viernes, 25 de marzo de 2011

35 años del golpe militar argentino, marca un antes y un después


35 años del golpe militar argentino, marca un antes y un después
diario clarin 24 de marzo de 1976


nuevo gobierno militar, 
El 24 de Marzo de 1976, marca un antes y un después en la historia argentina, se origina el golpe militar,

Gran parte de la población espera que el nuevo gobierno militar reestableciera el orden y normalizara la economía, ante la aguda crisis que atravesaba Argentina. En última instancia, el golpe de 1966 había originado un gobierno sostenido por las Fuerzas Armadas; pero en 1976 las características de este gobierno eran en base a un ejercicio en forma directa y en todos sus niveles por las Fuerzas Amadas. Al respecto, el 25 de mayo de 1976 el nuevo presidente, el general Jorge R. Videla señala:
“Las Fuerzas Armadas no fueron escuchadas. Como consecuencia de ello y previendo la inexorabilidad de la crisis, se prepararon para hacer frente a esta situación y las Fuerzas Armadas, como institución, dieron una respuesta institucional a una crisis también institucional.”

junta militar
La sociedad Argentina, era el punto central de transformaciones propuestas por este gobierno militar. Ya que la idea no se fundaba simplemente en corregir una política económica, de resolver una crisis institucional o de derrocar a la guerrilla. Por que para ello solo hubiese bastado algunos cambios dentro de la legalidad constitucional. La existencia misma de una nación, era el cuestionamiento que se planteaba la Junta Militar. “Reorganizar” la sociedad argentina, era entonces la solución a esta crisis, era un “proceso” que no tenía “plazos” pero si “objetivos”: crear un ser occidental, nacional y cristiano.

represión politica y social 
La represión política y social (que buscaba eliminar a todos aquellos que se opusieran a sus objetivos), sumado a la desarticulación de las bases de la economía industrial (es decir, abandonar por completo el modelo industrialista iniciado 40 años atrás y producir una mayor concentración de la riqueza) y ejercicio autoritario del poder, fueron las expresiones que fundaron esta “reorganización”. Sin embargo, la derrota en la Guerra de Malvinas, fue el producto que sirvió para el derrocamiento del gobierno militar, acelerando se desgaste y llevando a Galtieri a renunciaren Julio de 1982.
Uno de los rasgos fundamentales de este gobierno militar fue la represión ilegal, desarrollado con gran tenacidad entre los años 1976 y 1978. Este rótulo de ilegalidad no se acuñe porque sólo fue llevada a cabo por el gobierno de facto, sino fundamentalmente porque se violaba la legalidad establecida por ese mismo gobierno.

represion
 Tal es así, que la represión era organizada de manera sumamente planeada, y dirigida por los más altos niveles de decisión político y militar. Pero hay que agregarle otra particularidad, al mismo tiempo fue clandestina. Quienes fueron receptores de la misma, eran aquellos integrantes de las organizaciones guerrilleras que se comprometían con la lucha armada. No obstante, no fueron los únicos, sino que se extendió a aquellos actores sociales y políticos totalmente desvinculados de esta participación guerrillera.
El decreto N° 6 de la junta Militar suspendió “la actividad política y de los partidos políticos, en jurisdicción nacional, provincial y municipal”. La ley Nro. 21.261 dispuso ‘transitoriamente” la suspensión del “derecho de huelga, como así también el de toda otra medida de fuerza, paro, interrupción o disminución del trabajo o su desempeño en condiciones que de cualquier manera puedan afectar la producción, tanto por parte de trabajadores como de empresarios y de sus respectivas asociaciones u organizaciones”.

supresión de los derechos civiles
Así este gobierno militar, también suprimió los derechos civiles y las libertades públicas, anulando las garantías constitucionales y por lo tanto, creando nuevos instrumentos. Un hecho que tuvo grave consecuencias fue la suspensión de la vigencia de la última parte del artículo 23 de la Constitución nacional, quien establece que en ciertas condiciones el gobierno puede declarar estado de sitio. La suspensión de esta garantía individual se vio agravada porque el Poder Ejecutivo, decide poner a su disposición una numerosa cantidad de detenidos.

desaparecidos, 
Lo que trajo este golpe militar fue, pesar de las diferencias internas en el mando militar, hubo una acción que involucro el conjunto de las Fuerzas Armadas cuando ejercieron el poder: la represión.
La represión incluyo una serie de medidas públicas, como la ocupación militar de grandes fabricas y empresas estatales; la prohibición de partidos políticos y sindicatos, los despidos de activistas políticos de sus puestos de trabajo; la prisión de dirigentes, algunos conocidos e importantes; la censura de intelectuales y argentinistas que pasaron a integrar las llamadas “listas negras” .Como sucedió durante la dictadura de Ongania, los militares intentaban controlar la sociedad y a sus miembros aun en actitudes que eran francamente inofensivas, como la vestimenta de los estudiantes secundarios y los jóvenes en general.
Al mismo tiempo se llevo adelante una intensa represión semiclandestina e ilegal, planeada en detalle por los mandos militares incluso desde antes de la toma del poder. Esa represión, que se desarrollo con mayor intensidad entre 1976 y fines de 1978, tuvo como resultado la desaparición forzada de entre 9.000 (según los casos probados por la CONADEP) y 30.000 (según cálculos de diferentes organismos de derechos humanos) y gran cantidad de detenidos y exiliados. Esta acción del terrorismo de estado concebida por los comandantes fue ejecutada por las 3 fuerzas, que solían dividirse el territorio de operaciones, contando con el auxilio de miembros de la policía federal, de las diferentes policías provinciales y de los servicios de inteligencia.

“grupos de tarea”, memorándum de 
la embajada EE.UU
Las acciones eran llevadas a cabo por los llamados “grupos de tarea”, y consistían en el secuestro de personas, el traslado a algún centro clandestino de detención, la tortura y, en la mayoría de los casos, la ejecución. Todas estas acciones se realizaban al margen de cualquier norma legal, incluidas las que la propia dictadura había establecido, fundadas a su vez en un arbitrario e ilegitimo poder de facto.

campo de detención la perla en cordoba
Los secuestro se producían el la calle, en la vivienda o en los lugares de trabajo de las victimas. Los secuestradores también saqueaban las casas y almacenaban sus “botines” depósitos de los centros clandestinos de detención. Las investigaciones efectuadas entre los años 80 y 90 han probado la existencia de unos 340 campos de detención, aunque la dictadura siempre se negó a aceptar su existencia. Los detenidos en estos centros tuvieron varios destinos: algunos pocos lograron sobrevivir, otros murieron, y hubo algunos que pasaron a colaborar con sus captores. Sin embargo, la mayoría de ellos fueron asesinados y muchos enterrados en tumbas individuales o colectivas, e identificados como NN.

SILVIA MONICA QUINTELA DALLASTA (MARIA)
Silvia tenía 4 meses de embarazo.y su bebe fue entregado a una
familia que sustituyo su identidad
y restituido por abuelas de plaza de mayo en 2010
Así mismo, como entre los secuestrados se encontraban mujeres embarazadas, hubo nacimientos en esos campos de detención. Los niños nacidos en cautiverio fueron privados de su identidad, y a menudo entregados a matrimonios ligados a las propias Fuerzas Armadas y policiales .Desde 1984 hasta la actualidad, la Organización Abuelas de Plaza de Mayo encontró a alguno de aquellos niños, ya otros que habían sido directamente secuestrados en operativos y se les restituyo su verdadera identidad.







junta militar
El gobierno militar también suprimió los derechos civiles y las libertades publicas, anulo las garantías constitucionales y creo nuevos instrumentos jurídicos.
Un hechos que tuvo graves consecuencias fue la suspensión de la vigencia de la ultima parte del Art.23 de la constitución nacional. Este Art. Establece en que condiciones el Gob. Puede declarar el estado de sitio, una medida excepcional autorizada en casos de conmoción interna o de ataque exterior que incluye la suspensión de las garantías constitucionales durante su vigencia.
La suspensión de esta garantía individual se vio agravada porque el poder ejecutivo, en virtud de las facultades que emanan del estado de sitio, decidió poner a su disposición una numerosa cantidad de detenidos. El uso de esta facultad significo, la imposición de severas condenas sin formulación de cargos ni juicio previo, violando sistemáticamente el derecho a justa defensa.

El gobierno militar suspendió las actividades de los partidos políticos y de los sindicatos. Disolvió la CGT y la CGE(centrales de trabajadores) e intervino sindicatos y fundaciones obreras. También suspendió los derechos y las garantías constitucionales de los trabajadores, como el derecho de huelga. La desarticulación de las organizaciones obreras fue considerada un requisito necesario para la aplicación de un plan económico inspirado en los principios de libre mercado.
El gobierno militar también estableció un duro control sobre los medios de comunicación y la vigilancia de todas las manifestaciones artísticas. La acción coactiva del estado terrorista silencio cualquier tipo de opinión o información considerada como peligrosa para el gobierno.

Gral. Harguindeguy
La junta militar sabia que la implementación de una estrategia clandestina de represión generaría ruptura en la cadena de mandos y corrupción en el interior de las instituciones militares. Con el propósito de prevenir estas consecuencias en el mediano plazo, en Mayo de 1978 el ministro del interior, Gral. Harguindeguy, anuncio un plan de saneamiento institucional. En esa oportunidad advirtió a los jefes de las policías provinciales.

Sin embargo, el plan de saneamiento institucional fue interrumpido al poco tiempo. El motivo fue la intensificación de los conflictos entre las fuerzas, originados por las disidencias que provocaban los proyectos de algunos jefes militares de llevar adelante un plan político para asegurar los objetivos de las fuerzas armadas en el mediano y largo plazo. Durante 1978 aumentaron las tensiones entre los cuadros militares operativos y los altos oficiales que cumplían funciones burocrático-políticas; y también entre los que apoyaban la necesidad de la estrategia clandestina de represión por razones políticas y aquellos que la aprovechaban para el lucro individual. En ese contexto, un efecto imprevisto del accionar clandestino fue la incorporación de la violencia como método de resolución de los conflictos internos de poder en las instituciones militares: a través de operativos de tipo comando los grupos enfrentados llegaron a eliminar físicamente a los miembros o a los aliados del bando opuesto.
Entre los jefes militares golpistas circuló un documento de carácter secreto denominado
“Orden de batalla del 24 de marzo de 1976”. Este documento contenía la concepción operativa del Estado terrorista finalmente por lo militares argentinos.
La modalidad de estrategia represiva a adoptar en la “lucha contra la subversión” había sido discutida desde septiembre de 1975, según testimonió años después el entonces general Camps.

guerra sucia
 Los jefes militares acordaron que además de los cambios en la normativa legal era necesario desarrollar una estrategia clandestina de represión y que los opositores no sólo debían ser “neutralizados” sino también “exterminados físicamente”.
La posibilidad de que la “lucha antisubversiva” tuviera un carácter abierto y legal fue evaluada pero finalmente descartada por los altos mandos militares. Ellos contaron con el asesoramiento de oficiales de inteligencia de los ejércitos de los Estados Unidos y Francia que les transmitieron sus experiencias en las guerras de Vietnam y Argelia. Además tomaron en cuenta la experiencia cercana de la dictadura del general Augusto Pinochet, instalada en Chile desde septiembre de 1973.
Los militares argentinos que secuestrando y matando a sus opositores clandestinamente evitarían protestas de los organismos internacionales y la critica del Vaticano; también consideraban que la mayor pare de los detenidos políticos era “irrecuperable”, por lo que no resultaba conveniente encarcelarlos legalmente. De acuerdo con este razonamiento, no quedaba otra solución que su exterminio físico. Esta modalidad de represión incluyó la “destrucción de las pruebas”, lo que dificultaba cualquier intento futuro de revisión de lo actuado. Para justificar esta política de exterminio, que estaba incluso al margen de la legislación represiva que había elaborado la misma dictadura, los militares argumentaron que se trataba de una “guerra sucia”. Esto significaba, que luchaban contra un enemigo que actuaba ilegalmente, contra fuerzas insurgentes irregulares, no podían combatir respetando las normas y los acuerdos que rigen una guerra convencional.

organizaciones guerrilleras
Las organizaciones guerrilleras y algunas agrupaciones de izquierda coincidieron en la interpretación de que la intervención militar potenciaría los conflictos que atravesaban a la sociedad Argentina. El origen peronista del gobierno de Isabel, dificultaban la comprensión del pueblo peronista respecto de cual era el rumbo correcto que debía seguir. Los montoneros sostenían que con el golpe de 1976 se abría “una ofensiva generalizada sobre el campo popular apoyada por los oligarquía, los monopolios imperialistas y la alta burguesía nacional”. Frente al gobierno de la dictadura militar, plantearon la estrategia de la defensa activa, destinada a evitar su consolidación y a preparar el terreno político para una contraofensiva popular.
El sector de la izquierda peronista realizó una gran cantidad de acciones armadas con el propósito de demostrar la debilidad del Estado. La mayoría de esas acciones no recibió el respaldo de la población y, tuvieron como consecuencia el alejamiento de algunos sectores.
Al mismo tiempo, buscaron el apoyo de los trabajadores, ya que sólo los obreros eran capaces de ofrecer una verdadera resistencia a los militares.

ERP
En agosto de 1976, Montoneros trató de integrarse en las luchas obreras a través de otra vía y creó una Confederación General del Trabajo de la Resistencia ( CGTR). Sin embargo, pese a las actitudes de colaboración con las luchas obreras este sector no demostró adhesión a los guerrilleros.
A partir de 1977, la represión sobre la guerrilla fue en aumento. La guerrilla rural había perdido fuerza como consecuencia de la perfección y muerte de sus principales dirigentes. Los mas importantes dirigentes de ERP había sido asesinados.
Las organizaciones guerrilleras funcionaron aisladas del resto de la población y actuaron en una lucha desigual contra las Fuerzas Armadas. El objetivo de terminar con sus acciones permitió a los militares una represión indiscriminada contra el resto de los sectores populares.
Durante la dictadura militar los partidos políticos atravesaron situaciones muy diferentes. Muchos dirigentes políticos del peronismo de izquierda fueron secuestrados y luego asesinados, mientras que otros pudieron tomar el difícil camino del exilio. Lo mismo ocurrió con militantes de los partidos tradicionales de la izquierda Argentina. Todos ellos eran considerados como “subversivos”.

Raúl Alfonsín
Muchos dirigentes de peronismo y el radicalismo fueron encarcelados durante años por la dictadura, bajo acusaciones de malversación de fondos y corrupciones. Pero, al mismo tiempo, hubo dirigentes del mismo partido y agrupaciones que intentaron un acercamiento con los militares. Procuraron establecer fluidas relaciones e incluso ocuparon cargos diplomáticos y funciones en intendencias en muchas ciudades del país. En esta situación estuvieron algunos dirigentes del radicalismo, de la democracia progresista y de socialismo democrático.
El Partido Comunista también declaró un “apoyo crítico” al gobierno de Videla. Los dirigentes comunistas argumentaban que este militar representaba la línea mas blanda y conciliadora de las Fuerzas Armadas, a diferencia de otros Generales “fascistas” o “pinochetistas”, cuya intención era instaurar una dictadura represiva y sangrienta como la chilena. Plantearon, además, la necesidad de integrar un “gabinete cívico-militar” con los militares de ala democrática.
Durante la dictadura, hubo un importante proceso de renovación en el interior de la Unción Cívica Radical. Este fue impulsado por Raúl Alfonsín, líder del Movimiento de Renovación y Cambio (MRyC).
Entre el conjunto de los obispos y los sacerdotes de la Iglesia Católica se diferenciaron dos actitudes: de denuncia y acompañamiento a los familiares de las victimas, por un lado, y de aprobación y colaboración con la política represiva, por el otro.

Enrique Angelelli
Muchos de los sacerdotes que integraban el movimiento de sacerdotes para el tercer mundo y un conjunto de religiosos que desarrollaba su acción pastoral en zonas carecientes fueron victimas directas de la represión del terrorismo de Estado. Los casos mas resonantes fueron la matanza de mojes pertenecientes a la orden de los Palopinos, en el barrio porteño de Belgrano; el asesinato del obispo de La Rioja, Monseñor Enrique Angelelli, mediante un accidente automovilístico simulado; y el secuestro} y desaparición de dos monjas francesas en la ESMA.






La mayoría de los otros obispos adopto, en cambio una actitud pasiva o , en algunos casos, de franca complicidad y apoyo al gobierno militar. La lucha contra el “marxismo apátrida” identificaba a muchos fieles del ala más conservadora de la Iglesia con los objetivos del “proceso”. En algunos casos la actitud fue más allá del apoyo en declaraciones públicas en misas y homilías. El pro vicario castrense monseñor Victorio Bonamín declaró que “cuando derramamiento de sangre hay redención; Dios está redimiendo a través de Ejercito de la Nación Argentina”. Hay testimonios que refieren que algunos sacerdotes confortaban espiritualmente a los miembros de los grupos de tareas, después de que estos practican torturas o ejecutaban a sus prisioneros indefensos. Los miembros de la jerarquía eclesiástica sobre los que recayeron mas denuncias por este tipo de participación en la represión fueron el obispo de La Plata, monseñor Antonio Plaza, y el de Jujuy, José M. Medina


abuela de plaza de mayo
La lucha contra el régimen,
El sábado 30 de abril de 1977, a las 11 de la mañana, un grupo de 14 mujeres se reunió en la Plaza de Mayo con el propósito de solicitar una audiencia al Gral. Videla. Querían saber cual era la situación de sus hijos, que habían sido detenidos ilegalmente y de los que no habían tenido ninguna noticia desde ese momento. Videla no recibió las madres de los desaparecidos, pero este encuentro fue el punto de partida de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, que comenzó a nuclear a quienes reclamaban por la “ aparición con vida de los detenidos- desaparecidos”.
La irrupción de la Madres fue la primera respuesta  pública que surgió de la sociedad civil frente a la represión de la dictadura militar. En eso momentos, en los que la actividad de los grupos de tareas era fuerte y sistemática, el reclamo de las madres fue realizado casi en total soledad, por mucho tiempo no fue conocido por la mayoría de la sociedad Argentina, tanto porque los medios de comunicación no informaban de su existencia como porque bastos sectores de la población preferían no enterarse de la matanza que se desarrollaba a su alrededor. La presencia de algunos medios de prensa de exterior, que recogieron su testimonio, brindó a las Madres cierta protección para encontrarse en la Plaza. También contaron con la ayuda de algunos sacerdotes que le permitieron reunirse en sus Iglesias.
Además de las Madres. También se formaron otras organizaciones que agruparon a personas que estaban directamente afectadas por la represión, como los Familiares de Detenidos y Desaparecidos por razones políticas y las Abuelas de Plaza de Mayo. Estas últimas se dedicaron a rastrear la suerte de sus nietos, muchos de ellos secuestrados junto con sus padres o nacidos en los centros de detención clandestina.

DDHH
El reclamo de los familiares de las víctimas fue acompañado por otros organismos defensores de los derechos humanos que ya existían antes de 1976, como el Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ), el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y otros que se crearon, como el Centro de Estudios Legales y Sociales (SELS).
Todas estas organizaciones en las que participaban abogados y otros profesionales, religiosos, gente vinculada con la cultura, desde distintas posiciones político-ideológicas y utilizando diferentes consignas, prestaron su colaboración para realizar denuncias de recopilar datos sobre las acciones represivas, publicar solicitadas en el país y en el exterior y brindar asesoramiento jurídico-legal.
De este modo, el movimiento que iniciaron las Madres fue incluyendo a otros sectores de la sociedad civil. Su denuncias tuvieron una gran repercusión en el exterior, en particular en los países que habían recibido exiliados argentinos, como México y algunos países europeos. También en los Estados Unidos, cuyo presidente James Carter, del Partido Demócrata, había adoptado una política internacional de defensa de los derechos humanos.
OEA

Esta repercusión en el exterior y las conclusiones críticas de informe elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, provocaron la reacción del gobierno militar que acusó a “la subversión” de fomentar una “campaña antiargentina”. En repuesta, la dictadura organizó una campaña publicitaria centrada en la consigna “ Los argentinos somos derechos y humanos”. La gran cantidad de etiquetas adhesivas con esa leyenda pegadas en los parabrisas de automóviles y colectivos y en las vidrieras de los comercios revelaron que muchos argentinos consentían la política llevada adelante por la dictadura.

Adolfo Pérez Esquive
El 13 de octubre de 1980, un comité noruego otorgó el Premio Nóbel de la Paz a Adolfo Pérez Esquivel, una argentino que actuaba como coordinador general del SERPAJ-una organización defensora de los derechos humanos, de predica no violenta, vinculada con grupos cristianos tercer mundistas-. Pérez< Esquivel era prácticamente desconocido en la Argentina, pero en reconocimiento a su lucha por parte de una institución de indudable prestigio mundial significó un duro golpe para la dictadura en el plano internacional y una legitimación para todos aquellos que, en la Argentina, intentaban resistir la política represiva. Desde entonces los organismo de derechos humanos contaron con un respaldo que le permitió actuar con mas libertad. Sólo en 1981 la mayoría de la población Argentina tuvo conocimiento de personas que se agrupaban pata enfrentar al gobierno militar.-
Los hechos mas bochornosos de la junta militar fueron , el robo de bebes y los centros clandestino de detencion y arrojar a los detenidos al mar,
En ese contexto los hijos de las detenidos-desaparecidos fueron tratados por las fuerzas represivas como "botín de guerra”, para lo cual se planificó detalladamente, incluso por escrito, un sistema de detención de embarazadas, partos clandestinos, falsificación de identidades y simulación de adopciones, con el fin de apropiarse de los niños. De esa manera alrededor de quinientos niños fueron apropiados y privados de su identidad, y en muchos casos llevados a vivir con personas que creían sus padres y que en realidad fueron autores, partícipes o encubridores del asesinato de sus verdaderos padres.

guerra contra la subversión 
La guerra contra la subversión -también conocida como Guerra Sucia- Fue una enorme tragedia colectiva que le sucedió a la sociedad Argentina entre 1976 y 1983 dado que no se reparó en medios para conseguir los fines propuestos y que significó el fin del exterminio de izquierda.
Hubo alrededor de 10.000 desaparecidos y los hábeas corpus carecían de validez. Un grupo de madres de desaparecidos se movilizó y formó el organismo conocido como “madres de plaza de mayo”; difundieron las características de la represión en todo el mundo, buscando apoyo internacional y encontrándolo en asociaciones civiles y en la prensa extranjera.       
                                                              
guerra sucia y grupos de tarea
 En su transcurso se transgredieron las normas básicas que hacen a la humanidad de las personas, y se pervirtieron los más elementales principios morales, que hacen a la dignidad y a la vida. El terrorismo de estado significó volcar todo el poder del estado al aniquilamiento de opositores sin control alguno mediante la descentralización de la represión a cargo de “grupos de tareas” independientes. Nunca hubo antes en la Argentina una matanza sistemática de hombres, mujeres y niños, solo porque diferían en ideas, se agrupaban en empresas solidarias, o simplemente porque eran jóvenes y por lo tanto peligrosos. Nunca antes bebés fueron robados para asegurar que no existiera continuidad de las convicciones de las madres asesinadas. Nunca antes se asesinaron madres para asegurar el futuro de la patria y pensar que todo esto ocurrió porque individuos y organizaciones hicieron uso del asesinato, el sometimiento y el odio, como herramientas para la construcción de una Argentina "acorde a sus ideales".
Amnistía Internacional
En esas condiciones un grupo de madres, padres y familiares de desaparecidos iniciaron un movimiento de resistencia no violenta. La propuesta surgió de Azucena Villaflor, luego desaparecida y asesinada:
Las Abuelas también tomaron contacto con Amnistía Internacional, que se mostró inmediatamente receptiva, realizando campañas y brindándoles apoyo organizativo y financiero. Una de sus primeras actividades fue el impulso de un petitorio internacional por los niños desaparecidos que reunió 14.000 firmas, incluyendo personalidades de gran renombre como Simone de Beauvoir, Costa Gavras y Eugène Ionesco .Poco a poco organizaciones de derechos humanos en todo el mundo difundían la situación de los niños desaparecidos en la Argentina

Azucena Villaflor
Entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977 fueron secuestradas y desaparecidas doce personas vinculadas a la Madres de Plaza de Mayo, entre ellas su fundadora Azucena Villaflor y las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet; la mayoría de ellas fueron secuestradas directamente de la Iglesia de la Santa Cruz En una investigación que llevó décadas, se descubrió que las mismas fueron llevadas a la ESMA, torturadas y arrojadas vivas al mar desde un avión.
Alfredo Ignacio Astiz (Mar del Plata, 8 de noviembre de 1951), conocido como el ángel rubio y el ángel de la muerte, es un ex capitán de fragata de la Armada Argentina, que durante el Proceso de Reorganización Nacional en la Argentina se infiltró en las organizaciones de derechos humanos como espía. Perteneció al GT (Grupo de Tareas) 332 que actuaba con base en la ESMA.
las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet

Alfredo Astiz
Entre los delitos de lesa humanidad que se le atribuyen se cuentan casos de gran resonancia internacional como el secuestro, tortura y desaparición de dos monjas francesas, Alice Domon y Léonie Duquet por los cuales fue condenado en ausencia en Francia a cadena perpetua, y la adolescente argentina-sueca, Dagmar Hagelin
A Alfredo Astiz se le encomendó la tarea especial de infiltrarse en las organizaciones de derechos humanos y en especial en la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Para ello adoptó el nombre falso de Gustavo Niño, simulando ser familiar de un detenido-desaparecido. Las madres solían referirse a él cariñosamente como "el rubito", debido al tono rubio de su cabello y sus ojos azules. En ese carácter Astiz se desempeñó activamente y su nombre supuesto llegó a figurar en la solicitada reclamando la libertad de una lista de detenidos-desaparecidos que las organizaciones de derechos humanos publicaron en el diario La Nación el 10 de diciembre de 1977. Astiz, bajo su nombre simulado de Gustavo Niño, solía acompañar a las madres y otros activistas de los derechos humanos, en sus reuniones y actividades en la iglesia Santa Cruz perteneciente a los padres pasionistas, en el barrio San Cristóbal de Buenos Aires y jugar con los niños que integraban la agrupación de boy scouts de la parroquia.
En diciembre de 1977 se tomó la decisión de hacer desaparecer al grupo de derechos humanos que se reunía en la iglesia Santa Cruz, en gran medida debido a que la exposición de Astiz había sido muy alta. Entre el 8 y el 10 de diciembre el Grupo de Tareas 332 secuestro y detuvo clandestinamente al grupo de Santa Cruz: Azucen Villaflor de Vicenti, Esther Ballestrino de Careaga, María Ponce de Bianco (las tres fundadoras de Madres de Plaza de Mayo), las monjas francesas Alice Domon y Léonie Duquet, y los activistas de derechos humanos Ángela Auad, Remo Berardo, Horacio Elbert, José Julio Fondevilla, Eduardo Gabriel Horane, Raquel Bulit y Patricia Oviedo.

vuelos de la muerte
Durante el operativo Astiz siguió aparentando ser un familiar y fue señalando con un abrazo en el atrio de la iglesia a quienes debían ser secuestrados. Durante varios años se consideró que Gustavo Niño era un desaparecido y se lo incluyó en las listas por cuyas vidas se reclamaba.
Los doce miembros de la iglesia Santa Cruz fueron torturados y asesinados al ser arrojados al mar en un vuelo de la muerte. En 2005 algunos de sus cuerpos serían hallados enterrados como NN en el cementerio de General Lavalle, cercano a las playas a las que las corrientes marinas los habían arrojado en 1977.
Hasta en sus peores momentos de dolor, la Hermana Alice que estaba en "Capucha"- preguntaba por la suerte de sus compañeros y en el colmo de la ironía- en forma particular por el «muchachito rubio», que no era otro que el Teniente de Fragata Astiz... (Testimonio de Lisandro Raúl Cubas, Legajo N° 6974, Informe Nunca Más, CONADEP, 1985

En ese marco la mayoría de los jueces adoptaron una actitud de colaboración con el secuestro y desaparición de los niños y la supresión de su identidad, omitiendo investigar sus orígenes y facilitando las adopciones. En uno de los casos más extremos, la jueza Delia Pons recibió al niño Emiliano Ginés, y aún conociendo la identidad del menor, decidió no informar a la familia sobre su situación y ordenó internarlo en la Casa Cuna donde murió el 1 de septiembre de 1978.
La jueza Pons, en 1978, expresó a las Abuelas de Plaza de Mayo sus ideas sobre la suerte que debían correr los hijos de los hijos de las personas detenidas-desaparecidas:
Estoy convencida que sus hijos eran terroristas, y terrorista es sinónimo de asesino. A los asesinos yo no pienso devolverles los hijos porque no sería justo hacerlo. No tienen derecho a criarlos. Tampoco me voy a pronunciar por la devolución de los niños a ustedes. Es ilógico perturbar a esas criaturas que están en manos de familias decentes que sabrán educarlos como no supieron hacer ustedes con sus hijos. Sólo sobre mi cadáver van a obtener la tenencia de esos niños.
Delia Pons, Jueza de Menores.

ESMA
Los centros clandestinos de detención (CCD) fueron instalaciones secretas empleadas por las fuerzas armadas y de seguridad para ejecutar el plan sistemático de desaparición de personas implementado por la dictadura militar que ocupó el poder en la Argentina entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, autodenominada Proceso de Reorganización Nacional.
Las Fuerzas Armadas clasificaban los CCD en dos tipos:
Lugar de Reunión de Detenidos (LRD): tenían una organización más estable y estaban preparados para alojar, torturar y asesinar a grandes cantidades de detenidos.
Lugar Transitorio (LT): tenían una infraestructura precaria y estaban destinados a funcionar como un primer lugar de alojamiento de los detenidos-desaparecidos.
El plan del gobierno de facto, que ejerció el poder en Argentina entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, formaba parte de las operaciones de contrainsurgencia clandestinas, comenzadas pocos años antes, en el marco del Operativo Independencia, para eliminar la disidencia política. Operativos similares se llevaron a cabo en otros países de la región, con el apoyo expreso del gobierno de los Estados Unidos, interesado en promover a toda costa el control del comunismo y otras corrientes ideológicas opuestas a su bando en la guerra fria.

Uno de los mas conocidos era  La ESMA
Eduardo Massera
El centro clandestino de detención más famoso y casi emblemático del Proceso fue la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA). Ubicado en el casino de oficiales de esa institución de la Armada Argentina, en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires (Núñez), sobre la Avenida del Libertador al 8200, funcionó desde marzo de 1976 a noviembre de 1983.
Dependía en última instancia del almirante Eduardo Massera, y estuvo directamente a cargo del Grupo de Tareas 3.3/2, dirigido por el contraalmirante Rubén Chamorro y el capitán el Tigre Acosta. Otros célebres represores que formaron parte del mismo fueron Alfredo Astiz, Ricardo Miguel Cavallo y Adolfo Scilingo.
La ESMA se convirtió en la base del poder político de la Marina y en particular de Massera; fue clausurado en noviembre de 1983, luego de las elecciones en las que ganó Raúl Alfonsín y pocos días antes de que asumieran las autoridades constitucionales.
El 24 de marzo de 2004 el presidente Néstor Kirchner y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Aníbal Ibarra firman un "Acuerdo entre el Estado nacional y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para la construcción del espacio para la memoria y para la promoción y defensa de los derechos humanos en el predio de la ESMA" que quedó registrado bajo el Nº 8/04. La decisión fue anunciada en un acto masivo, en el que se abrieron las puertas de Escuela de Mecánica de la Armada.



Con todo esto concluimos que el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 marca un antes y un después en la HISTORIA ARGENTINA.-



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