jueves, 2 de junio de 2011

Hallan una nueva civilización en las amazonas,


Hallan una nueva civilización en las amazonas,




Durante siglos, e inspirados por las leyendas, muchos exploradores han ido tras las huellas de antiguas civilizaciones perdidas en la densa selva tropical de la Amazonia.


Hasta hoy se creía que no existían civilizaciones avanzadas que hubieran vivido en la cuenca del Amazonas. Por eso, arqueólogos de todo el mundo celebraron extasiados la noticia publicada en una de las revistas más prestigiosas de arqueología del mundo, Antiquity, en la que se revela, con fotografías tomadas desde el aire, los vestigios de una gigantesca comunidad que habitó esta región antes de la llegada de los españoles a América.
Las imágenes muestran 260 carreteras, decenas de canales de riego y vestigios de lo que fueron una serie de cercas para encerrar al ganado. Se trata de una zona ubicada en la frontera entre Bolivia y Brasil, que durante años permaneció poblada por gigantescos y verdes árboles, que poco a poco han ido desapareciendo por cuenta de la deforestación.


Según la publicación de Antiquity, las ruinas y señales de la existencia de una nueva civilización, que también pueden observarse a través de Google Earth, evidencian que se trató de una comunidad conformada por pueblos interconectados, denominados ciudades jardín, con más de 1.400 años de antigüedad. En las excavaciones realizadas hasta ahora se han encontrado varias piezas de cerámica, piedras talladas y otros signos de ocupación humana.


José Manuel Nieves, un respetado periodista científico del periódico español ABC, asegura en su blog que gracias a este descubrimiento es fácil establecer que aunque no existen evidencias de que los antiguos habitantes de la Amazonia hayan construido pirámides o desarrollado un lenguaje escrito, como los egipcios, podrían haber sido una civilización compleja socialmente y con una gran capacidad para domesticar el entorno. “Algo muy distinto a lo que hacen en la actualidad, las tribus aisladas que viven en la selva”, concluyó Nieves.




Por su parte, Denise Schaan, una afamada investigadora de la Universidad Federal de Pará, en Belem (Brasil), ha reconocido a varios medios locales que todas las semanas encuentran nuevas estructuras que comprueban la existencia de esta civilización. “Algunas de ellas son cuadradas o rectangulares, mientras que otras forman círculos concéntricos o complejas figuras geométricas como hexágonos y octágonos, todos conectados por una red de amplias avenidas. Los científicos llaman a estos hallazgos geoglifos”, aseguró Schaan.
Y agregó que aún faltan meses de excavaciones para poder descifrar los misterios de esta civilización, cuyas huellas permanecieron ocultas, durante siglos, en la espesa selva amazónica.


Figuras geométricas perfectas de entre 50 y 350 metros de diámetro, y sólo visibles desde un avión como las del desierto de Nazca, en Perú, fueron descubiertas en plena selva amazónica brasileña.
Cerca de 20 círculos, cuadrados y rectángulos, así como otras formas geométricas, están desparramados en la zona conocida como Seu Jacó, en el estado amazónico de Acre, fronterizo con Bolivia y Perú.

Antropólogos brasileños estiman que tienen entre 800 y 2.500 años de edad y que fueron hechos por tribus indígenas milenarias que habitaron la región.
Los llamados geoglifos comenzaron a investigarse en 1977 cuando una expedición excavó las primeras 10 figuras, y halló restos de cerámica y objetos de piedra, según el último número de la revista IstoE.

Los geoglifos se encuentran en los valles de los ríos Acre, Iquiri y Abuña, entre las ciudades de Rio Branco y Xapuri. "Hay que preguntarse si la floresta estaba aquí cuando las estructuras fueron hechas", dijo el paleontólogo Alceu Ranzi, de la Universidad Federal de Acre.
Las figuras fueron descubiertas tras las periódicas quemas de selva que realizan campesinos para cultivar las tierras. La floresta amazónica es relativamente joven. Se estima que tiene 13.000 años y se creó tras el fin de la última era glacial en el mundo.

Anteriormente, la región estaba compuesta por sabanas y una vegetación baja, poblada por mastodontes, yacarés y tortugas gigantes.
Los geoglifos hicieron recordar a los antropólogos brasileños los animales esculpidos en el desierto de Nazca, en Perú, y que fueron descubiertos en 1927.
Las figuras de Nazca tienen unos 3.000 años de antigüedad y sólo pueden ser divisadas desde 1.500 metros de altura.
En Brasil existe también un sitio similar en el valle del rio Jurua, en el oeste del Amazonas. Allí existe una aldea indígena cercada por una especie de trinchera geométrica donde se plantan piñas, cuyos árboles tienen espinas y se convierten en una férrea barrera defensiva.

No se trata del mítico El Dorado, ni de la enésima ciudad perdida de los Incas, pero aunque sus calles no estén pavimentadas de oro, la red urbana descubierta en plena selva amazónica cambiará nuestra visión de las culturas precolombinas y de los modelos urbanísticos pergeñados por la humanidad en la interacción con el medio ambiente. El hallazgo barre con la idea de una 'selva virgen' y en su lugar propone una forma de cultura urbana /selvática de la cual podemos sacar enseñanzas en materia de desarrollo sostenible


Mitos sobre las ciudades perdidas en  el amazonas,


El Dorado es un lugar mítico que se suponía que tenía grandes reservas de oro y que fue buscado por los exploradores españoles e ingleses con gran empeño, atraídos por la idea de un lugar con calles pavimentadas de oro, en donde el preciado metal era algo tan común que se despreciaba. Muchos de ellos murieron en el intento por descubrir la ciudad, ya que las largas expediciones transcurrían por la selva y a la dureza del terreno había que unir la falta de provisiones. Se suponía que estaba ubicado en alguna parte de la selva Amazónica, entre Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, Guyana, Bolivia o Brasil.


El mito empezó en el año 1530 en los Andes de lo que hoy es Colombia, donde el gran conquistador Español Gonzalo Jiménez de Quesada encontró por primera vez a los Muiscas, una sociedad ubicada en lo que actualmente se conoce como el Altiplano Cundiboyacense. La historia de los rituales muiscas fue llevada a Quito por los hombres de Sebastián de Belalcázar; mezclada con otros rumores, se formó allí la leyenda de El Dorado, «El Hombre Dorado», «El Indio Dorado», «El Rey Dorado». Imaginado como un lugar, El Dorado llegó a ser un reino, un imperio, la ciudad de este lugar legendario.
En busca de este reino legendario fue primero enviado Don Angel Guerra por la corona de la Reina Isabel la Católica, sin suerte después de una profunda búsqueda por el Amabaya, sus pasos fueron seguidos entonces por Don Francisco de Orellana y Don Gonzalo Pizarro quienes partieron de Quito en 1541 hacia el Amazonas en una de las más fatídicas y famosas expediciones para encontrar El Dorado.


Hay otra leyenda acerca del Dorado que cuenta que en la época de Tahuantinsuyo, cuando los incas se enteraron que Atahualpa había sido asesinado por los conquistadores, a pesar de que continuaban llegando a Cajamarca cientos de indìgenas cargados con oro y plata para pagar su rescate, Rumiñahui, uno de sus principales generales, decidió esconder todo el oro de la ciudad acompañado de al menos mil incas. La leyenda no dice exactamente dónde se escondió el oro, pero muchas personas piensan que el oro se escondió en el fondo del lago Titicaca, o en los llanganatis ecuatorianos. Desde el siglo XVIII se adelantaron expediciones para buscar el tesoro de los incas en la abrupta e inhóspita zona de la cordillera de los Andes conocida como "Llanganates" (una parte de la cual forma parte de una reserva natural), todas con resultados oficialmente inútiles y trágicos por la pérdida de vidas


Akakor es el nombre de una supuesta ciudad subterránea antigua, situada en algún lugar entre Brasil, Bolivia y Perú.

Fue descrito por el periodista alemán Karl Brugger, basado en entrevistas con un auto-proclamado jefe indígena brasileño Tatunca Nara en su libro La Crónica de Akakor (1976). Aunque Brugger estaba convencido al parecer, la información de la misma tenga una sola fuente (Tatunca Nara), que fue expuesto más adelante por el activista y aventurero Rüdiger Nehberg como Günther Hauck, un alemán.



Paititi o Paitití o Gran Paitití es una ciudad legendaria de la cual se dice está actualmente perdida al este de los Andes, escondida en alguna parte de la selva tropical del sureste del Perú, norte de Bolivia y suroeste de Brasil (especialmente en la región del Acre). Es una "continuación" de El Dorado porque ésta ciudad era rica en oro.
En el Perú la leyenda gira en torno al héroe cultural Inkarri, quien después de fundar Q'ero y Cusco se retiró hacia la selva de Pantiacolla, a vivir sus últimos días en la ciudad de su refugio, Paitití.


Otras versiones de la leyenda habla de Paititi como un refugio de los Incas en la zona fronteriza entre Bolivia y Brasil.
En Bolivia, muchos exploradores españoles la buscaron, descubriendo pueblos indígenas que fueron evangelizados posteriormente por los misioneros. Llegaron a toparse con cantidades de oro, pero no era lo que se describía según la leyenda del Paitití.






Con estas fotos y los vestigios de una gigantesca comunidad que habitó esta región antes de la llegada de los españoles a América. Hay más preguntas que respuesta, existirá el dorado o será un mito o leyenda de las tribus americanas,



Fuentes:
http://www.nationalgeographic.com.es/2010/03/22/ciudades_perdidas_del_amazonas.html
http://www.elespectador.com/node/179371
http://www.artunduaga.com/edgar/index.php?option=com_content&view=article&id=1008:civilizaciones-perdidas-en-el-amazonas-aparecen-figuras-geometicas&catid=11:noticias&Itemid=36
http://es.wikipedia.org/wiki/El_Dorado
http://en.wikipedia.org/wiki/Akakor
http://es.wikipedia.org/wiki/Paititi

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