedad
de Naciones y en un gesto de desdén se autoexcluyó de la
misma.
Durante
las dos primeras
décadas de su reinado, Víctor Manuel III actuó dentro de los
límites marcados
por la
Constitución
y no interfirió en la acción de los sucesivos gobiernos.
Pero en 1922 ante la
presión ejercida sobre el gobierno por la Marcha
sobre Roma que habían organizado los
fascistas liderados por Benito Mussolini, el monarca no
aceptó declarar el
estado de sitio que había solicitado el primer ministro
Luigi Facta y, el 30 de
octubre, aceptó el nombramiento de Mussolini como primer
ministro, vulnerando
sus atribuciones constitucionales. Con Mussolini en el
poder, el monarca ni se
opuso ni tan sólo opinó sobre el desmantelamiento del
sistema constitucional y
la imposición del régimen totalitario fascista en 1925.
Víctor Manuel III
tampoco se interpuso cuando Mussolini acabó con la oposición
democrática y
liberal y no mostró reparos a la entrada de Italia junto a la Alemania
nazi en la Segunda Guerra
Mundial (1939–1945)
Mussolini
impidió
cualquier margen de maniobra al monarca que se mantuvo como
Jefe del Estado con
funciones representativas. Víctor Manuel III no trató de
impedir ni mostró
reserva alguna con los crímenes del fascismo. Cuando se
comprobó que la
victoria de los aliados sería segura y los líderes fascistas
depusieron al Duce,
Víctor Manuel encargó al mariscal Pietro Badoglio la
formación de un gobierno
que puso a Italia en el bando de los aliados en (1943) y
acabó con el régimen
de Benito Mussolini. La corte abandonó Roma, ocupada por las
tropas alemanas, y
trasladó la capital a Bari.
La
pérdida de prestigio de
la
Monarquía
por el papel de Víctor Manuel durante la dictadura de Benito
Mussolini provocó
que, en el referéndum celebrado el 2 de junio de 1946, los
italianos optaran
mayoritariamente por la República ,
aunque el resultado de la consulta fuera sospechoso de
fraude y que nunca haya
sido aclarado del todo.
Siendo
consciente del
rechazo que provocaba entre la población italiana, Víctor
Manuel III trató de
salvaguardar la continuidad de la Casa de
Saboya abdicando, el 9 de mayo de 1946, a
favor de su hijo y
heredero Humberto II, que había asumido las funciones de
jefe del Estado desde 1944
como «lugarteniente del Reino de Italia». Tras su
abdicación, Víctor Manuel de
Saboya partió al exilio bajo el nombre de Conte di Pollenzo
y murió un año
después en Alejandría, Egipto, en cuya iglesia de Santa
Catalina fue y continúa
sepultado.
Al
finalizar la Segunda Guerra
Mundial, Italia se encuentra en condiciones gravísimas: los
bombardeos y el
paso de los tanques dejaron ciudades en ruinas, fábricas y
líneas férreas
destruidas, campos devastados, la flota mercantil hundida.
Hubo desocupación,
falta de víveres, de casas, de puentes y de calles, también
la unidad del
Estado parecía estar en peligro.
Se decide realizar un plebiscito para escoger entre República o Monarquía y el 2 de junio de 1946, 25 millones de italianos acudieron a las urnas (por primera vez votaron las mujeres). El resultado fue de 12.717.923 votos a favor dela República (54,3%) y 10.719.284 a
favor de la Monarquía. El 13 de
junio, Humberto II, llamado "Rey de Mayo" (reinó 10 de mayo
al 13 de
junio de 1946), parte al exilio: la XIII
disposición transitoria de la nueva Constitución
prohibió el ejercicio de los derechos políticos a los
miembros y sus
descendientes de la Casa
de Saboya y el ingreso a Italia a los descendientes hombres
de la familia real.
Los Saboya pudieron regresar a Italia sólo el 15 de marzo del año 2003, después de 57 años de exilio.
Se decide realizar un plebiscito para escoger entre República o Monarquía y el 2 de junio de 1946, 25 millones de italianos acudieron a las urnas (por primera vez votaron las mujeres). El resultado fue de 12.717.923 votos a favor de
Los Saboya pudieron regresar a Italia sólo el 15 de marzo del año 2003, después de 57 años de exilio.
El 2 de
junio de 1946 se
desarrolló en Italia un referéndum institucional que puso
fin a la Monarquía. Los
italianos eligieron como forma de gobierno la República
y además
votaron para elegir los 556 diputados de la
Asamblea Constituyente
que redactaría la nueva Constitución. Instalado la nueva
republica italiana,
Fuentes:
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