Las Profecías de San Malaquías, la
profecias de los papas,



El profeta Daniel, San Malaquías y Nostradamus conforman las tres fuentes básicas que alimentan el imaginario popular en la creencia de que, tarde o temprano, se acabará de forma dantesca este perro mundo. Pero, de pronto (es un decir), el trío se convierte en cuarteto con un nuevo e insigne protagonista de la temible predicción apocalíptica: Sir Isaac Newton, uno de los dos grandes genios de la humanidad. (El otro, ya lo saben, fue Albert Einstein.)
Resumiendo: Los mayas nos asustan, pero no del todo. ¿A qué llamaron ellos el
fin del mundo? Unos expertos dicen que sólo se trata de un cambio de ciclo y
otros que cambiarán más cosas, pero sin lluvias de fuego. El Apophis, un
peligro real que anda por ahí orbitando y buscando pelea, puede ser neutralizado
mediante un pepinazo atómico que desvíe su trayectoria o lo convierta en polvo
galáctico. Si los gobiernos de las potencias se ponen de acuerdo, será como en
la película.
Una nave partirá de Cabo Cañaveral y desintegrará para siempre al
meteoro. Si no lo hacemos, éstas serían las consecuencias de un hipotético
choque contra nuestras cabezas el dia19 abril 2036. La piedra caería en el
Pacífico, el impacto (un millón de megatones) produciría un cráter de ocho
kilómetros, desataría tsunamis, nubes de tierra, destrucción masiva. Salvado
ese ataque, como en el cine, sólo nos quedaría el Apocalipsis de Newton para
2060. «Cuán largo me o fiais», que diría el Tenorio. En cualquier caso, todos,
especialmente los que aspiren a estar en la fiesta (jóvenes, niños y los que
vengan) deberíamos serenar el ánimo y racionalizar las plegarias. Que «La Roja» siga ganando mundiales,
que una pandemia de paz y amor contrarreste los efectos del Armagedon; que
dictadores, sátrapas, tiranos, inútiles, mourinhos, ineptos, imbéciles,
estúpidos, déspotas –y demás ralea que mangonea el mundo- se transmuten en
personas, obligándolos (como en La Naranja Mecánica) a ver Sálvame sin dejarlos
parpadear; y el mismo castigo a niñatos descerebrados y vejestorios con chupas
de cuero raídas que nos rompen los tímpanos con el escape libre de sus mierdas
de motos; que los amigos de verdad dejen de ser tan sinceros, que tanta
espontaneidad jode; que quienes escribimos para que nos quieran, como Gabo y
yo, aspiremos a que las personas queramos querernos querer y si alguna no nos
quiere la dejamos tranquila para siempre. Hasta el juicio final. Ah,
Profecias no tan conocidas,

La primera profecía de San Malaquías hace
referencia a los sucesos futuros de su tierra natal, Irlanda. Su redacción, muy
distinta a la de la segunda, predice que Irlanda caerá en manos de los ingleses
y sufrirá persecuciones y calamidades de todo tipo durante «una semana de
siglos». Transcurrido este tiempo, será «liberada de sus opresiones» (u
«opresores»), que sufrirán toda clase de castigos terribles, y entonces Irlanda
desempeñará un papel prioritario en la conversión de Inglaterra al catolicismo.
Esta profecía es en apariencia extraordinaria, dado que san Malaquías murió
siglos antes de que surgiera el anglicanismo e Inglaterra lo asumiera.
Lamentablemente, la primera noticia que tenemos sobre ella nos la da Dom
Mabillon, un monje benedictino francés del siglo XVII,
La segunda profecía de San Malaquías aparecería antes: para ser exactos, en
el Lignum Vitae, publicado por otro monje benedictino francés, Arnold de
Wyon, en 1595. Un erudito en la historia de su Orden, dedicó este libro al Rey
de España Felipe II, y es en esencia una biografía colectiva de los
benedictinos elevados a la dignidad episcopal. Tras unos párrafos sobre San
Malaquías, termina diciendo: «Escribió varios opúsculos. Hasta el día de hoy no
he tenido ocasión de ver ninguno, exceptuando una profecía relacionada con los
soberanos pontífices. Puesto que es muy breve, y que yo sepa no ha sido dada a
imprimir todavía, y dado que a muchos les complacería conocerla, copio a
continuación su contenido». Supuestamente, el texto original estaría o habría
estado custodiado en el Archivo Secreto Vaticano durante esos 400 años.
Sigue una serie de 112 pequeños lemas o frases en latín sin numerar haciendo
alusión alegórica a los siguientes 112 papas que gobernarían la Iglesia Católica,
desde Celestino II (1143-1144) hasta un supuesto Pedro el romano, incluyendo
a los Antipapas. Es curioso observar que las divisas correspondientes a los
Papas anteriores a 1595 son mucho menos ambiguas que las sucesivas
Una de las profecias que acerto fue llamada, la del papa, De rore Coeli
Las profecías de San Malaquías se refieren a este papa como De rore coeli
('Rocío del cielo'), cita que hace referencia a que fue obispo de Rossano y Ros
significa 'rocío', y a que sólo gobernó la Iglesia durante trece días, un periodo tan breve
como el rocío del cielo.
Urbano VII (* Roma, 4 de agosto de 1521 – † Roma, 27 de septiembre de
1590) fue el papa número 228 de la
Iglesia católica en 1590.

Se le recuerda sobre todo por dos series de profecías que supuestamente le
fueron reveladas al término de una peregrinación a Roma en el verano de 1140.
Su festividad se celebra el 3 de noviembre.
San Celso le ordenó sacerdote en 1119, y en 1123 fue nombrado abad de Bangor.
Un año después alcanzó la dignidad de obispo de Bangor y, en 1124, de primado
de Armagh. En 1127 pasó a ser el confesor del príncipe Cormac MacCarthy de Desmond
Guinness, y tras el saqueo de Connor establecería allí una comunidad monástica
bajo la tutela de Cormac, ya rey. Al moriri san Celso, es nombrado arzobispo de
Armagh 1132 no sin pasar por varias intrigas. Entre otras, hubo de comprar el báculo
de Jesús a un usurpador.



Sera mito o verdad,
Fuentes:
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