El dominio del fuego, fue tardío
en ser descubierto por los humanos
fuego |
combustión |
Se llama fuego a la
reacción química de oxidación violenta de una materia combustible, con
desprendimiento de llamas, calor, vapor de agua y dióxido de carbono. Es un proceso
exotérmico. Desde este punto de vista, el fuego es la manifestación visual de
la combustión.
Se señala también como una
reacción química de oxidación rápida que es producida por la evolución de la
energía en forma de luz y calor.
domar el fuego |
El fuego ha fascinado a la
humanidad durante siglos. Quizá el ser humano cobró conciencia de su
superioridad cuando dominó el fuego, al que los demás animales temían. Sus
primeros usos fueron el calor y la defensa ante las alimañas, pero enseguida
dio pruebas de que era algo más. La simple observación de que la punta del
palo, con que se removían los brasas de una fogata, se carbonizaba y ganaba
dureza, convirtiéndolo en arma de caza más eficaz, fue el principio de su
aplicación como generador de técnicas.
A su alrededor, y gracias
a su calor, han vivido millones de hombres. El hombre ha sabido usar la energía
del fuego en su provecho, para extraer la energía de los materiales que le
proporcionaba la naturaleza o poder moldearlos a su gusto. Si bien la mano es
la herramienta principal del hombre, también el fuego tiene parte en la
responsabilidad de la construcción de la actual cultura.
Homo Erectus |
Hacia el 1.600.000 a .C. Homo
Habilis se había extinguido. En primer lugar había evolucionado hacia una nueva
especie , Homo Erectus, cuyos individuos presentaban mas o menos la misma
corpulencia y peso que los modernos seres humanos. Si algunos especimenes de
Homo habilis subsistieron tras la consolidación de la nueva especie, su
supervivencia fue breve.
Entre 1.000.000 y 300 000 a . J.C., Homo erectus
era el único homínido existente. Y fue el primero que, en algunos casos, llegó
a medir 1,80 m
de estatura y se aproximó a los 70
Kg . de peso. Su cerebro era asimismo voluminoso; en
ocasiones alcanzaba un peso equivalente a las tres cuartas partes del nuestro.
área de poblamiento |
Homo erectus fabricó
útiles de piedra mucho mejores que los conocidos hasta el momento. Como
cazadores, sus individuos eran capaces de cobrar los animales más grandes que
podían hallar. Fueron los primeros homínidos que lograron cazar mamuts con
éxito. Homo erectus llevó a cabo dos avances particularmente trascendentales.
Durante tres millones y
medio de años, todos los homínidos se habían visto confinados al sudeste de
África. Homo erectus fue el primero en expandir significativamente su área de
poblamiento: hacia 500.000
a . J.C., había ocupado el resto de África, Europa y
Asia, llegando incluso a Insulindia.
primeros descubrimientos |
En efecto, los primeros
descubrimientos de restos de Homo erectus se hicieron en la isla Indonesia de
Java, donde la antropóloga holandesa Marie E. Dubois (1858-1940) halló en 1894
una bóveda craneana, un fémur y dos dientes. Por entonces no se conocía ningún
homínido con un cerebro tan pequeño, y Dubois le dio el nombre de
Pithecanthropus erectus (de los términos griegos que significan «mono-hombre
erecto»).
Davidson Black |
Hallazgos semejantes
efectuó en las proximidades de Pekín, a partir de 1927, el antropólogo
canadiense Davidson Black (1884-1934), el cual llamó a su homínido Sinanthropus
pekinensis (en griego, «hombre chino de Pekín»).
Acabó reconociéndose que
ambos hallazgos, junto con otros, correspondían a la misma especie y podían
clasificarse como del género Homo. Se mantuvo el término erectus, introducido
por Dubois, aunque los homínidos llevaban caminando en posición erecta al menos
dos millones y medio de años antes de que hubiera evolucionado Homo erectus. Lo
cual, por supuesto, se ignoraba en tiempos de Dubois.
Por la época en que se
produjo la evolución de Homo erectus, la Tierra se hallaba en un período glacial. Cuando
los glaciares alcanzaron su máxima extensión, restaron tanta agua al mar que el
nivel de este último descendió unos 90m., dejando al descubierto el fondo de
los mares poco profundos. Lo cual permitió a Homo erectus emigrar del
continente asiático a Insulindia.
se resguardaba |
El tiempo frío impulsó la
adopción de nuevas costumbres. Homo erectus se desplazaba formando bandas, como
sin duda hicieron los primeros homínidos, pero ahora se resguardaba del viento
construyendo abrigos de piedras amontonadas, o colgando pieles de un palo en
torno al cual se reunía la horda. Éstas fueron las habitaciones más
rudimentarias. Donde existían cuevas, Homo erectus halló refugio en ellas. Las
primeras huellas de Homo erectus en Asia (hallazgos de Black cerca de Pekín) se
encontraron en una cueva cegada.
Esta cueva próxima a Pekín
contenía restos de hogueras, lo cual significa que había sido «descubierto» el
fuego hace unos 500 000 años. Esta es una característica que diferencia a los
seres humanos de los demás organismos. Toda sociedad humana existente, incluida
la más primitiva, ha descubierto y usado el fuego. Ninguna otra criatura,
aparte los seres humanos, utiliza el fuego ni siquiera en su forma más
primitiva.
El rayo |
El rayo podía provocar un incendio cada vez que la atmósfera de la Tierra acumulara suficiente
oxígeno para alimentarlo, y la superficie poseyera una cubierta vegetal
susceptible de arder, condiciones que nos hacen retroceder a unos cuatrocientos
millones de años. De ese fuego, como en nuestros días, huiría todo animal capaz
de hacerlo.
Descubrir el fuego
equivale a domesticarlo. En algún momento, Homo erectus aprendió a localizar
algún objeto ardiendo en los límites de un incendio natural, a mantener viva la
llama alimentándola con prudentes cantidades de combustible cuando mostraba
señales de extinción, y a hacer buen uso del fuego.
curiosidad |
Ignoramos cómo sucedió.
Personalmente, creo que todo empezó cuando los niños la causa de su curiosidad hiperactiva y de la falta de experiencias
amargas acerca de lo que sucede cuando uno se quema, pudieron sentirse más
inclinados que los adultos a jugar con el fuego. Cabe la posibilidad de que el
adulto más próximo apartara al niño de la hoguera y la apagara con los pies.
Por otra parte, debió de llegar el tiempo en que un adulto más audaz que la
mayoría considerara la ventaja de continuar el juego con una finalidad más
útil.
empleo del fuego |
El empleo del fuego cambió
por completo la vida humana. Ante todo, procuró luz en medio de la oscuridad y
calor en todo momento. Esto hizo posible extender la actividad a la noche y al
invierno, lo que revestiría especial importancia en un período glacial, de
manera que Homo erectus pudo alcanzar regiones más frías.
Desde luego que con el
fuego, por sí solo, uno se ve condenado durante el tiempo frío a no apartarse
del hogar, pero una sociedad de cazadores podía fácilmente aprender a desollar
un animal, limpiar la piel y envolverse en ella. En este sentido, la piel
animal reemplazarla el pelo que los seres humanos hablan perdido.
protección |
El fuego también era útil
como protección contra otros animales, incluidos los más fieros. Una hoguera en
el interior de una cueva o dentro de un círculo de piedras mantendría alejados
a los predadores. Podían gruñir y merodear por las inmediaciones, pero si no se
mostraban lo bastante inteligentes como para mantenerse alejados del fuego, les
bastaba con una sola experiencia de lo que significaba su proximidad. Por lo demás,
ahora Homo erectus podía acarrear ramas encendidas para levantar la caza,
provocar estampidas y conducirla hacia las trampas o los despeñaderos.
Lavoisier |
Una de las consideraciones
históricas más importantes, es la influencia del científico Lavoisier, padre de
la química, al descubrir la intervención de los gases aéreos, como el oxígeno,
en las combustiones, sustituyendo la teoría del "flogisto". Dicha
teoría trataba de explicar la combustión suponiendo que un cuerpo ardía por el
hecho de contener un principio inflamable, denominado flogisto, (descendiente
directo del "azufre" de los alquimistas y más remoto que el antiguo
elemento "fuego" era una sustancia imponderable, misteriosa, que
formaba parte de los cuerpos combustibles). Cuanto más flogisto tuviese un
cuerpo, mejor combustible era. Los procesos de combustión suponían la pérdida
del mismo en el aire. Lo que quedaba tras la combustión no tenía flogisto y,
por tanto, no podía seguir ardiendo. El aire era indispensable para la
combustión, pero con carácter de mero auxiliar mecánico.
Desde luego, se trataba de
una teoría subjetiva que se completó científicamente por Lavoisier al explicar
que los cuerpos ardían en presencia de oxígeno, intervención del mismo u otro
comburente, cuando aparecía una fuente de calor que activase la reacción. Es
una de las fuentes de energía más antiguas del mundo.
cocinar |
El fuego también hizo
posible cocinar el alimento, lo cual es más importante de lo que pueda parecer.
La carne es más tierna y sabrosa si se asa. Más todavía: el fuego extermina los
parásitos y bacterias, con lo que hace más segura la ingestión de la carne. El
fuego vuelve asimismo muy comestibles los vegetales, de otro modo inútiles para
la alimentación. Pruebe a comer arroz fresco en su tallo, o cualquier cereal crudo,
y comprenderá lo que puede hacer una breve exposición al calor de una hoguera.
prender fuego |
Por último, el fuego hizo
posibles varias transformaciones químicas de la materia inanimada, como la
fundición de metales. En una palabra, el fuego da comienzo a la primera época
de relativa «alta tecnología» de la humanidad.
Al comienzo, claro está,
el fuego sólo podía obtenerse una vez iniciado por medios naturales. Cuando se
disponía de él, era preciso mantenerlo ardiendo continuamente, y si alguna vez
se extinguía, había que reanudar cuanto antes la búsqueda de otra hoguera. Si
no había una tribu cercana de la que pudiera conseguir el fuego (suponiendo que
mantuvieran lazos de amistad como para que eso fuese posible, aunque resulta
verosímil por razones de reciprocidad), sería preciso aguardar de nuevo el
fuego provocado por medios naturales, y esperar a que las condiciones fueran
favorables para hacerse con él sin peligro.
Pero llegó el tiempo en
que se desarrollaron técnicas para iniciar un fuego donde antes no lo hubo.
Esto debió de lograrse por fricción: haciendo girar un palo en la depresión de
otro, previamente rellena de fragmentos de madera, hojas u hongos, muy secos
(yesca). El calor generado por la fricción podía encender la yesca. No sabemos
qué métodos fueron los primeros en desarrollarse, pero la técnica de prender
fuego representa un gigantesco paso adelante.
evolucion |
La investigación, que se
publica ahora en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS),
confirma también que los predecesores de los neandertales conquistaron el norte
de Europa hace 800.000 años sin dominar el fuego.
Para llegar a esta conclusión, los autores del estudio se han centrado en decenas de antiguos yacimientos arqueológicos europeos para aportar pruebas “convincentes” de que los neandertales, que evolucionaron en Europa hace entre 400.000 y 500.000 años y que se extinguieron hace unos 30.000, controlaban el fuego. En concreto analizaron 141 potenciales yacimientos con restos de fuego en Europa, que datan de hace entre 1,2 millones de años y 35.000 años, y que incluían la presencia de carbón, artefactos de piedra calentada, huesos quemados, sedimentos calentados, hogares...
Para llegar a esta conclusión, los autores del estudio se han centrado en decenas de antiguos yacimientos arqueológicos europeos para aportar pruebas “convincentes” de que los neandertales, que evolucionaron en Europa hace entre 400.000 y 500.000 años y que se extinguieron hace unos 30.000, controlaban el fuego. En concreto analizaron 141 potenciales yacimientos con restos de fuego en Europa, que datan de hace entre 1,2 millones de años y 35.000 años, y que incluían la presencia de carbón, artefactos de piedra calentada, huesos quemados, sedimentos calentados, hogares...
“Hasta ahora, muchos científicos
pensaban que los neandertales habían logrado algunos fuegos, pero que carecían
de su uso continuado. No esperábamos encontrar un registro de tantos yacimientos
de neandertales que procuraran pruebas tan claras del uso continuado del fuego
a lo largo del tiempo”, explica Paola Villa, coautora del estudio y
conservadora del Museo de Historia Natural de la Universidad de
Colorado (EE UU).
Homo heidelbergenis |
El estudio de PNAS también revela que los predecesores de los neandertales
alcanzaron las latitudes más frías de Europa septentrional hace más de 800.000
años sin el manejo habitual de fuego. Durante mucho tiempo los arqueólogos
creyeron que el manejo del fuego era una condición “imprescindible” para la
migración de los primeros seres humanos como forma de reducir las pérdidas de
energía durante el invierno, cuando las temperaturas descendían por debajo de
los 0ºC y
los recursos se hacían más escasos. Pero un yacimiento inglés conocido como
Happisburgh, de 800.000 años de antigüedad, indica que los homínidos
—probablemente Homo heidelbergenis— se adaptaron a los fríos entornos de la
región sin el uso del fuego. “Es difícil imaginar que estos individuos ocupasen
climas muy fríos sin contar con el fuego; sin embargo, este parece ser el
caso”, concluyen los autores.
brea |
Por otra parte, del estudio se deduce que uno de los usos más sorprendentes del
fuego por parte de los neandertales era la producción de un líquido pegajoso
llamado “brea”, obtenido a partir de corteza de abedul, que los neandertales
utilizaban para empuñar herramientas de piedra o ajustar mangos de madera en
éstas. Como la única manera de fabricar la brea es quemar cáscara de corteza en
ausencia de aire, los arqueólogos creen que los neandertales cavaban hoyos en
la tierra, depositaban cáscara de corteza de abedul, la hacían arder y cubrían
el agujero perfectamente con piedras para bloquear la entrada de aire.
“Esto significa que los neandertales no solo
eran capaces de utilizar gomas naturales adhesivas como parte de su vida
cotidiana, sino que, en realidad, estaban en condiciones de fabricar las suyas
propias”, apunta Villa.
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