Isaac Newton, es conocido por la manzana, pero verdaderamente, su personalidad, es fascinante, cuya obra cambia el curso del pensamiento humano de la experiencia humana, de manera que todo lo que viene después de el, lleva la impronta de su espíritu
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ya que ha dejado una serie de trabajos y escritos que constituyen lo más importante que nos ha transmitido la historia de la física, y se le ensalza justamente como el padre de la física moderna, como el creador de la imagen clásica del mundo y el fundador de la mecánica universal. Cada frase que escribió es verdaderamente clásica por la claridad de la expresión, la belleza del estilo, completamente antigua, y la agudeza cristalina con que enfoca el problema, y, según la opinión de los pocos que pueden seguir sus cálculos extraordinariamente difíciles, éstos también constituyen obras maestras.
Según las concepciones de Newton el mundo es un espacio vacío, infinito, en el que se mueven los cuerpos compuestos de átomos invariables. Estos átomos como sillares del mundo son eternos e indestructibles. Los cuerpos están movidos por fuerzas, que siguen las leyes naturales. El espacio vacío, los átomos, las fuerzas y las .leyes naturales son los cuatro conceptos fundamentales sobre los que está concebida la imagen del mundo de Newton. La creación de estos conceptos, la elaboración de un método matemático para trabajar con ellos, el cálculo de igualdades que expresan por medio de fórmulas los conceptos de masa, distancia, atracción, movimiento, y la concepción de un Universo único, con ayuda de estos conceptos y fórmulas: he aquí los servicios de Newton. De este modo es el creador de la imagen mundo sencillo, claro, matemático y mecanicista que llamamos moderna, y ha proporcionado al mismo tiempo una victoria indiscutible al método exacto de trabajo. Se trata de una obra semejante a la de Aristóteles, quien creó la ciencia europea gracias a la primera recopilación y clasificación de los fenómenos naturales.
Durante 200 años se ha trabajado con estos conceptos y métodos matemáticos de Newton y gracias a ellos se ha conseguido el triunfo de la ciencia y la técnica modernas y se ha llegado a la altura de nuestro pensamiento actual y más todavía, pues todo progreso lleva en sí mismo el germen de la superación
Pero hay un newton no conocido, pese a lo inteligente que era, la verdadera ciencia no ocupó más que una parte de sus intereses. La mitad de su vida de trabajo, como mínimo estuvo dedicada a la alquimia y a extravagantes objetivos religiosos. No se trataba de un simple juego, sino de una dedicación entusiasta.
Escribió más de un millón de palabras sobre este tema, algo que tardó en saberse ya que la alquimia era ilegal en aquella época. Como alquimista, Newton firmó sus trabajos como Jeova Sanctus Unus, que se interpreta como un lema anti-trinitario: Jehová único santo, siendo además un anagrama del nombre latinizado de Isaac Newton, Isaacus Neuutonus - Ieova Sanctus Unus.
Cabe mencionar que desde joven Newton desconfiaba de la medicina oficial y usaba sus conocimientos para automedicarse. Muchos historiadores consideran su uso de remedios alquímicos como la fuente de numerosos envenenamientos que le produjeron crisis nerviosas durante gran parte de su vida. Vivió, sin embargo, 84 años.
Era partidario secreto de una peligrosa secta herética llamada arrianismo, cuyo dogma principal era la creencia de que no había habido ninguna Santa Trinidad—cosa un tanto irónica, dado que su college de Cambridge era el Trinity—. Dedicó horas sin cuento a estudiar la planta del templo perdido del rey Salomón de Jerusalén —él solo aprendió hebreo para poder estudiar mejor los textos originales—, convencido de que ocultaba claves matemáticas sobre las fechas del segundo advenimiento de Cristo y del fin del mundo. No fue menos ferviente su apego a la alquimia. En 1936, el economista Keynes, compró un baúl de documentos de Newton en una subasta y descubrió con asombro que estaban mayoritariamente dedicados no a la óptica o a los movimientos de los planetas, sino a una búsqueda decidida de un método para convertir los metales de baja ley en metales preciosos. El análisis que se hizo de un cabello suyo, en la década de los setenta, puso al descubierto que contenía mercurio —un elemento que interesaba mucho a los alquimistas, a los sombrereros y a los fabricantes de termómetros, pero a casi nadie más—, en una concentración 40 veces superior al nivel normal. Así que no es de extrañar que le costase recordar las cosas al levantarse por la mañana.
Hay una celebre historia que retrata a Isaac Newton como era realmente(esta historia la leí, en el libro de UNA BREVE HISTORIA DE CASI TODO, de BILL BRYSON)
En 1683, Halley, Hooke y Wren estaban cenando en Londres y la conversación se centró en los movimientos de los objetos celestes. Era cosa sabida que los planetas tendían a orbitar en un tipo particular de óvalo conocido como elipse («una curva muy específica y precisa», por citar a Richard Feynman), pero no se sabía por qué. Wren ofreció generosamente un premio de 40 chelines (equivalente al salario de un par de semanas) a quien aportara una solución.
Hooke, que tenía fama de atribuirse ideas que no siempre eran suyas, aseguró que ya había resuelto el problema, pero se negó a compartir la solución por la curiosa y original razón de que privaría a otros de la satisfacción de descubrirla por su cuenta. Así que decidió que la ocultaría «durante un tiempo para que otros pudiesen saber cómo valorarla». No dejó prueba alguna de que hubiera pensado más en el asunto. Halley, sin embargo, se consagró a encontrar la solución hasta el punto de que, al año siguiente, fue a Cambridge y tuvo allí la audacia de ir a ver al profesor lucasiano de matemáticas de la universidad, Isaac Newton, con la esperanza de que pudiese ayudarle.
Newton era un personaje decididamente raro, sumamente inteligente, pero solitario, triste, puntilloso hasta la paranoia, con fama de distraído cuentan que había veces que, al sacar los pies de la cama por la mañana, se quedaba allí sentado varias horas, inmovilizado por el súbito aluvión de ideas que se amontonaban en su mente, y capaz de las excentricidades más fascinantes.
el doctor Halley le pregunto a Newton que curva creía él que sería la que describían los planetas, suponiendo que la fuerza de atracción del Sol fuese la recíproca del cuadrado de su distancia de él.
Se aludía aquí a una ley matemática, la del cuadrado inverso, en la que Halley creía que estaba la clave, aunque todavía no pudiese demostrarlo.
Sir Isaac contestó inmediatamente que era una elipse. El doctor, lleno de alegría y de asombro, le preguntó cómo lo sabía. «Porque lo he calculado», le contestó. Entonces el doctor Halley le pidió que le mostrase enseguida el cálculo. Sir Isaac lo buscó entre sus papeles, pero no lo encontró.
Era asombroso. Era algo así como si alguien dijese que había descubierto una cura para el cáncer y que no se acordaba de dónde había puesto la fórmula. Presionado por Halley, Newton accedió a rehacer los cálculos y a escribir un artículo. Cumplió su promesa, pero luego hizo mucho más. Se retiró durante dos años, en los que se consagró a una profunda reflexión y a escribir, dando al mundo finalmente su obra maestra: Philosophiae Naturalis Principia Mathematica o Principios matemáticos de filosofía natural, más conocido como los Principia .
Si he hecho descubrimientos invaluables ha sido más por tener paciencia que cualquier otro talento." Isaac newton un verdadero genio,
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