miércoles, 23 de febrero de 2011

Cambio de rumbo en medio oriente, uno a uno están cayendo los estados del norte de África,


Cambio de rumbo en medio oriente, uno a uno están cayendo los estados del norte de África,
ahora le toco a Libia




kadafi
"Yo no me voy a ir con esta situación. Moriré como un mártir" es contundente en su declaración, pero quien es este personaje, que esta en el poder hace varios años,






Libia
Libia, oficialmente Gran Jamahiriya Árabe Libia Popular Socialista, es un país del norte de África, ubicado en el Magreb. Su capital es Tripoli. Limita con el mar Mediterráneo al norte, al oeste con Túnez y Argelia, al suroeste con Níger, al sur con Chad, al sureste con Sudán y al este con Egipto.

Libia ocupó siempre una posición intermedia en las relaciones político-económicas del norte de África. La frontera con Egipto (donde reinaron, incluso, dos dinastías libias entre los siglos X y VIII a.C.) permitió el contacto cultural, pero nunca la formación de un estado unificado. El establecimiento del Imperio Cartaginés y luego el Romano en su frontera occidental acentuó la bipolaridad. Luego de la conquista árabe en el siglo VII, los nuevos centros de poder fueron Túnez y Marruecos de un lado, y Egipto de otro, lo que mantuvo su situación de frontera.

Solimán el Magnífico
El comercio y la piratería convirtieron a Trípoli (Tarabulus) en uno de los principales puertos del Mediterráneo, determinando intervenciones europeas y turcas. En 1551 Solimán el Magnífico incorporó la región al Imperio Otomano. El debilitamiento de la autoridad central, sin embargo, dio a los gobernadores más autonomía, lo que dio nacimiento a proyectos independentistas. La piratería fue el pretexto para el bombardeo de Trípoli de 1804 (primera intervención militar de EE.UU. en el exterior).

En 1837 Mohamed al-Sanusi fundó una hermandad musulmana clandestina, conocida como Sanusiya, que promovió la resistencia contra los turcos, actuando también en Egipto. Ante la decadencia del Imperio Otomano, Italia le declaró la guerra en 1911, ocupando el litoral libio (última posesión turca en el norte de África). Con el comienzo de la Primera Guerra Mundial, los italianos ocupaban los puertos de Trípoli y Homs (Al-Khums). El resto del territorio se mantenía independiente. Terminada la guerra, Italia debió enfrentar la resistencia encabezada por Sidi Omar al-Mukhtar, que terminó recién en 1931, cuando capturaron y ahorcaron al líder e incorporaron Libia al Imperio de Italia.

Idris al-Sanusi
Desde Egipto y Túnez, los Sanusiya se mantenían activos y cooperaron con los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Idris al-Sanusi, jefe de la hermandad, fue reconocido por los ingleses como Emir de Cirenaica. Terminada la guerra, el país fue dividido en una zona de administración inglesa (Tripolitania y Cirenaica) y otra (Fezzan) que administraba Francia desde Chad. En 1949, por decisión de la ONU, ambas se unieron en el reino independiente de Libia, cuyo trono fue ocupado por Idris al-Sanusi.
Idris basó su poder en la autoridad religiosa y los apoyos de las familias poderosas turco-libias de Estados Unidos y Gran Bretaña (ambos con bases en el país) y de las trasnacionales petroleras, instaladas en el país desde la abundante aparición del oro negro en 1960.

estandarte de libia,
Muammar al-Khaddafi, hijo de beduinos nómades, ingresó al ejército siendo un joven nacionalista. Mientras estudiaba en Londres, en 1966, fundó la Unión de Oficiales Libres. De regreso a su patria, continuó la labor política y conspirativa en el seno del ejército. El 1º de setiembre de 1969 inició en Sebha una rápida insurrección que derrocó a la monarquía.
El Consejo de la Revolución, dirigido por Khaddafi se proclamó musulmán, nasserista y socialista; eliminó las bases militares estadounidenses e inglesas, limitó drásticamente la actividad de las casi 60 firmas trasnacionales instaladas, y asumió el control de la producción de petróleo sin romper totalmente con las compañías extranjeras.
Khaddafi puso en marcha un ambicioso proyecto de desarrollo, con énfasis en el agro. Cada familia rural contó con un promedio de diez hectáreas de tierra, un tractor, vivienda, herramientas y riego. Se abrieron más de 1.500 pozos artesianos y 2 millones de hectáreas desérticas comenzaron a recibir riego artificial.


 Khaddafi
Debido al rápido crecimiento, Libia recibió trabajadores de otros países árabes y técnicos de todo el mundo. En 1973, a partir de la publicación del Libro Verde –en el que expone sus fundamentos éticos y políticos, donde niega el capitalismo y el marxismo– Khaddafi creó una estructura de participación, con comités populares y del Congreso General del Pueblo.
En 1977, Libia pasó a llamarse Jamahiriya Árabe Popular y Socialista (jamahiriya es un neologismo que significa «Estado de masas»). Los resultados ampliamente positivos en lo interno, no fueron similares en el plano diplomático. Fracasaron las tentativas de integración con Siria, Egipto y Túnez. Khaddafi cuestionó la política de reconciliación entre Egipto e Israel, lo que le valió fricciones con la monarquía saudita, los emiratos y Marruecos.


Frente Polisario
Desde 1980 la diplomacia libia apuntó al África subsahariana y América Latina. Apoyó a los guerrilleros del Frente Polisario y participó directamente en la guerra civil de Chad, en defensa del Gobierno Transitorio de Unión Nacional (GUNT) dirigido por Goukouni Oueddei.
Estados Unidos vinculó a Khaddafi con el terrorismo mundial y, en agosto de1981 en el Golfo de Sidra, derribó dos aviones libios. Khaddafi evitó una respuesta violenta y obtuvo el apoyo político de regímenes árabes conservadores, antes hostiles a Trípoli.


bombardero de EE.UU en 1986
Además de imponer un bloqueo económico, Estados Unidos bombardeó Trípoli y Benghazi en 1986 buscando eliminar a Khaddafi.
En noviembre de 1991 la justicia estadounidense y la británica culparon al gobierno libio por los atentados de 1988 a los aviones de Pan Am, Lockerbie, Inglaterra –270 muertos, de los cuales 189 eran estadounidenses–, y de UTA, en Nigeria, con 170 víctimas. En enero de 1992 Libia se declaró dispuesta a colaborar con la ONU para esclarecer los atentados.
Khaddafi, no obstante, rechazó un pedido de extradición de agentes libios vinculados a los atentados, exigido por la ONU, y propuso, sin éxito, la realización del juicio en Trípoli. La ONU dio el ultimátum para una renuncia explícita al «terrorismo», con un plazo hasta el 15 de abril de 1992. Pasado ese límite, la CEE y los siete países más industrializados adoptaron sanciones económicas, y Khaddafi apeló –sin éxito– ante la Corte Internacional de Justicia. En 1994 la ONU intensificó el embargo.
El aislamiento, sin embargo, no impidió el crecimiento del sector privado ni de las inversiones extranjeras, principalmente en proyectos petrolíferos. En 1996 se logró la apertura de una sección del acueducto diseñado para abastecer de agua a poblaciones aisladas en el desierto.

atentado de Lockerbie
El Movimiento de Países no Alineados y la Organización de la Unidad Africana respaldaron en 1998 un pedido libio para que los dos sospechosos por el atentado de Lockerbie fueran juzgados en un país neutral. El Reino Unido y Estados Unidos propusieron que fueran juzgados en La Haya por jueces escoceses y bajo la ley escocesa.
En setiembre de 1999, más de 20 mandatarios africanos y árabes concurrieron a Trípoli para el trigésimo aniversario de la revolución. Después de 15 años de ruptura diplomática, Londres acreditó un embajador en Trípoli en diciembre.

Megrahí, sospechoso de poner bomba,
Libia aprovechó la apertura para iniciar una ofensiva diplomática en la región, ofreciéndose como mediadora en el conflicto de Sudán y reanudando el diálogo con Chad. En marzo de 2000 Washington envió una delegación, con el fin de estudiar el levantamiento de las trabas a las inversiones y los viajes a Libia, prohibidos desde 1981.
Luego de reconocer, en una carta al Consejo de Seguridad de la ONU, su responsabilidad en los atentados de Lockerbie, el gobierno libio estableció una indemnización de 2.700 millones de dólares para repartir entre los familiares de las víctimas, en agosto de 2002. En setiembre, la ONU levantó las sanciones contra el país.

Blair y kadafi
El gobierno de Khaddafi anunció, en diciembre de 2003, que abandonaría sus programas de desarrollo de armas de destrucción masiva.
En enero de 2004, Libia acordó compensar a las víctimas de un avión francés derribado sobre el desierto en 1989. En marzo, el Premier británico, Tony Blair, llegó al país en lo que fue la primera visita de este tipo desde 1943.
Acorde a su nueva política, Libia decidió pagar, en agosto, 35 millones de dólares, como compensación a las víctimas de un ataque con bomba en un club nocturno de Berlín, Alemania, en 1986.

Shalgham y rice


En la primera subasta en cuatro décadas, para licencias de exploración de gas y petróleo, realizada en enero de 2005, las mayores beneficiarias fueron compañías estadounidenses, que registraron su regreso tras más de 20 años. En la segunda, realizada en octubre, fueron firmas asiáticas y europeas las que se llevaron la mayoría de los contratos.
En mayo de 2006, las relaciones diplomáticas con Estados Unidos estaban definitivamente encaminadas. El ministro de relaciones exteriores, Abdel Rahman Shalgham, dijo que la normalización de la relación entre ambos países servía a los intereses bilaterales pero también a la estabilidad política internacional.

bombardero EE.UU
Este es el resultado de la locura de Reagan y Thatcher", se puede leer todavía hoy en una pared entre las ruinas de la casa del coronel Muammar Khadafy en Trípoli, bombardeada en 1986 por aviones norteamericanos en represalia por su apoyo al terrorismo internacional. Su hija adoptiva murió en el ataque junto con un centenar de personas.
Khadafy era entonces el líder de una revolución cuya ideología sólo él comprendía plenamente y el díscolo gobernante de un Estado paria capaz tanto de enviar armas al IRA irlandés como de financiar a la OLP de Arafat en su lucha contra Israel.

El excéntrico
El excéntrico coronel de las túnicas largas y los anteojos espejados era en los años ochenta el "niño terrible" del escenario mundial, mientras que las alianzas de la época -la paradoja salta ahora a la vista- ubicaban al derrocado Saddam Hussein en el campo de Occidente.
Pero el Khadafy del nuevo milenio parece haber olvidado sus antiguos rencores y su retórica desafiante en algún rincón del desierto que gobierna desde hace más de tres décadas. Aunque cada tanto asoma el viejo revolucionario de su carpa de beduino en medio de la nada, el 11 de septiembre de 2001 fue uno de los primeros dirigentes árabes en expresar sus condolencias a la Casa Blanca.
El vuelco comenzó hace tiempo. En el frente diplomático sobre todo, donde intentó convencer al mundo de que Libia ya no es un paraíso para extremistas islámicos dispuestos a derribar aviones occidentales.

Magreb y Machrek
Las causas endógenas de la revuelta del mundo árabe (revolución democrática en las intenciones, pero aún no en los resultados) con sus exigencias de libertades, fin de las desigualdades económicas, agitación del integrismo, son de difícil determinación y peor cuantificación; pero las exógenas, los instrumentos con que estas operan y las constataciones que de ellas puedan derivarse, parecen estar algo más claras.
Todo el medio oriente esta desestabilizado, ha sido una bomba de relojería; en ese tiempo, Magreb y Machrek se han visto en la pantalla comparados con el resto del mundo y en especial con Occidente, y ese conocimiento es el que, entre otras pulsiones políticas, sociales y económicas, ha estallado en las calles de Túnez y El Cairo, extendiéndose como reguero de pólvora hasta allí donde hubiera una grave protesta por expresar, como en su última manifestación en Trípoli, donde la criminal resistencia del poder libio está causando un baño de sangre. Ese acceso a la información, inédito hasta estos últimos 15 o 20 años, había creado una avalancha de frustración, que se había ido desaguando en la inmigración a Occidente, pero por mucho que funcionara esa válvula reguladora, sobraba en toda la fachada del Mediterráneo sur y en las costas del Golfo materia prima para la revuelta. Por eso, la conmoción egipcia, madre de todas las protestas, solo esperaba su momento, aunque ninguno la hubiéramos previsto.

imperio americano
En lo tocante a las derivaciones de orden geopolítico, la más obvia es el repliegue del imperio americano. El hard power, o capacidad de infligir daño material de Washington en persecución de objetivos planetarios, puede seguir intacta, pero la dificultad relativa y el costo de ejercerla, su ineficacia en guerras no convencionales -Afganistán, Irak, Pakistán-, así como su desgaste como amenaza latente están próximos a convertirla en lo que Mao llamaba "un tigre de papel". Ese tigre aún puede morder más que nadie, pero no siempre encuentra donde aplicar la dentellada. Y el soft power, o capacidad de atracción del modelo, junto a operaciones complementarias como los subsidios de Washington o el aval ante instituciones internacionales, se mantiene, pero en segundo plano. Por eso, la calle árabe se muestra hoy tan poco sensible a las exhortaciones a la moderación de Occidente, como los sucesores de los gobernantes derrocados a tomarse sus admoniciones para la transición sin demasiada urgencia; y esa limitación del poder duro e insuficiencia del poder blando explican las vacilaciones de Washington a la hora de definir una política. ¿Sabe Occidente si quiere que caiga la dictadura de Gadafi, si no recibe antes garantías de lo que vaya a sucederla?

americano-soviético
El mundo es hoy más multipolar que nunca desde 1948, con la doctrina Truman y el mediocre duopolio americano-soviético, o desde la auto fumigación de la URSS. El fenómeno digital subraya que el mundo, precisamente porque cada día es más unitario, también es más confuso. Pero cada día más nos pertenece a todos.
La Casa Blanca reiteró su llamamiento en contra del uso de la violencia frente a las manifestaciones pacíficas, en respuesta a la sangrienta represión que tiene lugar en el país. "En Libia, como en Egipto, Bahrein y otros países, lanzamos un llamamiento muy firme para el fin del uso de la violencia contra quienes protestan de manera pacífica", dijo el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney, que acompañaba al presidente Barack Obama en una visita a Cleveland.

Ben Ali y Mubarak
Que pasara con este personaje, cumplirá su profecía o se ira como se fueron Ben Ali y Mubarak, sin el apoyo de occidente que hizo que cayeran, esto se vera con el tiempo, ya que la suerte de estos regimenes esta echada, ni occidente y estados unidos va a poder para esta nueva ola, ya que la gente tiene hambre y  demandaba respeto a sus derechos más elementales






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