La leyenda negra,
por la
mala fama de los tercios españoles,
la rendición de Breda , realizado por Velázquez en 1634, |
los tercios |
La mala fama de
los
tercios españoles forma parte inseparable de la Leyenda
Negra
difundida por la historiografía anglosajona y francesa para
perjudicar la
imagen política de España a partir -sobre todo- de Felipe
II. Esos prejuicios
se basan en hechos ciertamente lamentables que fueron obra
de los rudos y
feroces soldados en algunos episodios de desorden y saqueo
indiscriminado
acompañado de crueles matanzas.
Duque de Alba |
Durante el desempeño del
cargo de jefe de los tercios
que hizo el tercer Duque de Alba los odios se exacerbaron,
sobre todo a raíz de
la política de mano dura y represión que impulsó el noble,
considerado todavía
hoy una auténtica bestia negra por los flamencos y
holandeses protestantes.
Aunque todos los ejércitos anteriores y posteriores a la
época cometieron y
cometerían los mismos excesos, la mala fama de los tercios
españoles fue
aumentada por el odio holandés y protestante a un invasor
que veían como una
doble amenaza: política (acusando a España de imperialismo)
y religiosa
(luchando contra el catolicismo que los Austrias querían
imponer a toda costa
en los territorios donde caló profundamente la Reforma
Protestante).
Los peores desmanes de los tercios los ocasionaban los
continuos atrasos en el
envío de la paga. Los sueldos ya de por sí eran bajos, pero
con ese salario hay
que tener en cuenta que el soldado pagaba la ropa, su
manutención, las armas, y
hasta a veces el alojamiento, aunque excepcionalmente
algunos nobles se
ofrecieron a costear los gastos de una guerra concreta para
ganar méritos y
prestigio ante el rey de España.
Guillermo de Orange |
Don Fernando
Álvarez de
Toledo, Tercer Duque de Alba, es el icono más representativo
de la leyenda
negra antiespañola, al lado de la Inquisición y de la obra
colonial en América. La
imagen del duque como fiera traganiños, sedienta de sangre y
destrucción, fue
propagada por el gran publicista,
Marnix-Van-Saint-Aldegonde, y el genio de
Guillermo de Orange, que incluso escribió una Apología
contra Felipe II en
1580.
Fernando puede
ser sin
duda el mejor general que haya tenido España en su historia.
Era tremendamente intransigente,
y quizás por eso haya sido tan bueno en batalla. Antes de
ser enviado a los
Países Bajos para sofocar la revuelta protestante, su
currículum mostraba
participaciones en batallas como la del sitio de
Fuenterrabía (1524), defensa
de Cataluña contra los franceses, Túnez (Contra Barbarroja
en 1535), Muhlberg
(1547), defensa del Milanesado, Argel y demás.
flandes |
Luego fue enviado
a luchar
contra las Provincias Unidas en Flandes, para intentar
acabar con la rebelión,
pero ni las miles de ejecuciones públicas ni más de cinco
cruentas batallas
consiguieron apartar a los rebeldes de su fe ciega hacia el
Protestantismo,
aunque en realidad creo que nada tenía que ver con la
religión, sino con las
ansias de independencia. Cuando gobernaba Carlos I, rey
políglota y de gentes
que hablaba al pueblo en flamenco, parecían contentos, pero
su hijo Felipe II
nunca pudo dirigirse a sus súbditos en su idioma, no era
considerado un
flamenco,
La Guerra de los Ochenta año |
La Guerra de los Ochenta años, o Guerra de Flandes,
enfrentó a las diecisiete provincias de los Países Bajos
contra su soberano, el
Rey de España. La rebelión comenzó en 1568 y acabó en 1648,
cuando por fin se
les reconoció como independiente.
El mantenimiento
de La
guerra de los Ochenta años, que duró tantos años como su
nombre indica, acabó
hundiendo a la economía española, provocando sucesivas
bancarrotas y
dinamitando la imagen de todos los españoles. (Durante esta
guerra nació la Leyenda Negra).
Sacro Imperio Romano Germánico |
Pero hay otra
forma de
verlo. Una forma que tenga en cuenta la política de la
época, la amenaza de
guerra y la contextualización. ¿Alguien puede dudar de la
importancia
geoestratégica de Flandes para un imperio como el español,
con la cantidad de
enemigos que había creado? Significaba una amenaza constante
para Inglaterra,
otra para Francia; colocaba a España a las puertas del
Sacro Imperio
Romano Germánico y era el pasillo también, para entrar en
Alemania por el
norte.
carlos I |
No obstante, allí
nunca se
quiso a España y debió haber rectificado antes de perder
todos los hombres que
perdió, sin ni siquiera mencionar el dinero. Pero parece que
la culpa de todo
la tenía la herencia de un gran rey, Carlos I, que heredó
todos esos
territorios por vía paterna (Habsburgo), y que decidió
cederlos a su hijo tras
abdicar en él, dos años antes que la rebelión, en 1556. A
Carlos I le
respetaban, porque era un rey políglota y de gentes, pero no
hicieron lo mismo
con Felipe II, pues no hablaba su lengua y además se empeñó
en convertirles al
catolicismo, de manera intransigente, cuando estaba
clarísimo que eran
calvinistas, no querían a su soberano, no querían tener nada
que ver con España
y ni mucho menos con sus curas.
Pero de nuevo, si
contextualizamos y nos ponemos en la piel de Felipe II, nos
damos cuenta de que
él y toda su gente, familia e incluso mascotas, estaban
convencidos de que
España debía ser el guardián del Catolicismo en Europa, por
mucho que ahora
esto nos parezca una necedad. Lo comprendamos o no esto era
así.
Este periodo de
tiempo
aglutina más de 19 batallas, cada una de las cuales pudiendo
ofrecer folios y
folios de información, siendo de las más importantes el
Asedio de Breda, la Batalla de Rocroi,
Jemmingen, Haarlem, Ostende, Amberes y demás.
Que ejercito
comandaba el Duque
de Alba,
los tercios |
Los tercios
españoles, según
se dijo en su tiempo; la mejor infantería del mundo, estos
aguerridos
combatientes fueron el soporte que hizo que en los dominios
españoles no se
pusiera el sol. La Monarquía
española en los siglos XVI y XVII se basó en esta legendaria
unidad de combate,
llamada los tercios.
Siendo el brazo
ejecutor
del dominio español , dejando honda huella como tropas de
choque en los
múltiples escenarios de conflicto en los que se vieron
inmersos, desde Nápoles
y Milán, a Flandes o en la frontera francesa, con tropas
sumamente escogidas
para cada ocasión, siendo sus tácticas copiadas por las más
modernas unidades
militares de combate.
“los Tercios de Flandes”, |
Pese a que su
radio de
acción cubría toda Europa , fue en los Países Bajos donde
los tercios actuaron
durante más tiempo y cosecharon sus gestas más notables y
laureadas. De aquí
les viene el nombre de “los Tercios de Flandes”, unas
unidades militares
creadas por la Casa
de Austria
A mediados del
siglo XVI
toda Europa vivía en guerra, una guerra diversa pero
persistente y desoladora,
que se inició en la contienda entre Carlos I de España y
Francisco I de Francia
y se alargó a las contiendas religiosas en Alemania, sin
olvidar la contienda
contra los otomanos en el Mediterráneo.
Gonzalo Fernández de Córdoba |
De hecho, los
Tercios fueron creados
por Carlos I, tras la reforma del ejército de 1534, como
garantía de las
posesiones españolas en Italia, se cree que su nombre viene
dado por la “tercia”,
la legión romana destacada en Hispania. Siendo probablemente
sus orígenes en el
cuerpo expedicionario de Gonzalo Fernández de Córdoba(el gran capitán), en
Italia, que estaban
organizados en coronelías, que agrupaban a las capitanías.
La estructura
militar innovada por los Reyes Católicos en la guerra de
Granada y en la
campaña de Italia, estaban fuertemente influenciadas por el
“modelo suizo”,
cuyos triunfos de la citada infantería suiza contra la
caballería pesada de Borgoña,
en una serie de batallas, fueron una verdadera revolución en
el arte de la
guerra moderna.
Felipe II |
Pero en el año de
1566 se
prendió la mecha a una nueva contienda, cuando los
habitantes de Flandes se
negaron a aceptar un mayor control religioso y político por
parte de Felipe
II, pero fue en el 1572 cuando se convirtió en una guerra
abierta que fue
más encarnizada y sangrienta que las anteriores. Este
conflicto tenia motivos
económicos, pero también religiosos y políticos, con una
estrecha relación con
el desarrollo del calvinismo en los Países Bajos y un
sentimiento puramente
nacionalista.
El rey de
España,
Felipe II como paladín de la fe católica sabía que además
estaban en juego
argumentos de prestigio y estrategia, ya que los Países
Bajos eran la vía de
comunicación “natural” , con importantes potencias, como
Inglaterra,
Francia y el Imperio. Ya hubo entre sus consejeros quien
puso sobre la
mesa un argumento duro pero tremendamente realista, que era
que mientras se
combatiera allí, la península ibérica se libraría de los
azotes de la
guerra. Ahí entraron en juego los Tercios para llevar la
guerra a tierras
lejanas, el Rey de España sabía que podía contar con su
valentía, aunque ya en
los tiempos de Carlos I los problemas económicos se habían
solventado más mal
que bien , se habían hecho frente a los numerosos temas de
política
exterior en los que estaba inmerso el Imperio español.
Luis de Requesens |
El rey Felipe II
fue
variando las estrategias en el tema de Flandes, pasando de
la mano de hierro
del Duque de Alba, a la política de conciliación de Luis de
Requesens o del
mismo hermanastro del rey, D. Juan de Austria, pasando por
el pragmatismo del
duque de Parma, Alejandro Farnesio. Tras la tregua de 1609 y
1621, lograda por
Felipe III, reanudose la guerra durante más de veinte años,
hasta la verdadera
paz que no llegó hasta el 1648( Paz de Westfalia), con el
reconocimiento de la
independencia de lo que ahora conocemos por los Países Bajos
y fueron
compensadas también con dos provincias más(al norte del río
Escalda, arruinando
la salida fluvial de Amberes, parte las que ya habían
ocupado en las Indias
Orientales. Fue verdaderamente una larguísima y sangrienta
guerra, a veces
conocida como la de los “Ochenta años” . Durante todo este
gran espacio de
tiempo, los enormes gastos logísticos y militares hicieron
que España a
pesar del heroísmo de sus Tercios de Flandes , fuese incapaz
de ganar esta
guerra. Esto sin embargo, sin menoscabo de que España,
debido en gran manera al
valor de sus soldados resistiera tan largo tiempo, da un
muestra del poderío
militar , en aquella época.
Añadir leyenda |
Hoy en día no hay
ninguna
duda de que los Tercios españoles fueron unos avanzados en
las técnicas
modernas militares en los comienzos de la Edad Moderna,
influenciados eso si por la llamada “revolución militar” .
Siendo ellos los
máximos exponentes del talante innovador del ejército de los
Austrias, tal como
he dicho anteriormente fueron creados por Carlos I en el año
1534 y constituían
una fuerza de choque, con amplia autonomía y poseían una
gran capacidad de maniobra
y de potencia de fuego, basada en una gran combinación de
arma blanca : la más
característica era la pica, una lanza de unos 5 metros, que
se utilizaba
para la defensa contra la caballería, (se clavaba en el
suelo y se sujetaba con
el pie para darle mayor inclinación), tanto como para los
ataques, la alabarda
era una lanza que tenía en su extremo una cuchilla
transversal aguda por un
lado y de media luna por el otro, solía ser el arma de los
sargentos y de los
cuerpos de guardia, las dagas para el combate cuerpo a
cuerpo y la espada,
considerada el arma más noble,
arcabuses |
Ya que incluso se trasmitía
por herencia, al
entrar a combatir al enemigo con la espada había de hacerse
de perfil para
ofrecer el menor blanco al enemigo. y de fuego: estas
eran
los arcabuces , usados a modo de fusiles, pero al tener poco
alcance se había
de maniobrar antes del disparo efectivo y los mosquetes que
eran más pesados y
se disparaban apoyados en una horquilla, clavada en el
suelo, produciendo
destrozos importantes en un blanco cercano e inmóvil. Estos
estaban divididos
en tres armas fundamentales, con sus soldados respectivos:
piqueros (llamados
también “picasecas”, y “coseletes”, cuando llevaban media
coraza) , tenían como
principal función defender a las tropas de los ataques de la
caballería rival.
Su avance con las picas en posición horizontal, y en las
formaciones cerradas
resultaba de un efecto demoledor para el enemigo ,
arcabuceros, estos iban
protegidos con la celada, peto, espaldar y escarcelas,
siendo la espada y los arcabuces
sus principales armas y mosqueteros, similarmente armados,
pero con un
mosquete, con mayor alcance en lugar del arcabuz, este mayor
alcance les
permitió salir de la formación cerrada y acomodarse en el
escuadrón, después de
abrir fuego, también contaban con artillería(cañones de
bronce o hierro colado,
semicañones , culebrinas y falconetes) y en ocasiones con
caballería( Ceriñola
– 1503).
los tercios |
A raíz de la
sublevación
en 1566, de Flandes y los Países Bajos desde Italia, España
y también desde
Alemania se enviaron un gran número de tropas. Siendo las de
Italia, las tropas
verdaderamente llamadas Tercios, de los cuales fueron por
este orden los de
Lombardía , mandados por Fernando de Toledo, hijo del Duque
de Alba
y después por Sancho de Londoño, compuesto por 10 compañías
con 1.204 soldados,
a los que siguieron los de Sicilia, mandados por Julián
Romero, compuesto por
19 compañías, con 3.194 soldados, Cerdeña, mandado por Lope
de Acuña y después
por Juan Solís, formado por 10 compañías, con 1.756 soldados
, Nápoles, mandado
por Rodrigo de Toledo, formado por 19 compañías, con 3.194
soldados y el
llamado Tercio de Galeras(que fue la primera unidad de la
infantería de marina
de la Historia),
El Tercio de Lombardía se transformo en el de Flandes,
mandado por Gonzalo de
Bracamonte, 19 compañías con 4.750 soldados
D. Francisco Arias de Bobadilla. maestre de campo |
Cada uno de
estos Tercios ,
llamados Viejos ,era comandado por un maestre de campo, y su
división estaba
formada por doce compañías, de ellas diez de piqueros y dos
de arcabuceros, de
unos aproximadamente 350 hombres, aunque con el tiempo este
número se fue
reduciendo. Siendo de hecho un cuerpo, teóricamente hablando
de unos tres mil
hombres, cuando en realidad no llegaba a un poco más de mil
quinientos. Estas
tropas fueron llamadas la “Infantería Española” y estaban
constituidas por 1/3
de arcabuceros y mosqueteros, 1/3 por coraceros o coseletes
y 1/3 por pica
secas.
Téngase muy en
cuenta, que
por ejemplo en el Tercio del Duque de Alba convivían 5.000
españoles, 6.000
alemanes y 4.000 italianos y a pesar de la diversidad de
naciones todos
entendían que estaban al servicio de la Corona española.
el jubón |
Aparte estos
hombres
incluían casi toda la escala social de la época, desde
labriegos hasta hidalgos
o segundones de familias nobles, ni menores de veinte años ,
ni ancianos, ya
que la condición física era primordial , aparte los que
servían en unidades
navales, debían poseer buena dentadura, para poder roer el
duro bizcocho. Su
alimentación era de un kilo aproximado de pan o bizcocho,
una libra de carne o
media de pescado, y una pinta de vino, aparte aceite y
vinagre. Siendo
Castilla, Andalucía, Aragón, Levante y Navarra, los mayores
lugares de
reclutamiento. No disponían de uniformes específicos : una
ropilla(vestidura
corta sobre el jubón), unos calzones, dos camisas, un jubón,
dos media calzas,
un sombrero y un par de zapatos, pero con la salvedad de que
cada cual ,
costeándoselo de su bolsillo, podía vestir como quisiera. La
seguridad de una
paga , los posibles ascensos en la jerarquía militar y el
posible botín eran
los principales motivos de alistamiento, aunque algunas
veces las pagas
escaseaban ,
Una escuadra, |
En su estructura
interna,
cada unidad y cada mando, siendo de una estructura parecida
excepto en el
tamaño, se podían perfectamente insertar dentro de su unidad
superior, muy parecida
a las muñecas rusas. Una escuadra,(unidad subalterna de 20
hombres) estaba
mandada por un cabo, una compañía (varias escuadras), estaba
mandada por un
capitán(mando supremo de la misma) , el cual tenía bajo su
mando un
alférez(encargado de custodiar y defender la bandera y
atender las necesidades
de los soldados) , un sargento(encargado de la instrucción y
buen orden de la
tropa), un furriel(auxiliar del sargento y responsable de
alojamientos) el cabo
, ya nombrado anteriormente, el abanderado y también
incluían un capellán y
tres músicos (un pifano y dos tambores), varias compañías
formaban un
Tercio, bajo el mando de un maestre de campo(este designado
por el rey, el cual
contaba con competencias, militares, legislativas y
administrativas), como ya
se indicó con anterioridad.
tambor general, |
Este jefe que también tenía su
propia compañía,
tenía un sargento mayor bajo su mando, quien tenía la
importante misión de
formar el escuadrón de combate, con sus cerradas y compactas
filas, un furriel
mayor, un tambor general (conocedor de todos los toques de
batalla), un
capellán mayor, un barrachel de campaña (el cual ayudado por
los alguaciles,
mantenía la disciplina entre las tropas) y un auditor (el
cual trataba las
diligencias judiciales, tanto civiles como criminales).
Teniendo como base la
antigüedad para los ascensos, así también el rango social,
las aptitudes y
méritos en el combate, siendo el periodo mínimo de cinco
años para ascender de
soldado a cabo, un año de cabo a sargento, dos años de
sargento a alférez y
tres años de alférez a capitán. O sea que simplificando un
soldado con más de
diez años de campaña tenía asegurado el ascenso a oficial.
Esta organización
no solo
ponía en la batalla una racionalizada estructura de mando,
sino que hacía
hincapié en la disciplina de sus tropas, en una época en que
la centralización
de la autoridad, asimismo como la instrucción de la tropa,
pues cada mando se
encargaba de transmitir a sus subalternos su propia
experiencia militar, aparte
de estar muy bien organizados, ya que se escogían las
unidades de combate y los
soldados para cada ocasión, combinando así las unidades muy
versátilmente
dependiendo del valor, movimientos y número de las unidades
del enemigo,
con las características del terreno, las condiciones
políticas y económicas,
etc. Acompañados también de los servicios que acompañaban a
las unidades en sus
distintos niveles, empleos como el furriel, responsable de
los alojamientos, el
barrachel, el cual garantizaba el orden, encargándose
también de perseguir a
los desertores, los barberos y cirujanos, con su hospital de
campaña y hospital
general del ejército, siendo también en eso los Tercios unos
avanzados en su
tiempo, capellanes castrenses…etc. Y con todo ello, además
les seguían una
legión de personas con sus bagajes y pertenencias, como los
criados,
prostitutas, familiares…etc... Todos ellos guiados por la
mano de un
capitán, que guiaba a sus hombres, a los que había dado una
guía y una formación,
acorde con su personalidad.
“escuadrón de picas” |
La formación más
típica
que adoptaban estas tropas eran el llamado “escuadrón de
picas” , el resto
adoptaban la formación de flancos evitando las maniobras
envolventes del
enemigo, aunque también formaban pequeños cuadros en los
lados. El portavoz de estas
órdenes era el llamado sargento mayor el cual las pasaba a
los sargentos de
compañía y éstos a los capitanes para desplazar a sus
soldados. Siendo el
cuerpo de élite los arcabuceros los cuales estaban exentos
de hacer las
guardias nocturnas y tenían un ducado de paga más al mes.
Estas unidades
tenían
cuatro formaciones: la cuadrada (mismo frente que fondo), el
prologando (tres
cuadrados unidos) con la variación de la media luna (en que
las alas
prolongaban la curvatura, protegiendo el centro), en cuña o
triangular, que
adquiría forma de tenaza o que tomaba la forma de sierra,
uniéndose a otros por
la base y el del rombo. Cuando los Tercios emprendían un
sitio se realizaban
obras de atrincheramiento para rodear la ciudad, aproximando
los cañones y
minas a las murallas, manteniéndose un escuadrón en la
reserva para prevenir la
salida de los sitiados y éste también les protegía en caso
de retirada. La
doctrina de la época establecía oponer las picas a la
caballería, los
arcabuceros a los piqueros y lanzar la caballería contra los
arcabuceros,
aprovechando que estos después de realizar el primer
disparo, eran muy
vulnerables mientras recargaban el arma. Durante los
primeros
envites del combate para cubrir las primeras pérdidas de los
piqueros, los
compañeros adelantaban un paso para componer la posición
cuando esta quedaba
vacía, dando la impresión de un cuadro compacto.
Isabel I |
La reina Isabel I
de
Inglaterra se había separado de la Iglesia de Roma y ella
veía con simpatía la reforma
protestante en los Países Bajos, pero por el tema de
Calais, aún estaba
enemistada con Francia y no se atrevía a romper con España,
en aquella época
considerada invencible en Europa. Los navegantes ingleses
estaban en desacuerdo
con la bula de Alejandro VI, que repartía el nuevo mundo
entre España y
Portugal y atacaba sin tregua a un Impero demasiado extenso
para estar bien
defendido. Hubo un episodio en esta guerra económica en que
una flota española
procedente de las Indias y cargada con 450.000 ducados para
satisfacer las
pagas de los soldados de Flandes, debido al mal tiempo en el
Mar del Norte,
tuvieron que refugiarse en el puerto inglés de Plymouth ,
cuyo país era aliado
de España, y la reina de Inglaterra se apoderó del oro
español y no hubo
forma humana de que retornara el mismo.
el saqueo de Amberes |
El 1575 fue un año
crítico para la Hacienda real, el 14 de
septiembre se publicó un decreto real en el que se
suspendían los pagos de
todos los créditos garantizados por los ingresos de la
corona, los banqueros se
negaban a prestar más dinero a las arcas reales y en el
1576, año de la muerte
de D. Luis de Requesens, gobernador general y del saqueo de
Amberes se debían a
los Tercios unos seis millones de escudos. Corrió como la
pólvora la noticia
que el poco dinero disponible se emplearía en licenciar a
los alemanes del
conde Aníbal de Altemps y la reacción de los españoles de
las islas
neerdanlesas fue inmediata, los cuales entraron por
Brabante y se
apoderaron de Alost, como prenda de sus pagas no recibidas.
Lo cual provocó en
Bruselas unas manifestaciones antiespañolas por la
proximidad de los
insurrectos, pero luego pusieron sus ojos en la riquísima
Amberes , emporio del
comercio del Mar del Norte y centro de la economía y
comercio europeos. Así la
guarnición de Amberes y los soldados de Alost, se hicieron
con la ciudad
después de una breve lucha y después de muchos meses de
privaciones iniciaron
el 4 de noviembre de 1576 un terrible saqueo, quemando
edificios magníficos,
acuchillando unos 7.000 vecinos, este saqueo se prolongó
durante más de tres
días y las calles estaban sembradas de cadáveres, con los
dedos y orejas
cortados para llevarse las joyas.
“Sacco di Roma” |
La leyenda negra,
solo fue
comparable al “Sacco di Roma”, por las tropas del
condestable de Borbón. Esa
misma fecha del saqueo llegaba a Luxemburgo el nuevo
gobernador general D. Juan
de Austria.
Esta fue una
constante en
la historia de los Tercios, ya que las debilitadas arcas del
estado muchas
veces no podían satisfacer todas las necesidades de las
tropas. Esto fue
muy perjudicial par los intereses hispanos, ya que en muchas
ocasiones se
perdía lo que tanto había costado conseguir. Ya que a menudo
se les adeudaba
los haberes de varios años, lo que conllevaba que estas se
amotinaran
paralizando las operaciones de la ofensiva. Si estas
tardaban un plazo de unos
30 meses en llegar, cosa que ocurrió en algunos momentos,
los motines
estuvieron al orden del día.
Haarlem(1573) |
En estos motines
no se
cuestionaba la lealtad al rey, ni paralizar la guerra, ni
sabotear el orden
establecido, pero llegado este momento los soldados ya no
obedecían a ninguna
autoridad oficial, y se dejaban guiar por el “electo”, una
especie de delegado
sindical, el cual asesorado por un consejo, llevaba a cabo
las negociaciones
con las autoridades para que se tuvieran en cuenta sus
derechos económicos y
sus condiciones de vida.
Cuando todo esto
fallaba
entonces eran los motines el último recurso con que contaban
los Tercios para
lograr ser escuchados, dando rienda suelta a la llamada
“furia española” y que
desemboco en los tristes sucesos de Haarlem(1573),
Alost(1576) y el más celebre
de todos, el ya citado de Amberes(1576) en los que durante
días se robaba,
saqueaba, violaba y asesinaba, siendo el peor periodo, el
comprendido entre los
años 1572 y 1607, con 45 motines.
la batalla de Rocroi |
Siendo el golpe
más duro
para los Tercios la batalla de Rocroi, en la guerra de los
Treinta Años, aquí
los hasta entonces invencibles Tercios españoles fueron
derrotados por el
ejército francés, contra todo pronostico, los tercios cuya
naturaleza táctica
era primordialmente defensiva sucumbió a la hábil
combinación de caballería e
infantería francesa, contando además con la superior
cadencia de tiro de las
armas francesas que entonces eran superiores a las nuestras.
Las fuerzas
francesas eran ligeramente superiores a las españolas, unos
mil hombres, pero
la artillería española contaba con 24 cañones, el doble de
los franceses y a
pesar de ello, las bajas fueron muy superiores a las
francesas : 7.300 entre
muertos y heridos contando también en ese total los 3.826
prisioneros por bando
español, por 4.500 muertos/heridos en el bando galo. No
siendo esta la derrota
decisiva que los medios franceses propagaron a los cuatro
vientos, ya que estos
siguieron combatiendo en Flandes durante la segunda mitad
del siglo XVII, sino
que más bien fue la que el mariscal francés Turenna infligió
a los Tercios en
la batalla de las Dunas de Dunkerque, (1658), gracias al
apoyo de la
flota inglesa, en la costa flamenca.
Felipe V |
Tras esta
derrota, España
salió malparada de la citada guerra de los Treinta Años,
combatiendo contra
media Europa, (franceses, ingleses, holandeses, protestantes
alemanes y suecos)
y con una posición desfavorable, siendo su derrota debida al
deterioro del
Estado y su fracaso político. Estos van perdiendo poderío y
oxidándose hasta
que con la llegada de los Borbones, Felipe V en 1704
disolvió los Tercios, y
los cuales reorganizaron las tropas terrestres e impusieron
el modelo alemán y
francés, con regimientos bajo el mando de coroneles.
Todo esto hizo
que
se hablara de la leyenda negra y los tercios españoles,
leyenda negra |
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