La gota enfermedad que hizo abdicar a
un rey
Abdicación
(del latín abdicatio,
renegar, renunciar; de ab de, y
dicare, declarar, proclamar
como no perteneciente a uno), el acto según el cual una
persona renuncia y cede
por sí misma su cargo antes de que expire el tiempo para el
cual se tomó el
mismo. En el derecho romano, el término se aplicaba
especialmente para desposeer
a un miembro de una familia, como al desheredar a un hijo,
pero en tiempos más
recientes, esta palabra se usa raramente excepto en el
sentido de renunciar al
poder supremo de un estado. Un término similar para un
electo o un funcionario
es renuncia (al cargo).
Uno de los casos
más
famosos fue el de Carlos V,
Hijo de Juana I de Castilla y Felipe el Hermoso, y nieto por vía paterna de Maximiliano I de Austria (Habsburgo) y María de Borgoña (de quienes heredó los Países Bajos, los territorios austríacos y derecho al trono imperial) y por vía materna de los Reyes Católicos, de quienes heredó Castilla, Navarra, las Islas Canarias, las Indias, Nápoles, Sicilia y Aragón.
Carlos V se dirigió a la península Ibérica para recibir la regencia de Castilla en 1517 de manos del entonces regente el cardenal Cisneros, quien murió antes del evento. Al llegar Carlos V a territorio español y casi sin saber castellano, fue a visitar a su madre en Tordesillas en un encuentro muy emotivo ya que tenían más de doce años que no se veían. Quizás el motivo de la visita fue el de legitimar su coronación, que había tenido lugar en Bruselas el 14 de Marzo de 1516.
La solución del problema de si la persona que ostentaba el poder de Castilla era Carlos V o su madre se resolvió firmando ambos los documentos oficiales del reino, con el nombre de Juana en primer lugar siempre. Otro asunto surgió con el hermano menor de Carlos V, Fernando de Aragón, quien era apoyado por la nobleza de Castilla para reclamar la corona para sí. Sin embargo las cortes dictaron que Fernando debería permancer en Valladolid hasta que Carlos V tuviera descendencia, ya que Chievres, quería enviarlo a Bruselas y lo hizo, hecho que consternó gravemente a los procuradores a Cortes. A raíz del conflicto, varias exgencias se le fueron hechas a Carlos V, tales como el aprendizaje del castellano, respeto a las leyes de Castilla, el despido de los extranjeros que tuviera a su cargo y el nombramiento de castellanos en los puestos más importantes del reino. Dichas exigencias fueron respetadas por el rey y después se dirigió a Aragón, donde una problemática similar había surgido ya que también un amplio sector de las cortes Aragonesas deseaban ver a Fernando coronado, sin embargo, tras fuertes deliberaciones Carlos V fue reconocido.
Después, nuevamente fueron convocadas las Cortes, pero ahora con el propósito de recabar subsidios con los cuales Carlos V se trasladó a Alemania dejando como regente al cardenal Adriano de Ultrecht, su anterior preceptor. Durante este período, se sucedieron en España, la revuelta de las comunidades de Castilla y la rebelión de las germanias en Valencia. En su camino a Alemania, Carlos V, fue coronado en Aquisgran como Rey de los Romanos en de Octubre 1520. Dentro de los compromisos que el monarca adquiere como nuevo emperador, se encuentran el mantenimiento de los príncipes, el empleo de oficiales alemanes en el interior de las fronteres, el mantenimiento del orden imperial, la restauración del consejo de Regencia y el convocar una Asamblea de los Estados, en la cual Carlos V fue elevado al rango de archiduque. Por esta época Lutero es declarado proscrito y se inicia la expansión del luteranismo y la resistencia contra él de parte del catolisismo.
Con varios reinos en su poder, Carlos V regresa a España pero pasa a Inglaterra antes para firmar un acuerdo con Enrique VIII para establecer la defensa tanto de España como de Inglaterra contra Francia.
Bajo el escenario europeo en el que Carlos V se encontraba, Francia quedaría rodeada, por lo que el conflicto sería inevitable y arrastraría a Francisco I y a Carlos V a un conflicto armado que se desarrollaría entre 1521 y 1544 en el que Carlos V saldría mayoritariamente pero no absolutamente victorioso. Carlos V y Francisco I se consideran los últimos caballeros medievales por el nivel de liderazgo y representatividad que cada uno poseían. A la muerte de Francisco I, le sucede Enrique II, quien continúa la guerra obteniendo una victoria contundente.
En esta época Carlos V se casa con Isabel de Portugal, hija de Manuel I de Portugal y María de Aragón, hija de los reyes católicos, siendo por consiguiente prima de Carlos V, lo que era muy acostumbrado en esos tiempos. Sin embargo Carlos V ya contaba con una hija fruto de su relación con Margarita Van Gest durante su estancia en Flandes, llamada Margarita de Austria.
El 24 de Febrero de 1530, Carlos V es coronado emperador en Bolonia. Con la coronación se llegará a un acuerdo que obligaría a Carlos V a defender los territorios de la Iglesia católica lo que lo llevaría a someter a Florencia y a llegar a un acuerdo con Venecia. Pero la invasión Turca al mando de Solimán estaba a pie de puerta, lo que condujo a la toma de Túnez en 1535 por parte de las fuerzas imperiales de Carlos V.
En 1539 muere su esposa, Isabel de Portugal, lo que provoca el decaimiento del emperador, que prefiere retirares al monasterio de la Sisla durante dos meses, no permitiendo visitas durante su estancia. Una vez que se encontró bien, Carlos V tuvo que hacer frente al levantamiento de Gante, su ciudad natal, que se negaba a pagar los impuestos que necesitaban ser recabados para llevar a cabo la guerra contra Francia. Carlos V llegó a Gante, cruzando por Francia, y reprimió el levantamiento ejecutando a algunos dirigentes y dejando una guarnición en el territorio.
Tras el levantamiento de Gante, Carlos V se enfrascó en una expedición contra Argel en 1541, pero una tempestad provocó la pérdida de 14 de sus galeras y unas 100 embarcaciones menores, por lo cuál dicha expedición culminó en un completo fracaso. Al norte, en Alemania, la cuestión protestante supondría grandes dificultades que serían combatidas en la batalla de Muhlberg el 24 de Abril de 1547.
Pero los problemas siguieron llegándole a Carlos V. Por un lado los alemanes protestantes se aliaron con Enrique II de Francia, quien pudo hacerse con las plazas imperiales de Metz, Toul y Verdún, mientras que los turcos tomaron posesión de Trípoli, mientras que por otro Mauricio de Sajonia traicionó a Carlos V y le atacó en Innsbruck, pudiendo escapar a Italia por los Alpes. Tantos problemas disminuyeron la capacidad de Carlos V, quien muy abatido, terminó por abdicar y arreglados los traspasos de poder se recluyó en el monasterio de Yuste en 1557, falleciendo el 21 de Septiembre de 1558 el hombre que fue dueño de un inmenso imperio.
Esta es la historia de Carlos V y su abdicación, pero científicos que investigaron por primera vez la muestra biológica del cadáver del monarca.
Cuentan las crónicas
históricas que
Carlos V sufría gota o alguna enfermedad reumática. Así lo
sugerían sus
médicos, que insistían en que cambiase de dieta, o las
cartas escritas por su secretario
cuando el monarca era incapaz de sostener su pluma.
Investigadores españoles
acaban de confirmar que, en efecto, el monarca padecía una
gota severa.
Los investigadores han llegado a esta conclusión tras examinar cuidadosamente el extremo de uno de los dedos meñiques del monarca. El cuerpo de Carlos I de España y V de Alemania, que se encuentra en el Monasterio de El Escorial, estaba bien conservado, pues se momificó espontáneamente tras sepultarlo en el Monasterio de Yuste (Cáceres), donde se había retirado el monarca. Este tipo de momificaciones 'naturales' no son raras en cadáveres sepultados en iglesias o criptas, lugares frescos que permiten una rápida deshidratación del cuerpo.
Los investigadores del Clínic, que ya habían investigado otros cuerpos momificados (momias andinas y dos hombres de la Edad de Bronce hallados en Granada y Menorca) se interesaron por el estudio de Carlos V. No consiguieron permiso para estudiar el cuerpo enterrado, pero se enteraron de que uno de los dedos del monarca se conservaba en un cofre de la Sacristía de El Escorial y sí obtuvieron permiso para trabajar con la falange, concedido por Patrimonio Nacional.
El dedo "estaba desecado y relativamente bien conservado", relata Fernández, que también es profesor de la Universidad de Barcelona. "El objetivo [de su análisis] era ver si había existido enfermedad articular, pero también detectar alguna otra patología que pudiera haber influido en sus últimos días", relata este especialista.
Aunque en este último aspecto no han dado con nada concluyente, sí han encontrado numerosas confirmaciones de la patología reumática. Inicialmente, una radiografía ya les mostró "una gran erosión, un proceso gotoso muy severo", relata Fernández. Los análisis biológicos confirmaron el hallazgo.
Después de rehidratar la falange, la procesaron "como una biopsia normal", es decir, el mismo proceso que harían para analizar fragmentos de tejido procedentes de un paciente vivo, como un tumor o un apéndice.
Introdujeron el meñique en un bloque de parafina (una especie de cera) para poder dividirlo en un micrótomo, un instrumento que corta muestras histológicas en finas 'lonchas' para observarlas al microscopio. Al examinarlas comprobaron la existencia de cristales, típicos en la gota debido a la acumulación de ácido úrico en las articulaciones.
A continuación, los investigadores utilizaron otras tres técnicas para ver con más detalle la composición de estos cristales. Los estudios confirmaron que se trataba de depósitos de ácido úrico
Para su "sorpresa", el análisis "confirmaba lo recogido históricamente, pero en un grado avanzado", señala Fernández. "Hemos comprobado que Carlos V tenía gota severa, lo que probablemente fue un factor determinante en su decisión de abdicar, e ilustra cómo los estudios paleopatológicos pueden proporcionar importante información que lleve a una mayor comprensión de la historia", concluyen los investigadores en la revista.
"Ya era conocido que la gota le causaba gran incapacidad física", relata el patólogo, quien recuerda que el monarca la padecía desde los 28 años. "Sus médicos le recomendaban que siguiese una dieta estricta, pero el emperador tenía un apetito voraz, sobre todo para la carne [ya entonces se sabía que las carnes y mariscos influyen en esta enfermedad]. También le gustaba beber grandes cantidades de vino y cerveza. De este modo, sus hábitos dietéticos no fueron nada beneficiosos para reducir sus ataques de gota", añade el artículo.
En 1556, sólo cuatro años después de esta batalla, Carlos V se retiró al monasterio de Yuste y dejó la corona española a su hijo Felipe II y el imperio alemán a su hermano Fernando. Según el trabajo del 'New England', "Carlos V tenía sólo 58 años cuando falleció, probablemente de malaria, en 1558, pero parecía un hombre viejo y lisiado que apenas podía caminar o utilizar sus manos".
La gota o enfermedad gotosa es una enfermedad metabólica producida por una acumulación de sales de urato (ácido úrico) en el cuerpo, sobre todo en las articulaciones, en los riñones y tejidos blandos, por lo que se considera tradicionalmente una enfermedad reumática. Originada por alteraciones metabólicas complejas, sólo en el 15 por ciento de los casos la gota es una manifestación del organismo debido a los estilos de vida poco saludables de la población, de manera que incluso se presenta en deportistas con alto rendimiento y que con frecuencia tienen problemas de tipo muscular como fatiga, y exceso de ejercicio..
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