sábado, 19 de marzo de 2011

La leyenda negra, por la mala fama de los tercios españoles,



La leyenda negra, por la mala fama de los tercios españoles,
la rendición de Breda , realizado por Velázquez en 1634, 



los tercios
La mala fama de los tercios españoles forma parte inseparable de la Leyenda Negra difundida por la historiografía anglosajona y francesa para perjudicar la imagen política de España a partir -sobre todo- de Felipe II. Esos prejuicios se basan en hechos ciertamente lamentables que fueron obra de los rudos y feroces soldados en algunos episodios de desorden y saqueo indiscriminado acompañado de crueles matanzas. 

Duque de Alba
Durante el desempeño del cargo de jefe de los tercios que hizo el tercer Duque de Alba los odios se exacerbaron, sobre todo a raíz de la política de mano dura y represión que impulsó el noble, considerado todavía hoy una auténtica bestia negra por los flamencos y holandeses protestantes. Aunque todos los ejércitos anteriores y posteriores a la época cometieron y cometerían los mismos excesos, la mala fama de los tercios españoles fue aumentada por el odio holandés y protestante a un invasor que veían como una doble amenaza: política (acusando a España de imperialismo) y religiosa (luchando contra el catolicismo que los Austrias querían imponer a toda costa en los territorios donde caló profundamente la Reforma Protestante). Los peores desmanes de los tercios los ocasionaban los continuos atrasos en el envío de la paga. Los sueldos ya de por sí eran bajos, pero con ese salario hay que tener en cuenta que el soldado pagaba la ropa, su manutención, las armas, y hasta a veces el alojamiento, aunque excepcionalmente algunos nobles se ofrecieron a costear los gastos de una guerra concreta para ganar méritos y prestigio ante el rey de España.


Guillermo de Orange
Don Fernando Álvarez de Toledo, Tercer Duque de Alba, es el icono más representativo de la leyenda negra antiespañola, al lado de la Inquisición y de la obra colonial en América. La imagen del duque como fiera traganiños, sedienta de sangre y destrucción, fue propagada por el gran publicista, Marnix-Van-Saint-Aldegonde, y el genio de Guillermo de Orange, que incluso escribió una Apología contra Felipe II en 1580.
Fernando puede ser sin duda el mejor general que haya tenido España en su historia. Era tremendamente intransigente, y quizás por eso haya sido tan bueno en batalla. Antes de ser enviado a los Países Bajos para sofocar la revuelta protestante, su currículum mostraba participaciones en batallas como la del sitio de Fuenterrabía (1524), defensa de Cataluña contra los franceses, Túnez (Contra Barbarroja en 1535), Muhlberg (1547), defensa del Milanesado, Argel y demás.

flandes
Luego fue enviado a luchar contra las Provincias Unidas en Flandes, para intentar acabar con la rebelión, pero ni las miles de ejecuciones públicas ni más de cinco cruentas batallas consiguieron apartar a los rebeldes de su fe ciega hacia el Protestantismo, aunque en realidad creo que nada tenía que ver con la religión, sino con las ansias de independencia. Cuando gobernaba Carlos I, rey políglota y de gentes que hablaba al pueblo en flamenco, parecían contentos, pero su hijo Felipe II nunca pudo dirigirse a sus súbditos en su idioma, no era considerado un flamenco,




La Guerra de los Ochenta año
La Guerra de los Ochenta años, o Guerra de Flandes, enfrentó a las diecisiete provincias de los Países Bajos contra su soberano, el Rey de España. La rebelión comenzó en 1568 y acabó en 1648, cuando por fin se les reconoció como independiente.
El mantenimiento de La guerra de los Ochenta años, que duró tantos años como su nombre indica, acabó hundiendo a la economía española, provocando sucesivas bancarrotas y dinamitando la imagen de todos los españoles. (Durante esta guerra nació la Leyenda Negra).

 Sacro Imperio Romano Germánico 
Pero hay otra forma de verlo. Una forma que tenga en cuenta la política de la época, la amenaza de guerra y la contextualización. ¿Alguien puede dudar de la importancia geoestratégica de Flandes para un imperio como el español, con la cantidad de enemigos que había creado? Significaba una amenaza constante para Inglaterra, otra para Francia;  colocaba a España a las puertas del Sacro Imperio Romano Germánico y era el pasillo también, para entrar en Alemania por el norte.

carlos I
No obstante, allí nunca se quiso a España y debió haber rectificado antes de perder todos los hombres que perdió, sin ni siquiera mencionar el dinero. Pero parece que la culpa de todo la tenía la herencia de un gran rey, Carlos I, que heredó todos esos territorios por vía paterna (Habsburgo), y que decidió cederlos a su hijo tras abdicar en él, dos años antes que la rebelión, en 1556. A Carlos I le respetaban, porque era un rey políglota y de gentes, pero no hicieron lo mismo con Felipe II, pues no hablaba su lengua y además se empeñó en convertirles al catolicismo, de manera intransigente, cuando estaba clarísimo que eran calvinistas, no querían a su soberano, no querían tener nada que ver con España y ni mucho menos con sus curas.
Pero de nuevo, si contextualizamos y nos ponemos en la piel de Felipe II, nos damos cuenta de que él y toda su gente, familia e incluso mascotas, estaban convencidos de que España debía ser el guardián del Catolicismo en Europa, por mucho que ahora esto nos parezca una necedad. Lo comprendamos o no esto era así.

Este periodo de tiempo aglutina más de 19 batallas, cada una de las cuales pudiendo ofrecer folios y folios de información, siendo de las más importantes el Asedio de Breda, la Batalla de Rocroi, Jemmingen, Haarlem, Ostende, Amberes y demás.

Que ejercito comandaba el Duque de Alba,
los tercios 
Los tercios españoles, según se dijo en su tiempo; la mejor infantería del mundo, estos aguerridos combatientes fueron el soporte que hizo que en los dominios españoles no se pusiera el sol. La Monarquía española en los siglos XVI y XVII se basó en esta legendaria unidad de combate, llamada los tercios.
Siendo el brazo ejecutor del dominio español , dejando honda huella como tropas de choque en los múltiples escenarios de conflicto en los que se vieron inmersos, desde Nápoles y Milán, a Flandes o en la frontera francesa, con tropas sumamente escogidas para cada ocasión, siendo sus tácticas copiadas por las más modernas unidades militares de combate.

“los Tercios de Flandes”,
Pese a que su radio de acción cubría toda Europa , fue en los Países Bajos donde los tercios actuaron durante más tiempo y cosecharon sus gestas más notables y laureadas. De aquí les viene el nombre de “los Tercios de Flandes”, unas unidades militares creadas por la Casa de Austria
A mediados del siglo XVI toda Europa vivía en guerra, una guerra diversa pero persistente y desoladora, que se inició en la contienda entre Carlos I de España y Francisco I de Francia y se alargó a las contiendas religiosas en Alemania, sin olvidar la contienda contra los otomanos en el Mediterráneo.

Gonzalo Fernández de Córdoba
 De hecho, los Tercios fueron creados por Carlos I, tras la reforma del ejército de 1534, como garantía de las posesiones españolas en Italia, se cree que su nombre viene dado por la “tercia”, la legión romana destacada en Hispania. Siendo probablemente sus orígenes en el cuerpo expedicionario de Gonzalo Fernández de Córdoba(el gran capitán), en Italia, que estaban organizados en coronelías, que agrupaban a las capitanías. La estructura militar innovada por los Reyes Católicos en la guerra de Granada y en la campaña de Italia, estaban fuertemente influenciadas por el “modelo suizo”, cuyos triunfos de la citada infantería suiza contra la caballería pesada de Borgoña, en una serie de batallas, fueron una verdadera revolución en el arte de la guerra moderna.

Felipe II 
Pero en el año de 1566 se prendió la mecha a una nueva contienda, cuando los habitantes de Flandes se negaron a aceptar un mayor control religioso y político por parte de Felipe II,  pero fue en el 1572 cuando se convirtió en una guerra abierta que fue más encarnizada y sangrienta que las anteriores. Este conflicto tenia motivos económicos, pero también religiosos y políticos, con una estrecha relación con el desarrollo del calvinismo en los Países Bajos y un sentimiento puramente nacionalista.
 El rey de España, Felipe II como paladín de la fe católica sabía que además estaban en juego argumentos de prestigio y estrategia, ya que los Países Bajos eran la vía de  comunicación “natural” , con importantes potencias, como Inglaterra, Francia y el Imperio. Ya hubo entre  sus consejeros quien puso sobre la mesa un argumento duro pero tremendamente realista, que era que mientras se combatiera allí, la península ibérica se libraría de los azotes de la guerra.  Ahí entraron en juego los Tercios para llevar la guerra a tierras lejanas, el Rey de España sabía que podía contar con su valentía, aunque ya en los tiempos de Carlos I los problemas económicos se habían solventado más mal  que bien , se habían hecho frente a los numerosos temas de política exterior en los que estaba inmerso el Imperio español.

Luis de Requesens
El rey Felipe II fue variando las estrategias en el tema de Flandes, pasando de la mano de hierro del Duque de Alba, a la política de conciliación de Luis de Requesens o del mismo hermanastro del rey, D. Juan de Austria, pasando por el pragmatismo del duque de Parma, Alejandro Farnesio. Tras la tregua de 1609 y 1621, lograda por Felipe III, reanudose la guerra durante más de veinte años, hasta la verdadera paz que no llegó hasta el 1648( Paz de Westfalia), con el reconocimiento de la independencia de lo que ahora conocemos por los Países Bajos y fueron compensadas también con dos provincias más(al norte del río Escalda, arruinando la salida fluvial de Amberes, parte las que ya habían ocupado en las Indias Orientales. Fue verdaderamente una larguísima y sangrienta guerra, a veces conocida como la de los “Ochenta años” . Durante todo este gran espacio de tiempo, los enormes gastos logísticos y militares hicieron que  España a pesar del heroísmo de sus Tercios de Flandes , fuese incapaz de ganar esta guerra. Esto sin embargo, sin menoscabo de que España, debido en gran manera al valor de sus soldados resistiera tan largo tiempo, da un muestra del poderío militar , en aquella época.

Añadir leyenda
Hoy en día no hay ninguna duda de que los Tercios españoles fueron unos avanzados en las técnicas modernas militares en los comienzos de la Edad Moderna, influenciados eso si por la llamada “revolución militar” . Siendo ellos los máximos exponentes del talante innovador del ejército de los Austrias, tal como he dicho anteriormente fueron creados por Carlos I en el año 1534 y constituían una fuerza de choque, con amplia autonomía y poseían una gran capacidad de maniobra y de potencia de fuego, basada en una gran combinación de arma blanca : la más característica era la pica, una lanza de unos 5 metros, que se utilizaba para la defensa contra la caballería, (se clavaba en el suelo y se sujetaba con el pie para darle mayor inclinación), tanto como para los ataques, la alabarda era una lanza que tenía en su extremo una cuchilla transversal aguda por un lado y de media luna por el otro, solía ser el arma de los sargentos y de los cuerpos de guardia, las dagas para el combate cuerpo a cuerpo y la espada, considerada el arma más noble, 

arcabuses
Ya que incluso se trasmitía por herencia, al entrar a combatir al enemigo con la espada había de hacerse de perfil para ofrecer el  menor blanco al enemigo.  y de fuego:  estas eran los arcabuces , usados a modo de fusiles, pero al tener poco alcance se había de maniobrar antes del disparo efectivo y los mosquetes que eran más pesados y se disparaban apoyados en una horquilla, clavada en el suelo, produciendo destrozos importantes en un blanco cercano e inmóvil. Estos estaban divididos en tres armas fundamentales, con sus soldados respectivos: piqueros (llamados también “picasecas”, y “coseletes”, cuando llevaban media coraza) , tenían como principal función defender a las tropas de los ataques de la caballería rival. Su avance con las picas en posición horizontal, y en las formaciones cerradas resultaba de un efecto demoledor para el enemigo , arcabuceros, estos iban protegidos con la celada, peto, espaldar y escarcelas, siendo la espada y los arcabuces sus principales armas  y mosqueteros, similarmente armados, pero con un mosquete, con mayor alcance en lugar del arcabuz, este mayor alcance les permitió salir de la formación cerrada y acomodarse en el escuadrón, después de abrir fuego, también contaban con artillería(cañones de bronce o hierro colado, semicañones , culebrinas y falconetes) y en ocasiones con caballería( Ceriñola – 1503).

los tercios
A raíz de la sublevación en 1566, de Flandes y los Países Bajos desde Italia, España y también desde Alemania se enviaron un gran número de tropas. Siendo las de Italia, las tropas verdaderamente llamadas Tercios, de los cuales fueron por este orden los de Lombardía ,  mandados por Fernando de Toledo, hijo del Duque de Alba  y después por Sancho de Londoño, compuesto por 10 compañías con 1.204 soldados, a los que siguieron los de Sicilia, mandados por Julián Romero, compuesto por 19 compañías, con 3.194 soldados, Cerdeña, mandado por Lope de Acuña y después por Juan Solís, formado por 10 compañías, con 1.756 soldados , Nápoles, mandado por Rodrigo de Toledo, formado por 19 compañías, con 3.194 soldados y el llamado Tercio de Galeras(que fue la primera unidad de la infantería de marina de la Historia), El Tercio de Lombardía se transformo en el de Flandes, mandado por Gonzalo de Bracamonte, 19 compañías con 4.750 soldados 

D. Francisco Arias de Bobadilla.
 maestre de campo
Cada uno de estos Tercios , llamados Viejos ,era comandado por un maestre de campo, y su división estaba formada por doce compañías, de ellas diez de piqueros y dos de arcabuceros, de unos aproximadamente 350 hombres, aunque con el tiempo este número se fue reduciendo. Siendo de hecho un cuerpo, teóricamente hablando de unos tres mil hombres, cuando en realidad no llegaba a un poco más de mil quinientos. Estas tropas fueron llamadas la “Infantería Española” y estaban constituidas por 1/3 de arcabuceros y mosqueteros, 1/3 por coraceros o coseletes y 1/3 por pica secas.
Téngase muy en cuenta, que por ejemplo en el Tercio del Duque de Alba convivían 5.000 españoles, 6.000 alemanes y 4.000 italianos y a pesar de la diversidad de naciones todos entendían que estaban al servicio de la Corona española.

el jubón
Aparte estos hombres incluían casi toda la escala social de la época, desde labriegos hasta hidalgos o segundones de familias nobles, ni menores de veinte años , ni ancianos, ya que la condición física era primordial , aparte los que servían en unidades navales, debían poseer buena dentadura, para poder roer el duro bizcocho. Su alimentación era de un kilo aproximado de pan o bizcocho, una libra de carne o media de pescado, y una pinta de vino, aparte aceite y vinagre. Siendo Castilla, Andalucía, Aragón, Levante y  Navarra, los mayores lugares de reclutamiento. No disponían de uniformes específicos : una ropilla(vestidura corta sobre el jubón), unos calzones, dos camisas, un jubón, dos media calzas, un sombrero y un par de zapatos, pero con la salvedad de que cada cual , costeándoselo de su bolsillo, podía vestir como quisiera. La seguridad de una paga , los posibles ascensos en la jerarquía militar y el posible botín eran los principales motivos de alistamiento, aunque algunas veces las pagas escaseaban ,

Una escuadra,
En su estructura interna, cada unidad y cada mando, siendo de una estructura parecida excepto en el tamaño, se podían perfectamente insertar dentro de su unidad superior, muy parecida a las muñecas rusas. Una escuadra,(unidad subalterna de 20 hombres) estaba mandada por un cabo, una compañía (varias escuadras), estaba mandada por un capitán(mando supremo de la misma) , el cual tenía bajo su mando un alférez(encargado de custodiar y defender la bandera y atender las necesidades de los soldados) , un sargento(encargado de la instrucción y buen orden de la tropa), un furriel(auxiliar del sargento y responsable de alojamientos) el cabo , ya nombrado anteriormente, el abanderado y también incluían un capellán y tres músicos (un pifano y dos tambores),  varias compañías formaban un Tercio, bajo el mando de un maestre de campo(este designado por el rey, el cual contaba con competencias, militares, legislativas y administrativas), como ya se indicó con anterioridad.

tambor general,
 Este jefe que también tenía su propia compañía, tenía un sargento mayor bajo su mando, quien tenía la importante misión de formar el escuadrón de combate, con sus cerradas y compactas filas, un furriel mayor, un tambor general (conocedor de todos los toques de batalla), un capellán mayor, un barrachel de campaña (el cual ayudado por los alguaciles, mantenía la disciplina entre las tropas) y un auditor (el cual trataba las diligencias judiciales, tanto civiles como criminales). Teniendo como base la antigüedad para los ascensos, así también el rango social, las aptitudes y méritos en el combate, siendo el periodo mínimo de cinco años para ascender de soldado a cabo, un año de cabo a sargento, dos años de sargento a alférez y tres años de alférez a capitán. O sea que simplificando un soldado con más de diez años de campaña tenía asegurado el ascenso a oficial.

Esta organización no solo ponía en la batalla una racionalizada estructura de mando, sino que hacía hincapié en la disciplina de sus tropas, en una época en que la centralización de la autoridad, asimismo como la instrucción de la tropa, pues cada mando se encargaba de transmitir a sus subalternos su propia experiencia militar, aparte de estar muy bien organizados, ya que se escogían las unidades de combate y los soldados para cada ocasión, combinando así las unidades muy versátilmente dependiendo del valor,  movimientos y número de las unidades del enemigo, con las características del terreno, las condiciones políticas y económicas, etc. Acompañados también de los servicios que acompañaban a las unidades en sus distintos niveles, empleos como el furriel, responsable de los alojamientos, el  barrachel, el cual garantizaba el orden, encargándose también de perseguir a los desertores, los barberos y cirujanos, con su hospital de campaña y hospital general del ejército, siendo también en eso los Tercios unos avanzados en su tiempo, capellanes castrenses…etc. Y con todo ello, además les seguían una legión de personas con sus bagajes y pertenencias, como los criados, prostitutas, familiares…etc... Todos ellos guiados por la mano de un capitán,  que guiaba a sus hombres, a los que había dado una guía y una formación, acorde con su personalidad.

“escuadrón de picas”
La formación más típica que adoptaban estas tropas eran el llamado “escuadrón de picas” , el resto adoptaban la formación de flancos evitando las maniobras envolventes del enemigo, aunque también formaban pequeños cuadros en los lados. El portavoz de estas órdenes era el llamado sargento mayor el cual las pasaba a los sargentos de compañía y éstos a los capitanes para desplazar a sus soldados. Siendo el cuerpo de élite los arcabuceros los cuales estaban exentos de hacer las guardias nocturnas y tenían un ducado de paga más al mes.

Estas unidades tenían cuatro formaciones: la cuadrada (mismo frente que fondo), el prologando (tres cuadrados unidos) con la variación de la media luna (en que las alas prolongaban la curvatura, protegiendo el centro), en cuña o triangular, que adquiría forma de tenaza o que tomaba la forma de sierra, uniéndose a otros por la base y el del rombo. Cuando los Tercios emprendían un sitio se realizaban obras de atrincheramiento para rodear la ciudad, aproximando los cañones y minas a las murallas, manteniéndose un escuadrón en la reserva para prevenir la salida de los sitiados y éste también les protegía en caso de retirada. La doctrina de la época establecía oponer las picas a la caballería, los arcabuceros a los piqueros y lanzar la caballería contra los arcabuceros, aprovechando que estos después de realizar el primer disparo, eran muy vulnerables mientras recargaban el arma.   Durante los primeros envites del combate para cubrir las primeras pérdidas de los piqueros, los compañeros adelantaban un paso para componer la posición cuando esta quedaba vacía, dando la impresión de un cuadro compacto.

Isabel I
La reina Isabel I de Inglaterra se había separado de la Iglesia de Roma y ella veía con simpatía la reforma protestante en los Países Bajos, pero por el tema  de Calais, aún estaba enemistada con Francia y no se atrevía a romper con España, en aquella época considerada invencible en Europa. Los navegantes ingleses estaban en desacuerdo con la bula de Alejandro VI, que repartía el nuevo mundo entre España y Portugal y atacaba sin tregua a un Impero demasiado extenso para estar bien defendido. Hubo un episodio en esta guerra económica en que una flota española procedente de las Indias y cargada con 450.000 ducados para satisfacer las pagas de los soldados de Flandes, debido al mal tiempo en el Mar del Norte, tuvieron que refugiarse en el puerto inglés de Plymouth , cuyo país era aliado de España, y la reina de Inglaterra se apoderó del  oro español y no hubo forma humana de que retornara el mismo. 

el saqueo de Amberes
El 1575 fue un año crítico para la Hacienda real, el 14 de septiembre se publicó un decreto real en el que se suspendían los pagos de todos los créditos garantizados por los ingresos de la corona, los banqueros se negaban a prestar más dinero a las arcas reales y en el 1576, año de la muerte de D. Luis de Requesens, gobernador general y del saqueo de Amberes se debían a los Tercios unos seis millones de escudos. Corrió como la pólvora la noticia que el poco dinero disponible se emplearía en licenciar a los alemanes del conde Aníbal de Altemps y la reacción de los españoles de las islas neerdanlesas fue inmediata,  los cuales entraron por Brabante y se apoderaron de Alost, como prenda de sus pagas no recibidas. 

 Lo cual provocó en Bruselas unas manifestaciones antiespañolas por la proximidad de los insurrectos, pero luego pusieron sus ojos en la riquísima Amberes , emporio del comercio del Mar del Norte y centro de la economía y comercio europeos. Así la guarnición de Amberes y los soldados de Alost, se hicieron con la ciudad después de una breve lucha y después de muchos meses de privaciones iniciaron el 4 de noviembre de 1576 un terrible saqueo, quemando edificios magníficos, acuchillando unos 7.000 vecinos, este saqueo se prolongó durante más de tres días y las calles estaban sembradas de cadáveres, con los dedos y orejas cortados para llevarse las joyas.

“Sacco di Roma”
La leyenda negra, solo fue comparable al “Sacco di Roma”, por las tropas del condestable de Borbón. Esa misma fecha del saqueo llegaba a Luxemburgo el nuevo gobernador general D. Juan de Austria.   
Esta fue una constante en la historia de los Tercios, ya que las debilitadas arcas del estado muchas veces no podían satisfacer todas las necesidades de las tropas. Esto fue  muy perjudicial par los intereses hispanos, ya que en muchas ocasiones se perdía lo que tanto había costado conseguir. Ya que a menudo se les adeudaba los haberes de varios años, lo que conllevaba que estas se amotinaran paralizando las operaciones de la ofensiva. Si estas tardaban un plazo de unos 30 meses en llegar, cosa que ocurrió en algunos momentos, los motines estuvieron al orden del día.

Haarlem(1573)
En estos motines no se cuestionaba la lealtad al rey, ni paralizar la guerra, ni sabotear el orden establecido, pero llegado este momento los soldados ya no obedecían a ninguna autoridad oficial, y se dejaban guiar por el “electo”, una especie de delegado sindical, el cual asesorado por un consejo, llevaba a cabo las negociaciones con las autoridades para que se tuvieran en cuenta sus derechos económicos y sus condiciones de vida.
Cuando todo esto fallaba entonces eran los motines el último recurso con que contaban los Tercios para lograr ser escuchados, dando rienda suelta a la llamada “furia española” y que desemboco en los tristes sucesos de Haarlem(1573), Alost(1576) y el más celebre de todos, el ya citado de Amberes(1576) en los que durante días se robaba, saqueaba, violaba y asesinaba, siendo el peor periodo, el comprendido entre los años 1572 y 1607, con 45 motines.

la batalla de Rocroi
Siendo el golpe más duro para los Tercios la batalla de Rocroi, en la guerra de los Treinta Años, aquí los hasta entonces invencibles Tercios españoles fueron derrotados por el ejército francés, contra todo pronostico, los tercios cuya naturaleza táctica era primordialmente defensiva sucumbió a la hábil combinación de caballería e infantería francesa, contando además con la superior cadencia de tiro de las armas francesas que entonces eran superiores a las nuestras. Las fuerzas francesas eran ligeramente superiores a las españolas, unos mil hombres, pero la artillería española contaba con 24 cañones, el doble de los franceses y a pesar de ello, las bajas fueron muy superiores a las francesas : 7.300 entre muertos y heridos contando también en ese total los 3.826 prisioneros por bando español, por 4.500 muertos/heridos en el bando galo. No siendo esta la derrota decisiva que los medios franceses propagaron a los cuatro vientos, ya que estos siguieron combatiendo en Flandes durante la segunda mitad del siglo XVII, sino que más bien fue la que el mariscal francés Turenna infligió a los Tercios en la batalla de las Dunas de Dunkerque,  (1658), gracias al apoyo de la flota inglesa, en la costa flamenca.

Felipe V
Tras esta derrota, España salió malparada de la citada guerra de los Treinta Años, combatiendo contra media Europa, (franceses, ingleses, holandeses, protestantes alemanes y suecos) y con una posición desfavorable, siendo su derrota debida al deterioro del Estado y su fracaso político. Estos van perdiendo poderío y oxidándose hasta que con la llegada de los Borbones, Felipe V en 1704 disolvió los Tercios, y los cuales reorganizaron las tropas terrestres e impusieron el modelo alemán y francés, con regimientos bajo el mando de coroneles.





 Todo esto hizo que se hablara de la leyenda negra y los tercios españoles,
leyenda negra




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