Tollan-Xicocotitlan, capital
de los
toltecas,
ruinas de Tollan-Xicocotitlan |
Tollan-Xicocotitlan |
Tollan-Xicocotitlan (náhuatl:
Tōllan-Xīcocotitlan ['toː.ɬan ʃiː.ko.ko.'ti.t͡ɬan], 'Lugar de tules-Cerca del
lugar de los
jicotes' ‘Gran Ciudad cerca del cerro Xicoco ’) —Conocida
como Tula, forma
castellanizada de Tōllan— fue la capital del estado tolteca,
que se desarrolló
en el centro de México durante el período posclásico
temprano de Mesoamérica.
En esta ciudad estaba asentado el principal poder político
de los valles de México
y Puebla-Tlaxcala entre los siglos X y XII de nuestra era.
Su influencia
alcanzaba lugares tan distantes como la península de
Yucatán, El Salvador y Nicaragua.
No debe confundirse con el sitio mitológico denominado
Tōllan, cuya
identificación con Tollan-Xicocotitlan ha sido puesta en
duda en textos
recientes.
estado de Hidalgo |
Los restos de esta ciudad
precolombina se localizan en el municipio de Tula de
Allende, al sur del estado
de Hidalgo (México), y forman parte del actual Parque
Nacional de Tula.
Tollan-Xicocotitlan se
localiza en un
valle de clima templado, irrigado por el río Tula. El centro de la ciudad precolombina se
ubicó
muy cerca de la confluencia de este río con el Rosas.
Algunos rasgos
importantes del relieve de la región son los cerros Magoni,
Xicuco, Moctezuma,
Bojay y la sierra de Tezontlalpa. Se ha señalado que para
cuando los grupos que
dieron origen a la cultura tolteca, la región estaba poblada
por otomíes, grupo
étnico que actualmente constituye el principal elemento
demográfico indígena en
la zona, y del que sobreviven gran cantidad de topónimos en
la región de Tula.
La región donde se edificó la
capital
tolteca tiene un clima semiseco. Sin embargo, la presencia
del río Tula
permitió el desarrollo de una agricultura productiva. Por
otra parte, la ciudad
estaba ubicada, de modo estratégico, en medio de yacimientos
de obsidiana (como
la Sierra de
las Navajas), de alabastro y otros minerales. Por su
posición geográfica,
Tollan-Xicocotitlan se convirtió en un importante nodo de
las rutas de la turquesa,
proveniente del Norte de Mesoamérica, y de la región de
Cañón del Chaco (en el
actual territorio de Nuevo México).
arte en la ciudad de tula, |
Las primeras evidencias de la ocupación del emplazamiento de Tollan-Xococotitlan corresponden al final del Período Clásico Temprano (ss. II-VIII d.C.).
Fue durante la Fase Tollan
cuando la
ciudad tuvo su mayor apogeo. Durante esta época se construyó
un nuevo centro
cívico-religioso. Este corresponde al llamado Tula Grande,
que reprodujo la
distribución de los edificios de Tula Chico, que no volvió a
ser ocupado
nuevamente como centro administrativo. A lo largo de la fase
Tollan, la ciudad
de Tollan-Xicocotitlan ocupó la posición como principal
centro político,
militar y comercial del centro de Mesoamérica. La tolteca se
convirtió en una
sociedad multiétnica, que desarrolló expresiones artísticas
particulares a
partir de la integración de elementos culturales
provenientes de diversas
regiones de Mesoamérica. El gran poder de la élite de
Tollan-Xicocotitlan le
permitió importar productos preciosos, como la turquesa
oasisamericana o
productos de cerámica de lugares tan distantes como Nicoya
(Costa Rica).
la figura de la Serpiente Emplumada |
El ocaso de
Tollan-Xicocotitlan
inicia hacia mediadios del siglo XII, y es un proceso que
coincide con la
llamada Fase Fuego. Durante los dos siglos que duró esta
etapa de la historia
precolombina de la ciudad, fueron destruidos los edificios
principales del
centro administrativo. Es probable que las razones de este
proceso de
declinación fueran de orden interno, así como otros factores
externos. La caída
de la capital tolteca estuvo asociada con el agotamiento de
un sistema político
ampliamente extendido en Mesoamérica durante el
florecimiento de la ciudad,
donde la asociación entre la Tollan mítica y la figura de la
Serpiente Emplumada
sirvieron como medio de legitimación de la élite hegemónica
en varias partes
del territorio actual de México y Centroamérica. En Tula,
esto se tradujo en
una serie de disputas entre grupos que pugnaban por la
dominación de la ciudad,
lo que terminó arruinándola. Los restos de uno de los
edificios más
importantes, el Palacio Quemado, toman su nombre actual de
los indicios
arqueológicos que prueban que fue incendiado.
Los toltecas (náhuatl:
tōltēcah;
'[maestros] constructores'), fueron los miembros de una
cultura precolombina
que dominó la mayor parte del centro de México entre los
siglos X y XII. Su
lengua, el náhuatl, también fue hablado por los aztecas.
Mucho de lo que se
conoce de los toltecas está envuelto en mitos.
influencia en los mayas |
Si bien es cierto que los
toltecas
tuvieron una gran influencia entre los mayas, no está
comprobado que hubiera
una presencia militar en la península de Yucatán. Ni
viceversa, aunque algunos
autores pensaron que Tula había sido fundada por mayas de
Yucatán.
De lo que si se puede hablar
es de
una gran influencia comercial, política-religiosa en la zona
al grado que se ve
reflejada básicamente en la arquitectura de muchas
estructuras como son el
Castillo, el Templo de los Guerreros de una fusión estilo
Pucc (seguramente
influenciada por Uxmal) con diseño tolteca así como de la
presencia del
chac-mool típico de Tula. La incursión de Quetzalcóatl como
deidad es otro
elemento tolteca importante reflejado en Kukulkán entre los
mayas.
escritor Carlos Castaneda |
Tuvieron mucho talento para
construir. Su influencia se extendió a la mayor parte de
Mesoamérica en el período
Posclásico. Los toltecas (o, algunos dicen, una versión
ficcionalizada de
ellos) se han hecho famosos en las décadas pasadas a través
del escritor Carlos
Castaneda.
Entre los pueblos nahuas de la
época
de la conquista, la palabra tolteca significaba alguien
sabio que dominaba las artes
y artesanías. Y la palabra toltequidad equivalía a lo que
llamaríamos, alta
cultura.
En 1941, un grupo de
antropólogos
mexicanos designó a la ciudad de Tula, en el estado de
Hidalgo, como Tollan, la
mítica capital de los Toltecas, pero algunos arqueólogos,
como Laurette
Séjourné criticaron la decisión, señalando que después de
varias etapas de
excavación no se había revelado una ciudad suficiente para
justificar la leyenda
de los toltecas, señalando que el origen de Tollan y de la
leyenda debería
ubicarse en Teotihuacan, siendo el pueblo de Tula uno de los
refugios de los
sobrevivientes de Teotihuacan y por ello se ostentaban como
Toltecas.
ceramica tolteca |
Los toltecas fueron un pueblo
nómada
que también habrían incluido a los antepasados de los
chichimecas. Los toltecas
conquistaron la ciudad de Teotihuacan en el año 750 d.c
aprox. y luego
asentaron su población y su cultura. Ellos se establecieron
en la meseta
central (en la zona que ahora abarcan los Estados mexicanos
de Tlaxcala,
Hidalgo, México, Morelos y Puebla). Donde una casta militar
reemplazaría a los
religiosos en la administración formándose un gobierno
militarista.
Una prueba de la hegemonia cultural se refleja en la cerámica de Mayapán y Matlazinca con símbolos utilizados por los tolecas que se encontraron en lugares muy lejanos de su territorio como en Costa Rica.
Su capital, Tollan-Xicocotitlan, sería conquistada por los Chichimeca en el año 1168 D.c.
Una prueba de la hegemonia cultural se refleja en la cerámica de Mayapán y Matlazinca con símbolos utilizados por los tolecas que se encontraron en lugares muy lejanos de su territorio como en Costa Rica.
Su capital, Tollan-Xicocotitlan, sería conquistada por los Chichimeca en el año 1168 D.c.
restos de Tula |
Los restos de
Tollan-Xicocotitlan
constituyen la zona arqueológica de Tula, a unos diez
minutos en autobús desde
el centro de Tula de Allende. A su vez, el yacimiento
arqueológico forma parte
del Parque Nacional Tula, que es un área natural protegida.
Dos son los
complejos arquitectónicos que constituyen el principal
atractivo de Tula. El
más importante es el conocido como Tula Grande, que
comprende las estructuras
mayores de la ciudad, correspondientes a la Fase Tollan.
Tula
Chico se localiza a kilómetro y medio cinco al noreste, y
está integrado por
una plaza y otros edificios que fueron el núcleo a partir
del cual creció la
capital de los toltecas. Otros conjuntos explorados en la
zona arqueológica son
El Cielito y La Salitrera,
así como algunas secciones de la zona habitacional destinada
a las clases bajas
de la sociedad tolteca.
plataforma norte |
Chico fue el núcleo a partir
del cual
se desarrolló la ciudad de Tollan-Xicocotitlan. Su
desarrollo está relacionado
con la cultura Coyotlatelco —documentada también en
Teotihuacan por la misma
época—, que parece haber sido originada por la incorporación
de ciertos rasgos
de los pueblos del Norte de Mesoamérica en la cultura de los
habitantes del
Centro. Algunos de estos elementos incluyen cierta
iconografía alusiva a dioses
celestes y la manufactura de una cerámica radicalmente
novedosa en las
poblaciones del sur de la Altiplanicie Mexicana.
El conjunto arquitectónico de
Tula
Chico tiene su origen en el Epiclásico, cuando Tollan era
una pequeña ciudad de
hasta seis kilómetros de superficie. Tula Chico posee una
plaza alrededor de la
que se encuentran distribuidos los principales edificios del
conjunto. La Plataforma Norte
alberga las dos principales edificaciones religiosas,
conocidas como Pirámides
Este y Oeste. Además, esta plataforma contiene los restos de
una sala hipóstila
que guarda semejanza con el Palacio Quemado de Tula Grande.
Tanto en las salas
de la Plataforma Norte como en las de la Plataforma Este se
han encontrado relieves que probablemente representen a los
nobles de la
ciudad, muertos en batalla. Estos monumentos se muestran
evidencia de que la
ocupación de Tula Chico concluyó con la destrucción del
conjunto por incendio
hacia hacia el final del Epiclásico (s. IX d. C.)
el Palacio Quemado |
La construcción de un segundo
complejo monumental —conocido como Tula Grande— implicó la
introducción de
ciertas innovaciones arquitectónicas desconocidas en
Mesoamérica. Aunque los
dos edificios más sobresalientes del conjunto siguen el
modelo clásico de las
plataformas pirámidales compuestas por módulos superpuestos
de talud-tablero,
otros presentan elementos que no eran muy comunes en
Mesoamérica antes del
apogeo de la cultura tolteca.
Por ejemplo, el Palacio
Quemado e
incluso el templo que coronaba la Pirámide B, son ambas
construcciones cuyos techos eran
sostenidos por pilares. Las columnatas eran prácticamente
desconocidas en el
Centro de Mesoamérica antes del siglo IX, pero eran comunes
en las
construcciones mayas así como en el Norte, según muestran
los restos de La Quemada. Las columnas
de las construcciones de Tula Grande son de dos tipos: unas
eran confeccionadas
con mampostería —como en el caso del Palacio Quemado—, y las
otras, mediante la
superposición de grandes módulos de roca —como las columnas
serpentinas y los Atlantes
de la Pirámide B—.
complejo de tula, |
Chichén Itzá |
Los toltecas también emplearon
clavos
arquitectónicos en sus construcciones. Ejemplo de ello es la
Pirámide C de Tula
Grande, cuya superficie, despojada de sus revestimientos,
muestran la presencia
de unas salientes de piedra que debieron servir para
sostener los tableros
labrados que la recubrieron. Son tantas las similitudes
entre la disposición
urbanística de Tula Grande y Chichén Itzá, tantos los
elementos iconográficos
que comparten ambas metrópolis contemporáneas, que desde las
exploraciones de Désiré
Charnay en el siglo XIX ha tenido un lugar sobre la
naturaleza de la relación
entre la capital de los toltecas y la ciudad yucateca.
Tlahuizcalpantecuhtli |
La más conocida de las
edificaciones
de Tula Grande es la Pirámide B o de Tlahuizcalpantecuhtli
—una de las advocaciones de Quetzalcóatl,
dios tutelar de la ciudad de Tollan-Xicocotitlan—. Se trata
de una plataforma
compuesta por cinco cuerpos trunco-piramidales, en cuya cima
se encuentran los
llamados Atlantes de Tula. La mayor parte de las esculturas
que coronan este
edificio fueron halladas durante la temporada de
investigaciones encabezada por
Jorge Acosta y su equipo en 1941. Este edificio es de suma
importancia puesto
que en él se encuentra la más antigua de las
representaciones de Tezcatlipoca
en el Altiplano Central mexicano, lo que da prueba del
origen nahua del culto a
esta deidad. La construcción de la Pirámide B de Tula Grande
debió iniciar en la Fase Tollan (ss.
IX-XII d. C.) Tras el incendio que puso fin al primer
asentamiento de
Tula Chico, que como se ha dicho está relacionado con el
Epiclásico del Centro
de México y la difusión de la cerámica Coyotlatelco en la
región.
Los Atlantes de Tula |
En la parte superior de la
plataforma
debió existir un templo, como lo muestran las esculturas que
coronan la
pirámide desde su restauración. Los Atlantes de Tula, cuatro
esculturas
emblemáticas de la zona arqueológica, son representaciones
de guerreros
toltecas, ataviados con un pectoral de mariposa, átlatl,
dardos, un cuchillo de
pedernal y un arma curva que es muy característica de las
representaciones
guerreras de la cultura tolteca. Otros elementos
arquitectónico-iconográficos
de esta construcción son muestra de la relación de este
edificio con el culto a
Quetzalcóatl. Por ejemplo, las llamadas columnas serpentinas
están decoradas
por una serpiente emplumada, que tal era el significado del
nombre de
Quetzalcóatl. Por otra parte, las Pilastras —ubicadas una
detrás de cada uno de
los Atlantes— contienen representaciones que parecen
alusivas al enfrentamiento
entre Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, su eterno rival de
acuerdo con la mitología
nahua. En la Pilastra
3, hay representaciones de dos personajes ataviados de
guerreros, que portan
símbolos distintivos de Tezcatlipoca y Quetzalcóatl. Sobre
este último se
encuentra una representación de Tláloc, señor de la lluvia
El Coatepantli |
El Coatepantli (náhuatl:
cóatl-pantli,
'serpiente-pared' ‘Muro de las Serpientes’) es un muro que
rodea el recinto
sagrado de Tollan-Xicocotitlan. Los restos de este muro se
encuentran en la
parte trasera de la Pirámide B, y separan a esta plataforma
del Juego de Pelota
1, el mejor conservado de la ciudad. Como su nombre lo
indica, el Cotepantli
está dominado por las representaciones de serpientes. De las
fauces de estos
animales, asoman esqueletos. Acompañan esta procesión de
serpientes los
relieves de águilas y jaguares que son alusivos de la
actividad militar mesoamericanos.
El Cotepantli estaba coronado por caracolas de piedra
estilizadas. Estos motivos
están asociados con el dios Quetzalcóatl, en su advocación
de Ehécatl, señor
del viento.
Como elemento arquitectónico,
la
presencia del Coatepantli en Tula Grande es otra innovación
en el diseño
urbanístico de la metrópoli militar del Estado tolteca.
Siglos más tarde, este
elemento se repetirá en el diseño de las ciudades de
Tenayucan (en el actual
estado de México, capital de un importante señorío
teochichimeca) y México-Tenochtitlan.
Désiré Charnay |
Uno de los temas más
controversiales
en los que tenga parte la antigua capital tolteca es el de
su relación con Chichén
Itzá. Las similitudes entre ambas ciudades han llevado a
plantear diversas
hipótesis acerca de la naturaleza de los vínculos entre
ambas, aunque ninguna
cuenta con el completo apoyo de los especialistas en la
materia. Fue Désiré
Charnay quien por primera vez advirtió que la disposición de
las plazas
principales de Tula y Chichén era bastante parecida. Se le
debe a él la
hipótesis más conocida —desechada en la actualidad— según la
cual, la ciudad
maya del Puuc fue fundada por los toltecas. Esto era
coherente con el mito de
la expulsión de Quetzalcóatl de la ciudad de Tollan, a la
que se dio en identificar
con Tollan-Xicocotitlan.
Una hipótesis contraria
—igualmente
desechada— sostenía que los mayas penetraron al Altiplano
antes del apogeo de
Tula. Linda Manzanilla y Leonardo López Luján sostienen en
su Atlas (1999) que
los nonoalcas son originarios de la costa tabasqueña del
golfo de México, que
en tiempos precolombinos como en la actualidad fue ocupado
por grupos mayenses.
Esto parece muy probable, en tanto que la presencia de
grupos mayanizados en el
Centro de México está documentada en el Epiclásico en sitios
como Xochicalco
(Valle de Morelos) o Cacaxtla (Valle de Puebla-Tlaxcala);
amén de la naturaleza
multiétnica de las ciudades del Posclásico Temprano en el
que floreció Tula,
aunque el papel que los grupos provenientes del Área Maya en
el florecimiento
de Tollan-Xicocotitlan no parece ser muy claro para los
especialistas.
Chichén Itzá,similitud con tula |
Aunque Wigberto Moreno (1941)
y Nigel
Davies (1977) señalan que la Tollan de las fuentes
históricas indígenas de las que se
rescató la leyenda de Quetzalcóatl era la misma ciudad de
Tollan-Xicocotitlan
—identificación realizada con base en la descripción del
entorno geográfico de
la ciudad—, López Austin y López Luján (2001) y Florescano
han señalado que no
hay bases suficientes para afirmar que la leyenda de la
huida de Quetzalcóatl
de Tollan haya tenido como escenario la ciudad tolteca.
Desde su posición,
tampoco se puede sostener que haya sido el mismo
Quetzalcóatl (Kukulcán para
los mayas) quien, en compañía de sus desterrados seguidores,
fundará la capital
itzá. Los dos primeros investigadores afirman que las
semejanzas entre Tula y
Chichén Itzá son el resultado de la difusión de un fenómeno
político, social y
cultural al que llamaron zuyuanidad.
tula ,similitud con Chichén Itzá |
El mito de
Quetzalcóatl, desde esta
perspectiva, habría servido tanto en Tula como en Chichén
Itzá, como un
discurso de legitimación del poder político de las élites
locales, en el marco
de unas metrópolis con una alta diversidad étnica. El mismo
fenómeno habría
sido experimentado en la Mixteca, donde Ocho Venado apela
claramente a su relación con
la Serpiente Emplumada como hijo del sacerdote de su templo
en Tilantongo.
De ahí que las constantes referencias a Quetzalcóatl y las
similitudes
arquitectónicas entre Tula y Chichén Itzá pudieran tener
como telón de fondo,
de acuerdo con los autores de Mito y realidad de Zuyuá, una
intencionalidad más
bien geopolítica.
Quetzalcóatl |
Desde sus orígenes, la ciudad
fue
asentamiento de grupos migrantes, como los
tolteca-chichimecas y los
nonoalca-chichimecas, quienes se disputaron el control
político y económico de
la región. Hubo también la presencia de otros grupos que
dejaron constancia de
su paso por Tula y que posteriormente se trasladaron hacia
otras partes de
Mesoamérica, como lo indican las frecuentes remodelaciones y
ampliaciones de
las construcciones.
Uno de los elementos más significativos de la historia de la gran Tollan Xicocotitlan es el culto al dios Quetzalcóatl, en su advocación como Serpiente Emplumada, en su transformación en Tlahuizcalpantecuhtli o Lucero del Alba, o como Ehécatl, dios del viento, todos asociados a una gran riqueza iconográfica que se refleja en el centro cívico y religioso de Tula Grande y en el edificio conocido como el Corral. Otra de las deidades sobresalientes a las que se les rindió culto fue a Tláloc, quien, además de estar frecuentemente representado en lápidas que adornan los edificios, se encuentra en vasijas de cerámicas
Uno de los elementos más significativos de la historia de la gran Tollan Xicocotitlan es el culto al dios Quetzalcóatl, en su advocación como Serpiente Emplumada, en su transformación en Tlahuizcalpantecuhtli o Lucero del Alba, o como Ehécatl, dios del viento, todos asociados a una gran riqueza iconográfica que se refleja en el centro cívico y religioso de Tula Grande y en el edificio conocido como el Corral. Otra de las deidades sobresalientes a las que se les rindió culto fue a Tláloc, quien, además de estar frecuentemente representado en lápidas que adornan los edificios, se encuentra en vasijas de cerámicas
La civilización tolteca decayó
en el
siglo XII, cuando los chichimecas, junto con otros pueblos
indígenas,
invadieron el valle central y saquearon Tula. Los toltecas
del sur fueron
absorbidos por los mayas, a los que habían conquistado
anteriormente. Hacia el
siglo XIII la caída de Tula y del poder tolteca abrió el
camino para la
ascensión de los aztecas.
Tollan-Xicocotitlan |
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