Fenómeno
luminoso, en los polos
aurora polar |
aurora terrestre |
Fenómeno luminoso
que se
produce en la atmósfera terrestre cuando impactan contra sus
capas más elevadas
partículas atómicas y subatómicas procedentes del Sol. La
energía depositada
por los impactos excita las moléculas de aire y las hace
brillar con colores
llamativos muy característicos. Dado que las partículas
impactantes están
cargadas, el campo magnético de la Tierra las desvía y las
encauza hacia las regiones de la
atmósfera cercanas a los polos magnéticos, de ahí que estos
fenómenos se
produzcan casi solo en las regiones polares del planeta y
que reciban, por lo
tanto, el nombre de auroras polares (auroras boreales y
auroras australes). Se
han detectado auroras polares en otros planetas dotados,
como la Tierra, de un campo
magnético considerable.
color verde |
El color verde de
la
aurora tiene un color definido de forma precisa en el
espectro ("línea
espectral estrecha"). Esos colores exactos son normalmente
las firmas de
los átomos que los emiten: por ejemplo, las farolas
(dependiendo del vapor metálico
que contengan) emiten generalmente la luz amarillo-naranja
del sodio o la luz
azulada del mercurio.
La
luz verde de la aurora desconcertó a los
científicos durante muchos años, puesto que no se adaptaba a
ningún elemento
conocido. Parece estar producida por átomos de oxígeno, pero
bajo condiciones
que, en nuestra atmósfera, solo existen a niveles altos muy
rarificados. La
aurora roja, vista en ocasiones, surge aún a mayores alturas
y también se
produce por electrones que golpean al oxígeno. augurio de mala suerte |
Los esquimales, los indios atabascos, los lapones, los habitantes de Groenlandia, e incluso las tribus del noreste de la India estaban familiarizados con esta luz misteriosa del cielo. Sus leyendas toman muchas formas y a menudo estaban asociadas con sus ideas de la vida en el otro mundo.
aurora boreal desde el espacio |
Cuenta una leyenda esquimal: "Los límites de la tierra y el mar son bordeados por un inmenso abismo, sobre él aparece un sendero estrecho y peligroso que conduce a las regiones celestiales. El cielo es una gran bóveda de material duro, arqueado sobre la tierra. Hay un agujero en él a través del que los espíritus pasan a los verdaderos cielos. Sólo los espíritus de aquellos que tienen una muerte voluntaria o violenta y el cuervo, han recorrido este sendero. Los espíritus que viven allí encienden antorchas para quitar los pasos de las nuevas llegadas. Esta es la luz de la aurora. Se pueden ver allí festejando y jugando a la pelota con un cráneo de morsa.
El sonido silbante y chasqueante que acompaña, a veces, a la aurora son las voces de esos espíritus intentando comunicarse con las gentes de la tierra. Se les debería contestar siempre con voz susurrante. A los espíritus celestiales se les llama "selaimut", "sky-wellers", moradores del cielo".
La aurora ha sido y es, para muchos, uno de esos fenómenos que, por su esplendor e infrecuencia, reviste un cierto carácter mítico y misterioso. Por ello no ha pasado desapercibido para los pensadores y hombres de la ciencia.
Anaxágoras |
Anaxágoras (500-428 a.C.) propuso una explicación a este fenómeno en términos de un vapor de fuego que se vertía desde las capas más altas de los cielos sobre las nubes; Anaxímenes (570-526 a.C.) atribuía el fenómeno a un gas que se almacenaba en las nubes y que se iba mezclando como en una caldera, dando lugar a un aumento de brillo; Aristóteles, Séneca y el historiador oficial romano Plinio tampoco pasaron por alto la aurora y trataron de explicar el fenómeno.
La realidad era que la aurora (Luces del Norte) aparecía en el cielo como persona non grata, sin respeto a las leyes mecánicas de la naturaleza de aquellas épocas. Los habitantes de las zonas en las que es más visible la aurora no han dejado de reflejar en sus símbolos y dibujos este fenómeno, bien fuesen los indios de Canadá, o los esquimales del norte.
aurora , resplandeciendo en el oceano |
La época de la Ilustración fue especialmente fructífera en la observación del fenómeno y en la elaboración de teorías cercanas a la actual, pero sólo a partir del descubrimiento del electromagnetismo y la espectroscopia en el siglo XIX, se pudo avanzar en la solución del problema del origen de estas luces misteriosas.
El desafío científico en nuestros días, era de la tecnología espacial, cobra nuevo carácter, no ya sólo desde el perfeccionamiento de la teoría electromagnética que explica el fenómeno en función del viento solar, sino desde el especial interés que el problema energético tiene en la actualidad y la posibilidad de estudiar al natural el comportamiento de la materia en forma de plasma (estado de la materia donde los átomos se ionizan y se crea el estado de plasma formado por cationes y electrones), aspecto íntimamente ligado con la consecución controlada de la energía de fusión.
En el terreno de las comunicaciones, el fenómeno de la aurora ha producido ya sorprendentes sucesos como el ocurrido el 2 de septiembre de 1987, cuando durante dos horas fue posible enviar mensajes de Boston a Portland y viceversa sin fuente de energía auxiliar, sólo con la corriente eléctrica generada por la aurora. Pero también ha sido la causa de graves incidentes, como la interrupción de comunicaciones en aeronaves o la pérdida de control sobre algún cohete espacial.
interes cientifico, |
En la actualidad los satélites científicos cruzan regularmente los flujos de electrones aurorales y miden sus propiedades y también se observa la aurora desde el suelo mediante cámaras de vídeo y radares especiales.
La aurora ha sido y es, para muchos, uno de esos fenómenos que reviste un cierto carácter mítico y misterioso. Por ello no ha pasado desapercibido para los pensadores y hombres de la ciencia.
Las que se presentan en las inmediaciones del Círculo Polar Ártico se llaman auroras boreales, y las del Antártico, auroras australes. Las auroras son más frecuentes en primavera y en otoño.
Causas de la aurora:
La actividad solar produce partículas que son lanzadas al espacio, emite grandes cantidades de rayos X, ultravioletas y radiación visible, así como corrientes de protones y electrones de alta energía. La radiación X y ultravioleta puede llegar a la Tierra e incrementar la ionización de las capas más altas de la atmósfera terrestre, pero la mayoría de las partículas emitidas tienen velocidades bajas y llegan a la Tierra en horas, e incluso días, más tarde de la producción en forma de ráfagas de viento solar. Las manchas solares, cuyos máximos períodos de actividad se repiten cada once años, hacen que la cantidad de viento solar producido varíe su magnitud y su composición.
Los estudios realizados indican que el brillo auroral se desencadena cuando el viento solar, que recorre todo el Sistema Solar, se ve reforzado por partículas subátomicas de alta energía procedentes de las manchas solares. Los electrones y protones penetran en la magnetosfera terrestre (región del espacio donde queda confinado el campo magnético terrestre y que actúa como escudo protector ante buena parte de las partículas cargadas de la radiación cósmica. Su límite exterior recibe el nombre de magnetopausa.) y entran en la zona inferior de los cinturones de radiación de Van Allen, sobrecargándolos. Esas partículas, protones y electrones colisionan con las moléculas de gas de la atmósfera, excitándolas y produciendo luminiscencia.
fenomeno luminoso |
Fuente:
Gran Enciclopedia
Larousse
Gel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario