El
Manuscrito Voynich, el "manuscrito más misterioso del
mundo",
El Manuscrito Voynich, |
Voynich |
A lo largo de su existencia constatada, el manuscrito ha sido objeto de intensos estudios por numerosos criptógrafos profesionales y aficionados, incluyendo destacados especialistas estadounidenses y británicos en descifrados de
Zipf |
Voynich |
En 1912 Wilfrid Voynich, buscador de
libros extraños, topó en Roma con un manuscrito de unas 230 páginas (puede que
originalmente tuviera más de 300) con aspecto de grimorio medieval y escrito en
un lenguaje que, a día de hoy, nadie ha conseguido descifrar. Es más, ni siquiera se puede decir que haya un texto que
descifrar y quizás no es ni un lenguaje. Podría estar escrito
en un idioma creado ex profeso,
no tener ningún sentido, ocultar un mensaje en un código misterioso...
El Manuscrito Voynich |
El libro tiene alrededor de 240 páginas
de pergamino, con vacíos en la numeración de las mismas (la cual es
aparentemente posterior al texto, quizá del siglo XVI), lo que sugiere que
varias páginas se habían extraviado ya antes de su compra por Voynich. Para
evitar extravíos posteriores el padre Petersen lo fotocopió en 1931,
repartiendo dichas copias entre varios investigadores interesados en su estudio
e intento de traducción. Se utilizó pluma de ave para escribir el texto y
dibujar las figuras con pintura de colores; según se puede apreciar, el texto
es posterior a las figuras, ya que en numerosas ocasiones el texto aparece
tocando el borde de las imágenes, algo que no ocurriría si éstas hubiesen sido
añadidas posteriormente.
imágenes |
El libro contiene imágenes y textos, y
está dividido en seis secciones que hablan (o parecen hablar) de biología,
astronomía, hierbas… y profusamente ilustrado con imágenes de tías en pelotas. Lo que lo hace tan extraño no es que no diga nada,
sino que parece querer decir algo. De hecho, aunque carece de
puntuación, está escrito de un tirón, sin tachones, y con una apariencia de
idioma auténtico (el voynichés)
que no deja de sorprender. Si fue simplemente una broma, el que lo hizo se tomó
su tiempo.
Las ilustraciones del manuscrito no aclaran los
contenidos del texto pero denotan que el libro consta de seis
"secciones", con diferente materia y estilo. Exceptuando la última
sección, que contiene únicamente texto, casi la totalidad de las páginas
contienen al menos una ilustración. Las secciones y sus nombres convencionales
son:- Herbario: cada página muestra una planta
(en ocasiones dos) y algunos párrafos de texto, un formato típico de
herbarios europeos de la época. Algunas partes de estas ilustraciones son
copias en mayor escala y detalle de bocetos vistos en la sección farmacéutica (debajo).
diagramas |
- Astronómica: Contiene diagramas circulares,
algunos de ellos con soles, lunas y estrellas, lo que sugiere que trata de
astronomía o astrología. Una serie de 12 diagramas muestra símbolos
convencionales para constelaciones zodiacales (dos peces para Piscis, un
toro para Tauro, un soldado con un arco para Sagitario, etc.). Cada
símbolo está rodeado por exactamente 30 figuras de mujeres en miniatura,
la mayoría de ellas desnudas, cada una sosteniendo una estrella. Las dos
últimas páginas de esta sección (Acuario y Capricornio) se extraviaron,
mientras que Aries y Tauro están separados en cuatro diagramas con 15
estrellas cada uno. Algunos de estos diagramas se encuentran en páginas
desplegables.
Biológica |
- Biológica: Un texto denso y continuo con
figuras de pequeñas mujeres desnudas tomando baños en balnearios públicos
o tinas interconectadas por una elaborada red de tuberías, algunas de
ellas claramente en forma de órganos del cuerpo. Algunas de las mujeres
llevan coronas.
diagramas |
- Cosmológica: Más diagramas circulares, pero de
naturaleza desconocida. Esta sección también posee páginas desplegables,
una de ellas de seis páginas de largo, que contiene una especie de mapa o
diagrama con seis "islas" conectadas por calzadas, castillos y
posiblemente un volcán.
Farmacéutica |
- Farmacéutica: Varios dibujos con leyendas de
partes de plantas aisladas (raíces, hojas, etc.); objetos similares a
jarras farmacéuticas (albarelos) a lo largo de los márgenes y algunos
párrafos de texto.
- Recetas: Muchos párrafos cortos, cada uno
marcado con una "viñeta" en forma de flor (o estrella) que hacen
pensar en una serie de órdenes, pasos o instrucciones para elaborar algo
(presumiblemente un producto químico o alquímico).
El texto es fluido, como si el escriba entendiera lo que estaba escribiendo mientras lo hacía; el manuscrito no da la impresión de que cada carácter haya tenido que ser calculado antes de ser escrito en la página.
El texto consiste de más de 170.000 glifos, normalmente separados unos de otros por pequeños espacios. La mayoría de los glifos están escritos con uno o dos trazos simples. Considerando que existen disputas sobre si ciertos glifos son distintos o no, se calcula que el alfabeto entero consta de entre 20 y 30 glifos totales para casi todo el texto, con raras excepciones de algunas docenas de caracteres "extraños", encontrados una o dos veces en todo el texto.
Los espacios más anchos dividen el texto en alrededor de 35.000 "palabras" de longitud variada. Estas parecen seguir una cierta fonética o reglas ortográficas de cierto tipo; por ejemplo, algunos caracteres deben aparecer en cada palabra (como las vocales en el castellano), algunos caracteres nunca siguen a otros, algunos pueden ser dobles pero otros no.
El análisis estadístico del texto reveló patrones similares a los de lenguas naturales. Por ejemplo, la frecuencia de palabras sigue
Por otro lado, el "idioma" del manuscrito Voynich, el voynichés, es distinto de los idiomas europeos en varios aspectos. En particular no existen palabras con más de 10 "letras". Además, la distribución de letras dentro de una palabra es algo peculiar: algunos caracteres aparecen solamente al principio de una palabra, otros solamente al final y algunos siempre en el medio.
El texto parece ser más repetitivo que los típicos idiomas europeos; existen secuencias en las cuales la misma palabra común aparece hasta tres veces consecutivas.
Bacon |
Rodolfo II |
Kircher |
Se han propuesto muchos posibles autores
del manuscrito Voynich. A continuación se citan sólo los más populares
La carta, adjunta al manuscrito, de Marci a Kircher
(1665), dice que, según su último amigo Raphael Mnishovsky, el Emperador
Rodolfo II de Bohemia (1552-1612) habría comprado el libro por 600 ducados
(unos miles de dólares en moneda contemporánea). Según la carta, Rodolfo (o tal
vez Raphael) creían que el autor era el fraile y polígrafo franciscano Roger
Bacon (1214-1294).A pesar de que Marci dijo que "no opinaba" acerca de la anterior afirmación, Voynich la tomó bastante en serio e hizo todo lo posible por confirmarla. Su convicción influyó poderosamente en la mayoría de los intentos de desciframiento durante los 80 años siguientes. Sin embargo, los estudiosos que han visto el manuscrito y están familiarizados con la obra de Bacon han negado rotundamente tal posibilidad. También hay que advertir que Raphael murió en 1644, y la compra debió ocurrir antes de la abdicación de Rodolfo, en 1611 —al menos 55 años antes de la carta de Marci—.
Dee |
Voynich a concluir que la única persona
que pudo vender el manuscrito a Rodolfo fue John Dee, un matemático y astrólogo
de la Corte de
Isabel I de Inglaterra, y conocido por ser propietario de una gran colección de
manuscritos de Bacon. Dee y su scrier
(ayudante "medium") Edward Kelley vivieron varios años en Bohemia,
donde habían esperado ofrecer sus servicios al Emperador. Sin embargo, los
minuciosos diarios de Dee no mencionan esta venta, lo que la hace bastante improbable.
De todas formas, si el autor no fuera Bacon, la relación de Dee con el
manuscrito simplemente desaparece. Por otra parte, el propio Dee lo podría
haber escrito, y luego propagó el rumor de que era una obra original de Bacon,
con la esperanza de venderlo posteriormente.
El compañero de Dee en Praga, Edward
Kelly, o Kelley, era un extravagante alquimista, que presumía de poder
transmutar el cobre en oro gracias a un polvo secreto que había extraído de la
tumba de un obispo en Gales. Como scrier
de Dee, también afirmaba ser capaz de invocar a los ángeles con una bola de
cristal, y mantener largas conversaciones con ellos, que Dee anotaba
escrupulosamente. Al lenguaje de los ángeles lo llamaba "enoquiano",
derivado de Enoc, el padre de Matusalén; según el apócrifo "Libro de
Enoc", Enoc fue llevado a visitar el Cielo en un carro tirado por ángeles,
y luego escribió un libro acerca de lo que allí vio. Algunos han sugerido que,
igual que Kelley inventó el "enoquiano" para engañar a Dee, podría
haber creado el manuscrito Voynich para estafar al Emperador (quien además
pagaba a Kelley por sus presuntos conocimientos alquímicos). Sin embargo, si
Roger Bacon no es el autor del manuscrito, la relación de Kelley con el mismo
es tan improbable como la de Dee.
bacon |
Se ha sospechado en muchas ocasiones que
el propio Voynich elaboró el manuscrito. Como anticuario de libros, seguramente
tenía los conocimientos y medios necesarios, y un "libro perdido" de
Roger Bacon habría valido una fortuna. Sin embargo, el reciente descubrimiento
de la carta de Baresh a Kircher, ha eliminado completamente esta posibilidad,
salvo que Voynich hubiese "quitado" la carta del libro original que
la contenía y hubiese falsificado un libro nuevo basándose en el contenido de
dicha carta.
Brahe |
Johannes Marcus Marci conoció a Kircher cuando encabezaba una delegación de
La personalidad y conocimientos de Marci parecen adecuados para llevar a cabo esta tarea, y Kircher, un "Doctor Sabelotodo", era una presa fácil, pues se le recuerda más por sus errores espectaculares que por logros genuinos. Incluso la carta de Baresch guarda cierto parecido con un fraude que el orientalista Andreas Mueller hizo al propio Kircher: Mueller elaboró un manuscrito ininteligible y se lo envió a Kircher, con una nota adjunta que explicaba que procedía de Egipto. Pidió a Kircher una traducción, y se sabe que Kircher hizo una inmediatamente.
Johannes Marcus Marci |
Ascham |
El doctor Leonell Strong, investigador y criptógrafo aficionado, intentó descifrar el manuscrito Voynich.
Strong dijo que la solución era "un peculiar sistema doble de progresiones
aritméticas de un alfabeto múltiple". Strong defendía que el texto
revelaba que el autor del manuscrito Voynich era el autor inglés del siglo XVI
Anthony Ascham, cuya obra incluía A
Little Herbal ("Un pequeño herbario"), publicado en 1550.
Aunque el manuscrito Voynich contiene secciones parecidas al herbario, el
principal argumento contra esta hipótesis es que se desconoce dónde habría
obtenido este autor los conocimientos literarios y criptográficos necesarios.
Varios expertos también propuso que se trataba de un engaño
deliberado, posiblemente forjado por John Dee, un matemático Inglés y astrólogo
de la corte de Rodolfo.
En efecto, en el científico de la computación 2003 Gordon Rugg demostrado que el texto que se asemeja en el libro se podría generar con una rejilla de Cardano, un dispositivo de cifrado inventado alrededor de 1550.
"Aunque todavía no estoy 100 por ciento convencido de la precisión de la datación, es probable que razonablemente cerca," Nick Pelling, autor de "la maldición dela Voynich ",
dijo a Discovery News.
"A mediados de la década de 1920, ya era evidente para algunos historiadores que algunos de los escritos en los márgenes del manuscrito había casi seguro que ha añadido en el siglo 15, lo que significa que el manuscrito no sensata podría haber ocurrido después de 1500," agregó Pelling .
"Es una lástima que tantas personas se han quedado atascados en las teorías 17 al siglo 16, o incluso, en particular las teorías de la 'broma', ya que estos han ayudado a disuadir a los principales historiadores de involucrarse", dijo Pelling.
En efecto, en el científico de la computación 2003 Gordon Rugg demostrado que el texto que se asemeja en el libro se podría generar con una rejilla de Cardano, un dispositivo de cifrado inventado alrededor de 1550.
"Aunque todavía no estoy 100 por ciento convencido de la precisión de la datación, es probable que razonablemente cerca," Nick Pelling, autor de "la maldición de
"A mediados de la década de 1920, ya era evidente para algunos historiadores que algunos de los escritos en los márgenes del manuscrito había casi seguro que ha añadido en el siglo 15, lo que significa que el manuscrito no sensata podría haber ocurrido después de 1500," agregó Pelling .
"Es una lástima que tantas personas se han quedado atascados en las teorías 17 al siglo 16, o incluso, en particular las teorías de la 'broma', ya que estos han ayudado a disuadir a los principales historiadores de involucrarse", dijo Pelling.
William R. Newbold, decano de la Universidad de
Pensilvania y condecorado tras la
I Guerra Mundial por su talento para descifrar códigos
enemigos, murió loco en 1926 tras una obsesiva búsqueda de una solución.
Hasta hace apenas una semana, el volumen
estaba fechado en algún momento entre 1450 y 1520. Ahora, gracias a la pruebas
del Carbono 14 a
la que han vuelto a someter sus páginas, la
Universidad de Arizona ha logrado concretar más: entre 1402 y 1438.
Parece mentira, pero es prácticamente lo único que se sabe a ciencia cierta. Un
pequeño paso que, por lo menos, ha permitido eliminar al escritor Roger Bacon
de la lista de posibles autores (vivió en el siglo XIII), y a quien desde el
siglo XVII se le atribuía su autoría.
Dee |
El descubrimiento no excluye, en cambio,
a John Dee, el mítico mago y científico (cuando ambas cosas eran sinónimo) del
siglo XVI y a su ayudante y amigo Edward Kelly, que decían comunicarse con los
espíritus en su propio idioma. ¿Está escrito el manuscrito en enoquiano? No parece el caso. Intentar
buscar un autor más allá de principios del siglo XV no tiene ningún sentido,
así que el análisis invita a desechar la mejor de la teorías posibles: que Dee y Kelly lo crearon para estafar al nieto de
Carlos I, Rodolfo II de Bohemia. Esto tuvo que ocurrir a
mediados del XVI, pero es difícil de creer que las páginas pudieran estar casi
un siglo esperando que alguien las escribiera (se cree que fue redactado
durante la primera mitad del XV).
El
manuscrito Voynich es, sin duda, uno de esos misterios que la Ciencia no puede resolver
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